Taller de yoga en la Playa del Peñón en el que los niños realizan juegos y ejercicios para conectar con sus cuerpos y con la mente. MJAT
A toda Costa

Navegar en el mar de las emociones de las playas granadinas

La educadora salobreñera Isabel Izquierdo impulsa actividades que fomentan la autoestima, la empatía y la gestión emocional en la infancia con juegos en la playa

MJ Arrebola

Granada

Viernes, 8 de agosto 2025

na suave brisa marina acaricia los rostros de los niños mientras el sonido de las olas acompaña cada respiración. En plena Playa del Peñón de ... Salobreña, frente a un mar que, además de refrescar, se desarrollan unos talleres muy especiales sobre salud mental.

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La responsable de esta iniciativa es Isabel Izquierdo, educadora emocional, que durante el verano realiza estos talleres con una propuesta que va más allá del entretenimiento. «Lo que estamos haciendo son actividades para que los niños tomen conciencia de la importancia de la salud mental, de mirar hacia adentro, de conectarse con uno mismo y, desde ahí, poder llenar ese manantial nuestro y dar lo mejor», explica Isabel.

Para ella, el objetivo es contribuir a una sociedad más equilibrada emocionalmente, formando desde la infancia personas con criterio propio, autoestima, seguridad, amabilidad y empatía. Niños y niñas que aprendan desde pequeños a superar los conflictos con sabiduría, entendiendo que el conflicto forma parte de la vida, que sin él no hay aprendizaje ni evolución.

Los talleres siguen una estructura diseñada por Isabel. Siempre comienzan con un momento de conexión que la educadora llama su «despertador mágico». A través de movimientos suaves, saludos al sol, juegos o bailes, los niños despiertan cuerpo, mente y emoción, buscando ese bienestar que es la base de todo el trabajo que viene después.

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Luego, mediante un cuento —creado por la propia Isabel— se presenta una historia con un problema a resolver. «A través de esa narración simbólica y participativa, se guía a los niños hacia una reflexión emocional», narra. En el caso del taller de este día, el objetivo era enseñarles a conectar con su respiración cuando aparece un conflicto.

«La experiencia se complementa con juegos y dinámicas que estimulan la concentración, la memoria, la colaboración y el desarrollo de habilidades sociales como la generosidad o la gratitud», señala. Todo termina con una manualidad relacionada con el tema trabajado. «Esa manualidad se la llevan a casa y cuando la ven recuerdan el mensaje. Por ejemplo, hoy trabajamos la importancia de la respiración, y su creación será ese anclaje emocional que les ayude a recordar».

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Una acogida muy positiva

A lo largo del verano, los talleres han sido impartidos a niños y niñas entre los 4 y los 8 años, con grupos de unas diez personas por sesión. A veces, incluso con peticiones de última hora por parte de madres y padres que le piden que acepte un niño más. La acogida ha sido muy positiva tanto por parte de los pequeños como de las familias. «Cada vez hay más interés, cada vez más padres y madres valoran esto. Está siendo un trabajo de hormiguita, constante, pero ya se nota».

Según Isabel: «Vamos en automático, todo el día cumpliendo tareas, corriendo de un sitio a otro, y ofrecer estos talleres a las familias también es esencial».

Uno de los pilares del trabajo de Isabel es transmitir a los niños que todas las emociones son bienvenidas. «Al principio muchos creen que la rabia, el miedo o la tristeza son malas. Pero todas las emociones tienen su función. El enfado, por ejemplo, nos dice que algo ya no nos gusta; el miedo, que necesitamos ayuda. Les enseño que cuando viene una emoción hay que hacerse tres preguntas: ¿qué siento?, ¿dónde lo siento?, ¿qué necesito?». Isabel trabaja con niños desde los dos años y medio hasta los once o doce años. En los talleres de verano, específicamente, han participado niños de entre cuatro y ocho.

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Los propios niños muestran entusiasmo. Isabella, de siete años, dice que le gustan mucho los talleres y que la manualidad del día seguro que será «muy chula». Ainhoa, otra participante, también afirma que le encanta y que después del taller se irá a bañar al agua. Eric, de ocho años, comenta que ya hizo uno en La Caleta y que después se bañaron.

Las familias también valoran el taller. Dominique Bertholet, madre de Sofía, de ocho años, asegura que estos talleres son importantísimos: «Ayudan un montón a los niños a aprender a relajarse, a gestionar sus emociones, a respirar, que es vital. Es una asignatura pendiente de nuestra generación. Esta propuesta es una joya».

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El Ayuntamiento de Salobreña ha mostrado su apoyo. Ángela Rodríguez, concejala de Igualdad, Juventud e Infancia, señala que desde el consistorio apuestan por estas actividades porque «la inteligencia emocional es fundamental».

Por su parte, María Rodríguez, concejala de Bienestar Social y de Mayores, trasladó la propuesta también al colectivo de personas mayores del Centro de Día. «Cuando vi lo que hacía con los niños, supe que era necesario llevarlo también a los mayores. Los talleres han tenido tanto éxito que hemos tenido que repetir algunos varias veces. Son beneficiosos en todos los sentidos».

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En el encuentro estuvieron las concejalas Ángela Rodríguez, concejala de igualdad, María Rodríguez, concejala de bienestar social, Mari Carmen Rodríguez Callejón, primer teniente de alcalde de Salobreña y María Isabel Ruiz Aguilar, concejala de cultura.

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