El calamar gigante de Motril, de la pescadería a un chiringuito de Almuñécar: «La gente se hacía fotos»
La pescadería Faílla, que acostumbra a trabajar con género descomunal, adquirió en la lonja el molusco de 13 kilos que ha causado expectación y decenas de visitas a su local
Se lo quitaron rápido de las manos y causó expectación. No había cliente que no entrara en la pescadería para preguntar por el calamar enorme ... por el que Manuel Carmona, apodado el Faílla, al igual que su pescadería, había pujado en la lonja de Motril la tarde del miércoles, el molusco más grande que han capturado la flota motrileña en un lustro. Un bicho de 13 kilos que llegó a la subasta desde los 400 metros de profundidad donde vivía.
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«Te aseguro que no ha habido un calamar más grande, al menos por esta zona y esta pescadería la montaron mis padres hace 40 años. Cuando lo traje, la gente estuvo haciendo fotos y me dolían ya los brazos de sujetarlo porque era grande y no me cabía», cuenta Manuel, propietario del negocio familiar que comparte con sus sobrinos en la plaza Kuwait de Almuñécar.
El pescadero le ha vendido el extraordinario ejemplar al Chiringuito Deportivo de Almuñécar que lo ha troceado para venderlo en raciones. A estas horas ya estará en el estómago de algún comensal satisfecho de ingerir un producto fresco «de primera».
A Faílla le encanta trabajar con un género descomunal. Sobre un lecho de hielo en su expositor descansa también un enorme atún. «Me gusta a mí los pescados grandes, como ese atún de 200 kilos. Traemos también pez espada con ciento y pico kilos. A mí me gustan los pescados así, llaman mucho la atención y la verdad que se venden. Le ponemos un buen precio, uno razonable. Nuestro producto siempre es bueno compramos en las lonjas de Motril, Adra y la Caleta de Vélez, pero también nos traen pescado de Huelva», relata el empresario.
Los manjares que adquieren en la lonja llegan a casa de muchos vecinos sexitanos, pero también tienen una amplia cartera de hoteles y restaurantes en su clientela habitual. «Esto no lo tienen en ninguna pescadería de Almuñécar, los único que vamos a comprar pescado Motril somos nosotros», dice el heredero de este negocio familiar que abrió sus puertas en el antiguo mercado municipal, sobrevivió al derrumbe y abrió de nuevo sus puertas a pocos metros de su origen, donde sigue recibiendo cada día a decenas de vecinos que aguardan con gusto cola.
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