Mar limpio a golpe de red en Almuñécar
Dos embarcaciones recorren cada día las playas de la localidad sexitana para mantener el litoral libre de plásticos y residuos flotantes
El sol comienza a dejarse ver por los montes de Almuñécar y, poco a poco, la playa despierta. Los primeros bañistas clavan sus sombrillas, las ... familias extienden las toallas y el sonido suave de las olas se mezcla con el murmullo de las conversaciones. A simple vista, todo parece perfecto. Pero si se mira con más atención, se puede ver que hay «guardianes silenciosos» que trabajan entre las olas para que esta postal siga siendo posible.
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Muy cerca de la orilla, casi rozando las boyas que delimitan la zona de baño, una pequeña embarcación se desliza con suavidad sobre el agua. Es uno de los barcos limpia playas del Ayuntamiento de Almuñécar, un servicio que cada verano vela por mantener limpia la lámina de agua del litoral. No hacen ruido, no llevan turistas. Su misión es recoger la basura que flota en el mar antes de que llegue al fondo o se cruce con los bañistas.
A bordo va Alonso Montiel, patrón de una de estas embarcaciones. Con gorro, gafas de sol y camiseta blanca, Alonso conduce el barco con una mezcla de precisión y calma. Su embarcación cubre toda la parte oeste del municipio, desde el centro hasta las playas de La Herradura. La otra embarcación gemela trabaja al este.
Desde las once de la mañana hasta las cinco de la tarde, Alonso navega despacio, pero su mirada no se relaja ni un segundo. Va buscando, atento, cualquier indicio de plástico, ramas, restos orgánicos o incluso medusas que el mar pueda haber arrastrado hacia la zona de baño. El barco se mueve entre los bañistas con gran precaución, siempre a baja velocidad, esquivando a quienes nadan, se sumergen con gafas de snorkel o se dejan llevar por las olas en tablas hinchables.
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El otro barco lo conduce Rafael. Sobre la cubierta, un sistema hidráulico mueve dos brazos metálicos que sujetan dos canastas con redes. Esas redes barren la superficie del agua recogiendo lo que no le pertenece. Los residuos se quedan atrapados y, cuando se acumulan lo suficiente, Rafael sube las redes para vaciarlas en unos cubos colocados dentro del barco.
A simple vista, podría parecer que estas embarcaciones recogen toneladas de basura cada día. Pero no es así. Según Alonso, la costa de Almuñécar está bastante limpia. «Esta zona es una maravilla», dice mientras señala el fondo del mar, completamente visible a través del agua turquesa. La mayoría de los días apenas recoge unos cuantos plásticos y algún que otro resto orgánico. Sin embargo, hay momentos puntuales como después de un día de viento o después del fin de semana en los que la cantidad aumenta. «Depende mucho de las corrientes», explica. «A veces no ves nada durante horas, y de pronto te encuentras con una acumulación flotando entre dos boyas.»
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También están las medusas. Cuando aparecen en gran número, pueden ser un problema para los bañistas, sobre todo si el agua está en calma y las corrientes las arrastran hacia la orilla. En esos casos, los barcos las recogen.
Alonso se mueve entre los bañistas con delicadeza, como quien no quiere molestar. Muchas veces hay niños jugando cerca, personas que nadan sin levantar la cabeza o usuarios de snorkel que van tan concentrados en el fondo marino que no se dan cuenta de que un barco se acerca. Por eso, la navegación se hace con mucha precaución. El patrón está siempre alerta, maniobrando con suavidad, esperando el momento exacto para entrar o cambiar de rumbo.
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La coordinación con los socorristas también es clave. Cuando hay muchos bañistas en el agua, ellos avisan desde la orilla y ayudan a despejar el paso. A veces, incluso los propios bañistas hacen señales si ven basura cerca o alertan de algo flotando para que lo recojan. Esa colaboración tan «espontánea» demuestra que el cuidado del entorno es cosa de todos.
Nueva adquisición
Los barcos que se usan este verano son nuevos, reforzando un servicio que ya funcionó el año pasado pero que ahora cuenta con mejores navegaciones.
La concejal de Playas, Lucía González, explica que el servicio de limpieza de la superficie marina se mantendrá activo durante los meses de julio y agosto, recorriendo los 20 kilómetros del litoral sexitano, desde el barranco de Enmedio hasta la playa de Cantarriján.
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González enfatiza en que el objetivo principal de este servicio es recoger plásticos, restos biológicos, algas y otros residuos antes de que lleguen a la orilla, «para que podamos ofrecer a nuestros bañistas playas limpias, sostenibles y de calidad, con esa excelencia turística que tanto buscamos».
José Luis Pulido, responsable de las embarcaciones, detalla que durante la temporada alta la empresa concesionaria despliega un dispositivo compuesto por dos embarcaciones limpia playas y cuatro operarios, operativo hasta el 31 de agosto.
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Las embarcaciones cuentan con dos cestas hidráulicas de dos metros cada una, capaces de realizar un barrido frontal de cuatro metros de ancho. Como medida de seguridad, los motores son intraborda y están equipados con toberas cuya salida es por jet, no por hélice, lo que minimiza cualquier riesgo en caso de contacto con bañistas. Además, están monitorizadas en tiempo real, lo que permite conocer su ubicación exacta.
Mientras las olas siguen rompiendo en la orilla y los veraneantes disfrutan del agua como si fuera un paraíso, estos pequeños barcos se deslizan recordando a los bañistas que detrás de cada chapuzón hay un esfuerzo diario que lo hace posible.
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