Salobreña dará un plazo de un año para revitalizar los solares que están sin edificar

En 2018, el Ayuntamiento dio un paso importante cuando urbanizó más de cien mil metros cuadrados en la zona: se abrieron nuevas calles, se instalaron aceras, alumbrado público y redes de servicios, con la esperanza de que dos cadenas hoteleras mallorquinas se animaran a levantar allí modernos complejos. Aún recuerdan en el consistorio las maquetas, los actos de firma de compromisos y las reuniones con el alcalde Javier Ortega, en las que se respiraba ilusión y proyectos de futuro. Sin embargo, cuando llegó la pandemia se trastocaron los planes y se quedaron sobre el suelo parcelas vacías que, hoy por hoy, son las protagonista de un sueño todavía por cumplir.

Frente a este paisaje de espera, el equipo de gobierno municipal ha realizado una nueva ordenanza que presentará al pleno mañana, pensada para obligar a los propietarios de terrenos urbanizados a decidir de una vez si comienzan las obras o los venden.

La normativa prevé incluir en un registro todos los solares cuya urbanización esté recepcionada es decir, completada y aceptada por el Ayuntamiento desde hace más de tres años y que, sin embargo, sigan sin edificar.

Una vez inscritos, los titulares recibirán una notificación oficial y dispondrán de un plazo de un año para ejecutar el proyecto o poner la parcela a la venta; de lo contrario, el Consistorio actuará «por la fuerza».

Si después de ese año no se ha avanzado ni la venta ni la construcción, el Ayuntamiento tasará cada solar a través de técnicos municipales o de una empresa especializada y sacará el terreno a subasta pública por el importe de esa tasación.

Si alguien puja por encima de ese valor, el dueño recibirá la tasación y el excedente quedará para el Patrimonio Municipal del Suelo, explica el alcalde de la Villa, Javier Ortega.

Según ha podido conocer IDEAL, en caso de que nadie reclame el solar en la subasta, se contempla la expropiación de forma que no pueda se quede abandonado de nuevo.

Además, la ordenanza recoge circunstancias especiales: si un propietario acredita causas de fuerza mayor, como la denegación de una licencia por requisitos de Patrimonio o Medio Ambiente, las actuaciones se suspenderán durante el tiempo que dure esa traba legal.

Pero fuera de esas excepciones, si se agota el plazo, el Ayuntamiento lo forzará a la venta y, de no ser posible, recurrirá a la expropiación de los terrenos.

El calendario fijado contempla, que, si este viernes la norma sale adelante con el respaldo de todos los grupos políticos, se abrirá un periodo de veinte días para presentar alegaciones y, tras su aprobación definitiva, entrará en vigor en un mes, arrancando así la cuenta atrás de un año para que los solares tengan vida.

La normativa se extenderá también a solares y edificaciones ruinosas en el casco antiguo, donde, según el alcalde, el abandono de parcelas y las construcciones a medio terminar «afean el paisaje urbano y suponen un riesgo para la seguridad».

El alcalde de la localidad, Javier Ortega subraya que Salobreña ha soñado veinte años con hoteles junto al Peñón y que «no vamos a esperar otros veinte».

Según explica, hasta ahora no existía ningún instrumento legal que permitiera al Ayuntamiento presionar para que un terreno urbanizado dejara de acumular polvo y se convirtiera en un edificio con vida. El alcalde insiste en que «inversores no faltan, el problema es que los actuales dueños piden precios totalmente inviables». Esta ordenanza, concluye Ortega, es la herramienta para desbloquear esas propiedades.