El refuerzo de socorristas reduce los saltos desde el Peñón de Salobreña
Este verano se ha ampliado el servicio de vigilancia con 22 profesionales y un horario de 10.00 a 22.00 horas de la noche
Cada verano, el Peñón de Salobreña se convierte en uno de los puntos «más concurridos» de la Costa. Su silueta siempre ha tenido un atractivo « ... especial» para los bañistas más atrevidos, sobre todo para los más jóvenes. Durante años, tirarse desde lo alto ha sido casi una tradición, pero también un enorme peligro. Este verano, por primera vez, esa costumbre está «casi desaparecida» gracias a la ampliación del servicio de socorrismo y al trabajo de la Policía Local de la localidad.
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Según relatan los propios bañistas, los saltos desde el Peñón forman parte de la memoria de varias generaciones en el pueblo. Especialmente durante las fiestas de la Virgen del Carmen, cuando decenas de chicos se lanzaban al agua al paso de la imagen. «El año pasado durante las fiestas eran unos veinte chavales tirándose uno detrás de otro, este año apenas hemos tenido unos cinco», explica Luis Cano, concejal de Playas.
Aun así, la tentación sigue ahí. «La mayoría son chavales del pueblo, de 16 o 17 años. Los de fuera no se atreven porque no conocen la zona ni la altura», señala Cano, que reconoce que para muchos sigue siendo un motivo de orgullo. Eso sí, el concejal insiste en que no se trata de «cazar» a nadie: «Tanto los socorristas como las autoridades preferimos prevenir y hablar con ellos antes de sancionar».
Los peligros son evidentes. Bajo el agua hay piedras, la marea cambia constantemente y un salto mal calculado puede acabar en tragedia. Hace años, según cuenta Cano, ya hubo accidentes graves e incluso la muerte de un joven que no conocía bien la zona y se lanzó de cabeza.
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Desde el consistorio salobreñero destacan que el cambio es «más notable» este verano gracias al refuerzo del servicio de socorrismo. Ahora hay 22 socorristas trabajando en la playa y el horario se ha ampliado: antes empezaban a las 12 y terminaban a las 20 horas, mientras que ahora vigilan desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche en los días de mayor afluencia.
Pablo Cobo, socorrista en la zona, confirma: «Otros veranos había accidentes y víctimas, pero ahora no hemos tenido ningún problema. Nosotros no podemos multar, pero sí avisamos. Si alguien se tira y pasa algo, tenemos que socorrerlo».
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Un balance «muy positivo»
Hasta el momento, el balance de este año es «muy positivo». Apenas se han registrado intentos de salto y, sobre todo, no ha habido incidentes. Tanto socorristas como autoridades coinciden en que la población está más concienciada. «Cada año la gente lo tiene más claro: es peligroso y no merece la pena», resume Cano. «Estos años estaba muy de moda sobre todo en los jóvenes que venían a veranear en la zona, pero la moda ya ha pasado», señala el propio concejal.
Desde el Ayuntamiento destacan que las playas están cada vez más llenas, sobre todo los fines de semana, y que velan día tras día por garantizar la seguridad tanto de los vecinos como de los turistas.
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Sanciones
Desde 2021, esta práctica está prohibida por ordenanza municipal. En la entrada del Peñón hay un cartel informativo que recuerda la norma, acompañado de un expediente sancionador que prevé multas a patir de 3.000 euros.
En la práctica, la amenaza de la multa funciona como freno. «Cuando ven a la Policía subir al Peñón y bajar a los chavales, el comentario corre rápido por la playa y muchos ya no lo intentan», añade el concejal de Playas, Luis Cano.
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La Policía Local hace rondas por la playa incluyen paradas junto al Peñón para comprobar si hay jóvenes arriba. Cuando los encuentran, los bajan y les recuerdan la prohibición. «La primera vez siempre se avisa. Si reinciden, se sanciona», explica Cano.
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