La Guardia Civil da diez días de plazo para desalojar las 27 viviendas 'okupadas' en Almuñécar Hills

Según fuentes cercanas a la operación, en total son 27 las casas que aún sé encuentran 'okupadas' en la selecta urbanización de Almuñécar Hills. Esta comprende diversas calles como Citalsol o Citalmar, que están llenas de chalets adosados con varias plantas próximos a Velilla-Taramay. Estas construcciones quedaron inacabadas y abandonadas a raíz de la quiebra de su constructora por la crisis del 2008. Oportunidad que aprovecharon familias e individuos en presunta situación de vulnerabilidad para salir de la calle y hacerse con un techo bajo el que dormir.

Corría entonces el año 2015, aunque la situación se ha prolongado hasta hoy. La Guardia Civil ha llevado a cabo desde el pasado miércoles los primeros pasos para desalojar a estos moradores ilegales. Junto a miembros de la comisión judicial pertinente, los agentes han confirmado el estado de 'okupación' de estas viviendas. También han identificado a sus inquilinos y les han comunicado el plazo máximo de diez días para abandonar el inmueble por su propio pie. Algunos ya se han marchado, mientras que otros han iniciado el traslado de sus pertenencias.

Almuñécar Hills se encuentra a pocos pasos de Fuentes de Almuñécar, otra urbanización compuesta por varias manzanas de viviendas en las que residen un millar de vecinos. Ambas comparten el trayecto de bajada hacia el pueblo sexitano, que supone punto de encuentro día sí, día también entre 'okupas' y residentes. El anuncio sobre su desalojo ha aliviado a los segundos, que califican la zona como «insegura».

«Tenemos problemas con los 'okupas' porque no respetan nada. Se han colado varias veces en nuestras piscinas comunitarias, incluso a plena luz del día. Lo hacen cuando no está el vigilante. No tienen derecho a entrar ahí y hemos tenido que cambiar el sistema de entrada. Cuando se vayan nos quedaremos más tranquilos», expone a IDEAL una vecina de Fuentes de Almuñécar. No está dispuesta a facilitar datos personales por miedo a posibles represalias.

Lo mismo le ocurre a otra residente, que coincide en las quejas sobre las piscinas de la urbanización y denuncia además un mal comportamiento al volante. «Los vecinos pasamos por la entrada de Alhambra Hills para bajar al casco urbano de Almuñécar. A menudo tenemos que pegar un frenazo porque circulan con patinetes o turismos sin respetar los límites de velocidad. Vamos con niños y tememos sufrir un problema. Sobre todo como peatones y a ciertas horas en las que es más seguro no pasar», afirma.