Los 'tuk tuk' de moda en Almuñécar

Según cuentan, las rutas se explican en directo, sin grabaciones, sin guiones, y en tres idiomas: español, inglés y francés. Francisco se encarga de los grupos en inglés y español, mientras que Bernardo atiende también a los francófonos. Esto les permite conectar con un público muy diverso, y responder a las preguntas y curiosidades de cada grupo.

Entre las seis rutas diferentes que ofrecen, la más popular es la número 3. Este recorrido comienza en el centro de Almuñécar y sube al casco antiguo, donde se explica la historia del castillo de San Miguel, las callejuelas tradicionales y el acueducto romano. Desde ahí, bajan hacia la zona baja del municipio para visitar otros acueductos de época romana y del siglo XIX.

Luego llega una parte que nadie espera: los tuk tuk entran directamente en las vegas agrícolas, donde crecen los chirimoyos, aguacates y mangos. Allí explican cómo se cultivan estas frutas, cómo se polinizan, qué papel tiene Almuñécar como pionera en su producción a nivel europeo, y cómo cambian las técnicas según la temporada.

Además, ofrecen a los visitantes degustaciones de fruta del terreno, según lo que haya en ese momento. Tras la visita a los campos, suben por la conocida Cuesta de Godoy para mostrar unas vistas panorámicas espectaculares del valle, el pueblo y el mar, y el recorrido finaliza volviendo por el litoral.

Tienen otras rutas que también gustan mucho a los turistas como la de La Herradura y Marina del Este. En este caso el recorrido es «más costero». Se paran en el puerto deportivo, la Punta de la Mona, la ermita, el faro, el castillo de La Herradura, la iglesia y la calle Real.

También cuentan con una ruta específica para el invierno que es un recorrido hasta una bodega en Jete. Esta ruta empieza con una degustación de frutas tropicales y continúa con la subida a la bodega, donde los visitantes reciben una explicación del proceso de elaboración del vino, participan en una cata con cinco vinos diferentes acompañados de tapas.

Todo el año

Una de las cosas que más sorprende, según explican desde la empresa, es que el negocio funciona incluso mejor en invierno que en verano. Mientras hay hoteles que cierran o reducen su actividad, los 'tuk tuk' se mantienen e incluso aumentan sus reservas. El motivo es que el turismo escandinavo, inglés, holandés y francés que visita Almuñécar en invierno busca este tipo de experiencias. «Los turistas buscan actividades al aire libre, contacto con lo local, rutas culturales y paisajísticas, alejadas de la playa. Para ellos, 15 o 18 grados y un poco de lluvia es clima perfecto para hacer excursiones», explica Francisco. «Salimos aunque llueva; para muchos de ellos esto es como verano, el tipo de turista que visita la zona en invierno está más interesado en conocer, preguntar, aprender».

«Cada tour se vive como si fuera una conversación entre amigos que, de paso, te están enseñando el pueblo», expresan. Por eso tienen una regla muy clara: si no te gusta la experiencia, no pagas. Y hasta el momento, en casi tres años desde que abireron sus puertas, nadie se ha ido sin pagar.

Algunos turistas que ya lo han probado destacan: «Lo que más me sorprendió fue la pasión con la que explicaban cada detalle, desde las frutas hasta la historia del pueblo», señala Shopie de Francia.

Al igual que ella, Pieter de Suecia explica que:«Viajo mucho por trabajo pero pocas veces me he encontrado un actividad turística tan respetuosa con el entorno».

Apoyo institucional

El negocio está respaldado por la Concejalía de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Almuñécar, que les apoya logísticamente. Actualmente están desarrollando un nuevo proyecto que es la creación de un aula didáctica sobre frutas subtropicales. La idea es ir más allá de enseñar los campos desde el tuk tuk y quieren llevar a los visitantes directamente a una finca, donde puedan tocar el árbol, oler la fruta, recogerla con sus propias manos... también están impulsando campañas de concienciación medioambiental en la zona de cultivo, promoviendo charlas con agricultores para mantener las vegas limpias de plásticos y residuos agrícolas.

«Si algún día visitas Almuñécar y te apetece algo diferente, algo que no te muestre solo lo bonito, sino lo auténtico, súbete a un tuk tuk y déjate llevar», concluyen los empresarios.