Los hoteles de la Costa se llenan y vuelven a niveles de ocupación 'precovid'

De acuerdo con la Federación Provincial de Hostelería yTurismo, la media de ocupación de la provincia se mantendrá en el 75%. Las reservas en la capital se sitúan entre el 65 y 70%, pero en el resto de la provincia cuelgan casi el cartel de completo (entre el 85 y 90%) según explica Trinitario Betoret, presidente de la asociación de hospedaje. El litoral granadino con 7.000 plazas hoteleras, será el destino que más camas conseguirá llenar. La ocupación en esta primera quincena de agosto y hasta el final de la festividad se ha mantenido entre un 90 y 95%, un dato similar al registrado en 2019, antes de que la pandemia azotara al sector, según apunta el presidente de la asociación de hoteleros de la Costa Tropical, Jesús Megías.

En estas mismas fechas en 2019, la ocupación de los hoteles del litoral oscilaba entre el 95 y 98%. «Estamos sorprendidos, lo que llevamos de agosto hemos alcanzado niveles similares a los de 2019. La segunda quincena será más incierta, pero un verano más confiamos en el cliente nacional para salvar la temporada turística», manifiesta Megías. Que los empresarios puedan seguir con las puertas abiertas a partir de septiembre es un escenario aún incierto.

El máximo representante de los hoteleros en la Costa confía en que la «horrible» imagen de persianas echadas en los establecimientos no se repita. Pero será el volumen de clientes y el regreso –o no– de los extranjeros el que decida si los hoteleros se pueden permitir aguantar el invierno.

«En septiembre los empresarios tendrán que valorar si quieren probar suerte o hacer de nuevo un parón», cuenta Megías. El hotel Helios, que no ha sacado todo su inventario a la venta para tranquilidad de sus clientes y solo un 70% de las camas están disponibles, «pelearán» por continuar operativos al menos en octubre.

Matías Hidalgo, director del establecimiento, dice – «bajito para no tentar a la suerte»– que el 21% de sus habitaciones estarán ocupadas en octubre por clientes ingleses. En la misma línea, la directora del hotel Playacálida Spa, Loli Cifuentes, cruza los dedos para cerrar la temporada en noviembre, como cada año, sin tener que adelantar el cese de la actividad.

El hotel, con 325 habitaciones, alcanza actualmente una ocupación al 94%, aunque a partir del puente las reservas vuelven a decaer y dependerán de nuevo de la última hora. «Contamos incluso con varios grupos de clientes franceses y polacos, aunque la mayoría de nuestros clientes son nacionales», destaca. La gerente celebra que han podido reincorporar a finales de julio a toda la plantilla fija e incluso se ha contratado a parte del personal eventual, pese a que el otro hotel que tiene la cadena (Almuñécar Playa) continúa sin abrir sus puertas desde que estalló la pandemia.

Sin embargo, las perspectivas no son tan halagüeñas en la capital, que languidece por la falta de turistas. La ocupación se estanca entre el 65 y 70% y, a diferencia de en el resto de destinos, los turistas desaparecen los fines de semana. «La ciudad es lo que más se resiente. Hay todavía hoteles que no han abierto y la rentabilidad de las habitaciones ha bajado de media en todas las zonas de la provincia, a la vez que los empresarios se enfrentan a más gastos y la factura de luz ha aumentado considerablemente», lamenta, Betoret.

«Hasta que el sector logre la misma rentabilidad que en 2019 queda mucho camino de recuperación por delante. Espero que todos los ciudadanos nos cuidemos para que la entrada al otoño sea buena y se puedan mantener los precios y mejorar la ocupación. De esta forma garantizaremos que todos los puestos de trabajo continúen. Muchas familias dependen de esto», añade.

Betoret denuncia además la «competencia desleal» y el daño al sector que provoca la laxa regulación de los pisos turísticos, que junto a la covid, se une a la lista de males que afectan a los establecimientos hoteleros. El empresario y director del hotel Plaza Nueva denuncia además las «escasas» ayudas que tanto el Gobierno central como el autonómico han ofrecido a los empresarios del sector hotelero y hostelero. «Si no ayudan, por lo menos que no estorben», remacha.

En la Alpujarra, los hoteles rurales también estarán prácticamente llenos. Entre el 85 y el 90% de las camas están ya vendidas, al igual que en Altiplano. Las 300 plazas en cuevas de la provincia, la mayoría situadas en las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, superan el 90% de ocupación. La presidenta de la Asociación Andaluza de Cuevas Turísticas, Natalia Guidoni, cuenta que la llegada de visitantes ha despertado la comarca a niveles similares a la irrupción de la pandemia.

«Los alojamientos al estar prácticamente llenos han avivado a las empresas turísticas y de actividades de estas zonas. El comercio y la hostelería también lo ha percibido, los restaurantes están prácticamente llenos», señala.

El Norte de la provincia ha recuperado a parte del cliente extranjero. El 5% de los visitantes habla otros idiomas. «Los clientes ingleses, franceses, alemanes y holandeses han vuelto, la mayoría en ruta por carretera en coche o caravana», explica. Los turistas nacionales que eligen las cuevas para pasar unos días de descanso proceden en su mayoría de Valencia, Alicante, Madrid y Cataluña, según indica Guidoni. Predomina sobre todo el turismo familiar, el 80% de los visitantes son matrimonios con hijos. «La recuperación se está haciendo de rogar, pero llegará», sentencia.