Los costaleros del Nazareno y la Esperanza aguardan antes de salir de su templo.

Grandeza y unión en Salobreña

LAURA GAUTIER

Jueves, 13 de abril 2017, 03:15

Con emoción y el orgullo de saberse única, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza emprendió su recorrido a ... las nueve y media de la noche desde su templo, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Por delante, un camino de tres «intensas horas» que ofreció a sus fieles una espectacularidad que sólo pueden dar las empinadas calles del centro de Salobreña.

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Dos imágenes, un sólo trono y la valentía de una cuadrilla mixta compuesta por 20 hombres y 20 mujeres que, si en sus inicios dio que hablar, a día de hoy se está consolidando como todo un referente en el mundo cofrade, que ve en este trono mecido a paso malagueño la representación y la escenificación de la unión entre hombres y mujeres para sacar adelante el miércoles de Pasión salobreñera.

«Somos una cofradía abierta a todo el mundo», clama orgulloso Carlos Maya, vicehermano mayor de esta cofradía que se caracteriza por la hermandad y el trabajo conjunto para sacar a este Nazareno que acoge a todo aquel que lo desee y que ayer estrenó una cruz completamente restaurada.

Media hora antes emprendía su recorrido el Cristo de la Humillación y María Santísima del Amor, que comenzó su recorrido desde la Iglesia salobreñera de San Juan Bautista. Esta Cofradía, que puede presumir de contar con el trono más grande de la localidad recorrió las calles de la zona baja del pueblo, precisamente porque la envergadura del paso le impide abrirse camino entre las estrechas y empinadas calles del casco histórico.

La Humillación, que recibió el cariño del pueblo volvió a salir este año acompañada por la Banda de la Escuela Municipal de Música de Salobreña, después de cuatro o cinco años sin procesionar juntos.

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