Un joven tirándose al agua por el peñón de Salobreña. M. J. A. T.

Saltos «de vértigo» desde el peñón de Salobreña

Pese a su prohibición, los jóvenes continúan lanzándose al mar sin hacer caso al riesgo y a las multas que conlleva esta práctica ilícita

M. J. Arrebola

Viernes, 23 de agosto 2024, 23:40

Bien entrado el verano, con las altas temperaturas subiendo el mercurio y la chicharra sonando a todas horas, la gente busca pasar un día agradable ... y divertido de playa. Por eso un año más los saltos desde el Peñón de Salobreña ya están aquí. Aunque esta práctica está prohibida desde hace tres años, combina un «atractivo innegable» para algunos con un riesgo significativo para los bañistas que se atreven a lanzarse al agua desde todo lo alto.

Publicidad

Para los jóvenes del pueblo, competir en altura y «espectacularidad» es casi un deporte. Las alturas alcanzadas pueden superar los veinte metros, y el deseo de superación es muy fuerte entre todos ellos. «Nos gusta venir y tirarnos todos los días», explicaron.

En este contexto, el Ayuntamiento de Salobreña colocó en 2021 un panel informativo en la entrada del Peñón para recordar la prohibición, acompañado de un expediente sancionador que impone multas a partir de 3.000 euros a quienes incumplan la normativa.

Pero esta decisión a los jóvenes parece darles igual. «Sabemos que está prohibido pero aún así lo hacemos, es divertido», comentaron mientras no paraban quietos realizando carreras para medir su velocidad hasta el borde del tajo.

Publicidad

La adrenalina de la altura y el breve tiempo que los saltadores pasan en el aire es suficiente para entender los peligros a los que se enfrentan, no solo por la caída al agua, sino también por la escalada de las rocas escarpadas y las carreras sobre ellas.

Los salobreñeros llevan desde pequeños saltando. «Empezamos por las rocas más bajas y ahora saltamos desde la cima. Se sienten unas cosquillas por el pecho indescriptibles», contaron los niños.

Aunque este hecho ya es «tradición» todos los veranos en la localidad, también es objeto de controversia para muchos, especialmente para los adultos, los cuales describen la práctica como «extremadamente peligrosa». Así lo define Carmen, granadina que pasa las vacaciones en el pueblo. «Es un divertimento muy peligroso y debería haber más control», destacó.

Publicidad

Iván, un joven de tan solo dieciséis años comentó sobre una jornada cualquiera de playa: «al día podemos tirarnos más de 20 veces y no pasa nada». Además, añadió que los socorristas les avisan del riesgo que corren y les previenen para que nos suban por las rocas pero ellos, «hacen lo que les da la gana».

Desde el Ayuntamiento de Salobreña advierten que hasta el momento «no han recibido muchas quejas» sobre este tema.

Cuando observan que hay grupos de niños que se tiran al agua, los responsables de los propios chiringuitos de la zona avisan al consistorio y ellos se encargan de llamar a la Policía Local, cuentan.

Publicidad

Luis Cano, concejal de playas del municipio explica que los jóvenes saben que está prohibido y son conscientes de las consecuencias; en su mayoría, son chicos de 16 y 17 años.

Principalmente, se trata de niños del pueblo, ya que la gente de fuera no se atreve a saltar desde esa altura, detalla. Una práctica ilícita que se realiza a diario y sobre todo durante las fiestas de la Virgen del Carmen donde, para muchos de ellos, lanzarse al agua al paso de la Virgen es un motivo de «orgullo», según cuenta Cano.

Los socorristas, al ver a los bañistas tirarse, les advierten que no lo hagan porque podrían ser multados. Según el concejal, este año se observa menos gente cometiendo esta infracción en comparación con el año pasado, aunque tampoco se sancionó a nadie en aquel momento.

Publicidad

Tanto los socorristas como las autoridades están dispuestos a dialogar y prevenir antes de sancionar para alcanzar un acuerdo, asegura Luis Cano.

A pesar de los baños «imprudentes» de algunos, el concejal enfatiza en que ahora, los niños están más concienciados que en años anteriores.

El mismo problema

Saltar desde las rocas al mar es otra práctica casi tradicional también en la localidad vecina de Calahonda. Allí, a pesar de la señalización que prohibe saltar en ciertas áreas, los niños continúan desafiando las normas y saltando desde las piedras.

Noticia Patrocinada

El alcalde Juan Alberto Ferrer explicó que tanto Protección Civil como Policía Local vigilan de cerca la zona e intervienen constantemente, bajando a los niños de las rocas para garantizar su seguridad. «Aunque hasta ahora no ha ocurrido ningún accidente, el riesgo es significativo y podría resultar en una gran desgracia», enfatizó Ferrer. Las autoridades están muy pendientes de la situación y trabajan arduamente para prevenir cualquier incidente.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad