Granada recupera parte de la actividad con el ritmo de contagios controlado

Una situación que, sin embargo, podría cambiar en las próximas semanas, como explica Guadalupe Carmona, profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) que ha realizado el cálculo de este número reproductivo básico a través de un modelo matemático en todas las provincias andaluzas y el conjunto de la comunidad y cuyos resultados se publicarán en los próximos días en la web de la propia institución.

El 11 de abril, último día al que alcanzaba la serie a la que tuvo acceso este periódico, que comenzaba el 22 de marzo, el R0 granadino se encontraba en 0,639 tras haber descendido de manera sostenida desde el inicio del ciclo. Esto quiere decir que, siempre hablando en términos promedio –«esta cifra no sale de una educación de sumas y restas normal, sino de un modelo parametrizado con intervalos de confianza», aclara Guadalupe– , cada contagiado granadino infecta hoy a 0,639 personas.

La buena noticia es que se mantiene por debajo de un valor de 1, el requisito imprescindible para poder entrar un período de freno a la propagación descontrolada de la enfermedad entre la población. El descenso es notable. El 20 de marzo, cuando comienza la serie histórica, R0 se encontraba en Granada en 3,268.

Una cifra que era incluso superior a la media andaluza, situada en 2,92 entonces. Un número muy alto, en el entorno del más alto registrado en la epidemia de gripe de 1918 y cerca del nivel más bajo registrado para la viruela (3,5).

Hasta el momento, la comunidad científica estima que el número reproductivo del SARS-CoV-2 se encuentra en el 1,4 y el 3,8. «Los datos todavía no son muy fiables», explica la profesora Carmona, que apunta que es posible que, como defiende su compañero Joan Carles March, el hecho de que Granada fuera la última provincia andaluza en registrar casos positivos (los primeros se conocieron el 12 de marzo) pudo contribuir a que la expansión de la enfermedad fuera muy rápida al principio y por eso haya provocado mayores tasas de infección y mortalidad que en otros lugares:«Quizá íbamos con mucha alegría por ahí», asegura.

La incógnita que queda por despejar ahora es si la vuelta al trabajo de los empleados de sectores no esenciales provocará un repunte en este número reproductivo. La profesora considera que, aunque es posible, el objetivo ahora mismo debe ser «buscar un equilibrio entre el impacto económico y social y el hecho de ir abriendo poco a poco» la vuelta a la vida. Además, otra de las variables imprescindibles a la hora de hacer este análisis tiene que ver con la capacidad del sistema sanitario de asumir los nuevos casos que se vayan produciendo. Para poder plantear el fin total de la pandemia habrá que esperar que haya una vacuna. Ypara eso, de momento, no hay fecha.