El alga asiática coloniza ya toda la Costa, con daños para la biodiversidad marina y la pesca
El litoral teme los efectos para el turismo, mientras que La Mamola, zona más afectada, ha recogido en los últimos meses toneladas de esta especie que invade su pradera de posidonia
El alga asiática ya es un problema para la Costa de Granada. Hace apenas cuatro años, en octubre de 2019, las redes de los barcos ... de arrastre de Motril aparecieron cubiertas de esta especie invasora de color rojizo. Fue la primera llegada constatada en el litoral de la rugulopterix okamurae. Poco más tarde los investigadores de la Universidad de Granada y el Aula del Mar constataron su presencia y el inicio de su arraigo, en algunos fondos marinos de Castell de Ferro o La Herradura. Y, cuatro años después, no queda ni un municipio de la costa sin colonizar.
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El alga, en menor medida o formando auténticos «bosques», está extendida por todo el territorio y ocasiona daños a la pesca y a la biodiversidad marina, mientras los municipios temen los efectos que tendrá para el turismo cuando sus playas se desborden, como ocurre en otros puntos del litoral andaluz.
Julio de la Rosa, director del Aula del Mar y profesor de botánica especializado en algas y especies invasoras, señala que la rugulopterix okamurae está «superextendida» y todas las áreas se encuentran colonizadas. Además, advierte que en esta época se dan los mayores ratios de crecimiento de las algas, es cuando empiezan a desarrollarse y será frecuente verlas en la orilla. Las zonas más afectadas son el Tesorillo de Salobreña, el paraje de Maro-Cerro Gordo, La Herradura, Castell de Ferro y el área oriental del litoral de la provincia, donde se pegan a cada superficie rocosa. En las playas de sustrato o fondos arenosos es donde menos se observa la presencia de la especie invasora, como la playa de Velilla o algunos espacios de Carchuna.
Los expertos habían advertido y pedido medidas a las administraciones públicas para tratar de controlar la proliferación de la rugulopterix okamurae. Sin embargo, aunque es difícil ponerle puertas al mar, no hay acciones en marcha. «La detección precoz que hicimos fue importante. Contener el alga es muy difícil, pero se podría haber intensificado el control y su detección en puertos deportivos y comerciales porque el agua de lastre de los buques la expande», señala. El experto explica que el impacto del alga para la biodiversidad del medio marino es grave porque ocupa el espacio de otras plantas autóctonas. Puede vivir durante mucho tiempo en las corrientes sin arraigarse. En el Estrecho la zona se ha homogeneizado. El medio marino y comunidades que eran muy diversas acaban teniendo pocas especies.
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La invasora afecta la supervivencia de otras especies, compite por el espacio. Su descomposición genera una gran cantidad de materia orgánica que contamina el agua. Este proceso conduce a la reducción del oxígeno en el medio acuático, creando un ambiente hostil para la vida marina. Además, se carga a pequeños invertebrados que habitan en simbiosis con nuestras algas autóctonas y que son un eslabón importante de la cadena alimentaria.
Luis Sánchez Tocino, biólogo marino y buzo, manifiesta que esta especie afecta especialmente a la pradera de posidonia de La Mamola y Cambriles, cubre todo el paraje de Cerro Gordo, crece sobre el coral naranja y asfixia a la gorgonia, unos elementos de gran valor ambiental y para el turismo submarino. A pie de playa, también los ayuntamientos empiezan a padecer sus efectos. Afortunadamente, Granada no ha llegado a los extremos de Cádiz o Málaga, donde la presencia en las orillas del alga es abismal y se retiran por miles y miles de toneladas.
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Polopos- La Mamola es por ahora la localidad más perjudicada. Hace meses que limpian la playa a diario para retirar los arribazones. Ya han recogido cerca de cinco toneladas y destinan a dos operarios al mantenimiento de los arenales. Debajo del agua, su presencia en la pradera de posidonia «asusta». Estas praderas son el ecosistema marino más importante, complejo y extendido del sistema litoral Mediterráneo y el alga se ha introducido en ellos.
Desembolso en limpieza
«Llevamos más de 20.000 euros invertidos en la limpieza de la playa por el alga asiática. Tenemos a dos operarios peinando la zona a diario prácticamente desde abril», lamenta. «Es un problema ambiental que a la larga afectará también al turismo en la costa. El hedor de la descomposición del alga y los insectos que genera son molestos. Se deben tomar medidas ya por el bien de todos los municipios», sentencia el regidor, Matías González.
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En Almuñécar, al igual que en Polopos-La Mamola, la retirada del alga se hace de forma manual cada vez que llegan las mareas, mientras que en Gualchos no las retirarán hasta la temporada estival. Por su parte, el servicio provincial de Costas apunta que realiza seguimiento regular de la presencia de alga asiática, pero que de momento no se ha llegado al nivel de gravedad de otras zonas de la costa andaluza.
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