La Costa afrontará otro verano sin espigones si en cuatro meses no concluye la tramitación

El compromiso anunciado por el Gobierno de España el pasado mes de noviembre en la visita del secretario de Estado, Hugo Morán, fue claro. No dejaba lugar a dudas. Después de dos décadas de demandas había un horizonte al que aferrarse. Sin embargo, a este año le quedan cuatro meses de vida y los proyectos continúan en la mesa de la dirección general de Costas en Madrid.

«Se nos prometió un plazo y no nos constan nuevos avances. Exigimos a Costas que cumpla con el calendario. Estamos desesperados después de tantos años con lo mismo», manifiesta María José Sánchez (PSOE), alcaldesa de Albuñol –que espera dos espigones–, y presidenta de la Mancomunidad de Municipios.

De acuerdo con Costas y la Subdelegación del Gobierno, los proyectos, ya redactados, «continúan su tramitación». «El estado de los diferentes actuaciones incluidas en la estrategia para la defensa de la Costa de Granada, de los que hay que destacar su complejidad, continúa su tramitación. Es importante dejar constancia del compromiso del Gobierno de España desde que llegó, impulsando de forma decidida y continuada los espigones», señalan.

Preguntado por este medio sobre en qué fase de la tramitación se encuentra cada uno los proyectos, IDEAL ha obtenido la misma respuesta que a principios de año, aunque cabe destacar que el espigón de la Punta del Santo pasó de nuevo por información pública. Pero aún así los proyectos se encuentran en el mismo estado que el pasado mes de febrero.

Los espigones de Salobreña y Playa Granada y el plan de creación de playa en Castillo de Baños (Polopos-La Mamola), donde las olas rompen directamente en el paseo marítimo y no hay arena, se encuentran en fase de tramitación ambiental. Por último, están «en diferentes fases de supervisión técnica» los otros tres proyectos restantes, los dos de Albuñol (espigón de La Rabita y el espigón del Pozuelo), así como el de mejora de las playas de Castell de Ferro, se encuentran en el primer escalón antes de que salga a información pública y se dé paso a la calificación ambiental, que es bastante farragosa.

Doce años en guardia

Por su parte, los empresarios y la Plataforma por las Infraestructuras no descartan tomar nuevas medidas de presión. «El espigón que está más avanzado es el de Motril y puede que a principios del año que viene empiecen las obras. El resto tiene complicaciones que van a hacer que se retrasen bastante. Hemos pedido reunión a la ministra de Transición Ecológica, hace cuatro meses, a través de Subdelegación y Delegación del Gobierno y esperamos nuestra cita», manifiesta Julio Rodríguez, presidente de la Cámara de Comercio y miembro de la plataforma. Fue precisamente el empresario quien organizó en 2010 la primera protesta, documentada en la hemeroteca de IDEAL, por la defensa de las playas. Además, existe cierto temor en la plataforma a perder la financiación europea si los proyectos no están para ejecutarse en 2023.

La finalización de la presa de Rules, que comenzó a embalsar agua en 2007 y cortó los aportes de áridos del río Guadalfeo agudizó la necesidad de sistemas de defensa para unas playas que sufrían tras cada temporal. El primer compromiso con los espigones llegó en 2014. El por entonces subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, anunciaba la realización de un estudio de las necesidades del litoral y por primera vez abrió la puerta a dejar de mover arena todos los veranos.

El anuncio no se concretó hasta tres años mas tarde, 2017, con la presentación de llamada 'Estrategia litoral', un estudio en profundidad que definía los espigones, los presupuestaba en 21 millones y los calificaba en prioridad. Fue en el año 2019, con el gobierno socialista de Pedro Sánchez, cuando esos proyectos comenzaron a redactarse y ahí siguen, a la espera de materializarse.

En Motril cruzan los dedos para que su espigón en la Punta del Santo, en el límite de Playa Granada, no se demore más y se construya a principios de 2023 como «muy tarde». Esa fue el compromiso que obtuvieron antes de la temporada estival, solo falta una firma para que pueda licitarse el proyecto, valorado en aproximadamente ocho millones de euros. «Esperamos que salga pronto el pliego, esa fue la palabra que se nos dio y no queremos más motivos para desconfiar. ¡Espigones ya!», grita con energía José Lemos, concejal de Turismo de Motril. ¡Espigones ya! y ¡Agua ya !, dos emblemas que han logrado unir en una misma fuerza, sin importar el signo político, a los municipios del litoral. Una unión que empresarios y alcaldes confían en que se mantenga por muchos años, pero con estos dos fines de sobra cumplidos.