Bautismo de fuego y sal por San Juan
Los vecinos disfrutan de sus rituales para atraer la buena suerte en toda la Costa, mientras en Motril queman al muñeco Juanillo para expulsar todo lo malo
Pilar García-Trevijano
Lunes, 24 de junio 2024, 00:07
Cae el sol y el mar adopta su tono rojizo. Los toldos se mecen con la última brisa del día, mientras los bañistas esperan a ... que sea medianoche. Como vampiros, llegan más y más vecinos a las playas para unirse a los que llevan desde por la mañana. Todos quieren recibir su bautismo de fuego y sal. En la Costa Tropical se puede empezar de nuevo dos veces al año, en Nochevieja y en San Juan que marca la llegada del verano.
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En la playa de San Cristóbal un grupo de amigos empieza a descargar garrafas de mojitos y cajas de pizza. «Hoy pasamos aquí la noche. Venimos bien preparados», comenta Miguel, de 18 años. «¿Te has traído las cartas?», pregunta uno de sus colegas. Miguel las agita en el aire. Acaban de terminar bachillerato y afrontan las vacaciones más largas de sus vidas. ¡Quién las pillara!
Centenares de personas con las toallas extendidas hacen sus rituales, aquellas manías que creen que les traerá suerte. Frente a Las Góndolas se echan palés a la que será en un rato la hoguera municipal. Grupos de familias y amigos disfrutan en sus chambaos de la cena y las risas o llegan con troncos de madera para encender sus moragas. Como no se puede ni aparcar, hay quien decide trasladar la fiesta a otra zona. En Salobreña tampoco hay hueco. En Playa Granada sí que hay sitio para sentar el culo.
Allí, cerca del límite con Playa de Poniente, María y su madre explican que se lavarán la cara con agua del mar sin mirarse al espejo hasta el día siguiente. «Mantiene la belleza y la buena suerte», cuentan. La joven ha traído también unos deseos que espera poder quemar llegada la hora. «Aquí cumplimos rigurosamente con la tradición», sentencian.
La emoción de la primera vez
Un poco más adelante, una pareja aguarda también la hora. Los amantes se han hecho un picnic improvisado. Todo parece nuevo, emocionante en los inicios. Su burbuja solo se ve interrumpida por las voces y risas de un grupo de amigos más adelante, pero ellos no se dan ni cuenta. En la playa, hay quien tira de barbacoa para cenar. Huele a hamburguesas y morcilla. Las barbacoas solo están permitidas en San Juan, pero está terminantemente prohibido realizar hogueras y fuegos en el suelo de la playa, arena, piedras o rocas.
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Eso sí, en la playa del Cable un amasijo de madera espera el fuego, es la hoguera municipal. Encima de los palés, descansa Juanillo, un muñeco donado por la asociación de vecinos de Santa Adela y hecho con ropa vieja. La quema de 'Juanillo' invita a dejar atrás lo malo.
A las 00.00 la luz y el calor de la pira inundan la playa de Poniente, que congrega a muchos vecinos y algún granadino rezagado que se le pasó la hora de volver a casa. Hoy es festivo en Motril, pero en la capital se trabaja. En grandes grupos, no para el chorreo de visitantes. El Ayuntamiento ha habilitado para la ocasión un búho bus desde el Paseo de las Explanadas a la playa que funciona hasta las 4 de la mañana. La música retumba. La noche va a ser larga.
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Los consistorios ha hecho todo lo posible para que la velada sea tan mágica como segura. La Subdelegación y los ayuntamientos han reforzado los efectivos. La Policía Local, Guardia Civil y Policía Nacional vigilan las playas y los accesos a los municipios. Desde primera hora de la mañana, una patrulla de civiles controlaba la rotonda de acceso a Playa Granada y Salobreña.
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