La reforma del PGOU permite a los agricultores de Motril cultivar a 400 metros de altura

Las gestiones del Ayuntamiento de Motril con la Junta de Andalucía han logrado desbloquear la tramitación de la revisión del suelo no urbanizable del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad, que, a pesar de varias tentativas, lleva sin modificarse desde el año 2003. La revisión de suelo urbanizable permite que se puedan instalar invernaderos en zonas que hasta ahora estaban prohibidas, se abran nuevas áreas para el cultivo y se puedan instalar aperos, depósitos de agua y cuartos de baños en las zonas agrícolas. Juan Fernando Pérez, técnico de Urbanismo, explica que se ha adaptado el plan de ordenación urbana al interés público.

Urbanismo ha adaptado toda la normativa al plan de desarrollo de la Costa Tropical de 2011, a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía y también a la ausencia de Torrenueva, anejo de Motril que declaró su independencia y se constituyó como pueblo en octubre de 2018. Con todas estas adaptaciones, el Consistorio prevé que de las 10.000 hectáreas que quedan libres –ya hay cerca de 1. 900 ocupadas por invernaderos se puedan utilizar otras 1.200 para cultivos, muchas de ellas por encima de los 200 metros.

«Se han suavizado mucho los límites sobre las pendientes. Se podrá cultivar hasta en inclinaciones del 30% con algunas condiciones. En suelos deslizantes no se puede cultivar si la pendiente no es menor del 5%. Entre el 5 y 20% , el técnico responsable de la explotación hará un informe sobre si se puede transformar el terreno y entre el 20 y el 30% se obligará a los explotadores de la finca a hacer análisis del suelo de la naturaleza geotécnica», explica Pérez.

En aproximadamente dos semanas, el Ayuntamiento aprobará esta modificación y remitirá el expediente a la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio para su aprobación definitiva. «Mandaremos el proyecto a Sevilla y en dos meses podremos empezar a preparar los invernaderos e informar a los agricultores», asegura Antonio Escámez, concejal responsable del área.

Motril es uno de los municipios de la provincia de Granada que ha sido más restrictivo con la altura a la que se puede cosechar. El levantamiento del veto permitirá a los labradores competir con otros municipios y prepararse para la llegada de las conducciones de Rules, otra de las demandas históricas del campo que se está «haciendo de rogar». «A lo largo de toda la Costa Tropical y de la provincia es común que se pueda cultivar a más de 200 metros, pero el PGOU de Motril era coercitivo sobre este asunto», explica Juan Camacho, vocal de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos en la Costa Tropical. «La intención es que se puedan explotar cultivos de regadío y subtropicales a más de 200 metros de altura. Se había habilitado en otras zonas como en Almuñécar y Jete, pero ahora el Ayuntamiento de Motril ha querido adaptar su normativa al proyecto de las conducciones de Rules», explica. «Cuando finalice el trámite municipal y se apruebe el expediente, los agricultores podrán pedir licencia. Desde la asociación nos alegramos de que esto suceda», destaca.

Elevar agua a las fincas

El 95% de las zonas cultivables de Motril estaban prácticamente agotadas. Al sur, en las zonas cercanas al mar era imposible que los agricultores se plantearan expandir más los invernaderos y explotaciones por falta de espacio. La complejidad de la orografía motrileña no lo permite. «Sólo hace falta echar un vistazo a Carchuna. Los invernaderos se hacinan en la parte baja de la montaña y desde la carretera sólo se ve una balsa blanca bajo las colinas. La nueva medida ayudará a que los invernaderos se dispersen. La agricultura sigue siendo el principal motor económico del litoral granadino por mucho empuje que le quieran dar al turismo», apunta R. A, propietario de una explotación de invernaderos en Carchuna.

Los agricultores y empresas comercializadoras apuntan que en municipios como Albuñol o Gualchos tienen la cota por encima de Motril y consideraban injusto que sus cultivos estuvieran por debajo, literalmente. El Consejo Agrario ha alavado la medida, pero admite que aún hay mucho camino que recorrer. «Llevamos reclamando que se adopte esta medida 15 años. La actuación permitirá que se instalen invernaderos, pero queda por resolver cómo se elevará el agua hasta que se ponga en funcionamiento la presa de Rules», apunta Alfonso Zamora, vocal del consejo y gerente de Ecohal (Federación Andaluza de Asociaciones de Empresarios Comercializadores Hortofrutícolas).

El Ayuntamiento mantiene que hasta que finalicen las obras de conducción de la presa Béznar- Rules los agricultores serán los que deberán elevar el agua hasta sus parcelas. Algunos labradores ya habían tomado esta medida en sus fincas por el difícil acceso a agua o la falta de un pozo en sus tierras. El Ayuntamiento considera que la expansión de la zona de cultivo supondría la creación de 4.000 puestos de trabajo.