La pista clave para resolver el homicidio del promotor de Calahonda: buscan el coche del fallecido

Los investigadores sigen manejando distintas líneas de investigación, aunque lo único válido, de momento, para resolver este crimen son los hechos objetivos registrados: un hombre muerto con bastantes pinchazos en el cuerpo –podría tratarse de algún tipo de tortura–, dos hombres que preguntaron por él a sus vecinos un día antes del homicidio, un promotor inmobiliario que durante la crisis perdió mucho dinero, y una separación de una mujer de un país del este europeo con la que tuvo dos hijos y de la que se separó hace más de tres años. Desde un principio se habló de un crimen emocional cometido por alguna persona que lo conocía a él desde hacía tiempo, aunque pudo hacerlo un tercero por encargo.

Los autores o el autor del homicidio envolvieron el cadáver en plástico, seguramente con la intención de no dejarlo junto al solar donde apareció, a pocos metros del edificio donde residía la víctima. Un edificio que él se encargó de promocionar y del que vendió la mayor parte de sus pisos.

Policía Científica también dispone de pruebas halladas en el interior de la vivienda del finado, donde presuntamente fue asesinado hace ya dos semanas y media.

La víctima vivía solo desde su separación con la mujer con la que tuvo dos hijos. Entre ambos había una diferencia de edad de 30 años. Ella ya tenía un hijo mayor de edad que tenía buena relación con este hombre e incluso, según dicen los vecinos, pasaba muchos veranos con él en la misma vivienda. Este joven actualmente trabaja en el sector de la hostelería en la provincia de Málaga.

La familia ha podido incinerar a la víctima porque el juez que instruye este caso, el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Motril, no ha requerido ninguna otra autopsia.

Los agentes han seguido el rastro de las cuentas corrientes, del teléfono móvil y declaraciones de amigos de la víctima que más o menos están sirviendo para centrar al posible o a los posibles sospechosos de este extraño crimen que ha conmocionado a los vecinos del pequeño núcleo de población de Calahonda, donde residía José R. T., quien tenía dos hijos menores de edad.