Nuevo proyecto para salvar las trabas del espigón de Castillo de Baños

Según informa a IDEAL la Subdelegación del Gobierno, este proyecto, en fase de estudio inicial, se encuentra en un estado incipiente, pero tratará de resolver los inconvenientes ambientales que se detectó que presentaban las alternativas planteadas en el proyecto para la construcción de un espigón en esta playa de Polopos-La Mamola.

Como se encuentra en fase inicial, aún no se han podido concretar los plazos ni qué alternativas contempla el servicio. Sin embargo, una vez que el nuevo proyecto esté redactado se elevará el estudio al Ministerio de Transición Ecológica para su evaluación ambiental.

La playa de Castillo de Baños no existe. Las olas chocan directamente con los muros del paseo y el asfalto. La localización de esta zona litoral, la orientación de su fachada marítima, el clima de la zona, los temporales de poniente y la falta de sedimentos en sus arenales dieron lugar a que, entre 1992 y 1993, la entonces Dirección de Puertos y Costas construyeran una escollera como defensa.

Aunque la escollera mantiene a Castillo de Baños protegido de la acción del mar, lo deja sin playa seca en su frente litoral. Razón por la que el municipio reclama desde hace décadas un espigón y en el año 2017, en la estrategia del litoral que se definió en la comarca, se incluyó como uno de los proyectos fundamentales que debían ser prioritarios.

Este mes de septiembre y tras años de estudio, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico emitió un informe en el que desaconsejaba el proyecto para la creación de playas en la zona de Castillo de Baños con un espigón al existir una comunidad relevante con gran biodiversidad en la zona y la presencia de posidonia oceánica, una especie marina que está incluida en el régimen de protección especial de flora amenazada. El documento consideraba que «previsiblemente se causará impactos adversos significativos sobre el medio ambiente sin que las medidas de prevención y corrección previstas por el promotor constituyan una garantía suficiente para la adecuada protección».

El informe del ministerio aducía que, sin el espigón, «no existe un riesgo sobre las construcciones existentes ni la necesidad de construir la infraestructura» toda vez que «existen zonas de baño que absorben las necesidades de los vecinos». Para lograr que Castillo de Baños tuviera un arenal de unos 85 metros se pretendía sustituir la actual escollera por un espigón curvo de 175 metros de largo en el extremo oriental de la población y que iba a ser alimentado con depósitos procedentes de las ramblas de Gualchos y Haza del Trigo.

Tras el rechazo del MITECO del espigón, el alcalde, Matías González Braos, exigió que la protección de la playa no se quedara en el aire, ya que la administración no se había pronunciado sobre si se estudiarían más alternativas.

Ahora, con los temores disipados, la comarca cruza los dedos para que alguna de las iniciativas encajen con la necesidad de proteger el fondo marino y hacer despegar el turismo en el litoral. Este proyecto es una de las siete defensas que espera la Costa Tropical, junto con los planes para Playa Granada, Salobreña, Albuñol y Castell de Ferro.