Ocho apellidos y ocho chiringuitos 'herraureños'
La historia de los establecimientos playeros granadinos por excelencia siempre ha estado ligada a esta playa
andrés cárdenas
Viernes, 29 de agosto 2014, 00:53
En La Herradura nadie se acuerda bien de cuándo pasó, pero sí lo que pasó. Debía ser a finales de los años cincuenta o principios ... de los sesenta cuando las autoridades decidieron derribar un gran peñón que había al comienzo de la Punta de la Mona y que ponía en peligro a los viandantes. Lo intentaron primero con agua a presión y después con dinamita. Todos los días iban los vecinos al lugar a ver cómo iban los trabajos que harían posible la caída del peñón. Hasta que una madrugada, cuando todos dormían, el peñón cayó sobre la playa en La Caleta. Ya no había peligro para nadie. Ahí pudo comenzar la historia turística de la playa de La Herradura.
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Hablar de La Herradura me resulta difícil porque desde hace quince años paso en ella bastantes días de mi vida. Tiene esta bahía tal encanto para mi espíritu que me sería difícil ser objetivo al describirla. Aquí tengo una casa desde la que miro al mar mientras me zampo la tostada y aquí tengo amigos de los andar todas las mañanas o quedarme con ellos hasta las tantas en cualquier taberna.
Uno de esos amigos se llama Joaquín García, aunque todo el mundo lo conoce como el 'Zorricas'. Joaquín va siempre con sombrero para que el sol no le ponga el rostro más 'colorao' que lo tiene. Sus ojos claros han visto mucho mar y mucha vida, aunque solo haya dejado La Herradura una ocasión en que se fue a Australia a trabajar en la caña de azúcar.
-Quitando esos once años que estuve en la tierra de los canguros, los demás, hasta 78 que tengo, los he pasado aquí.
Al 'Zorricas' le enseñaron a pescar José 'Chiripa' y Juan el 'Tello', dos legendarios pescadores de la zona. Ahora quien vaya a pescar con él sabe con toda seguridad que se llevará a su casa alguna que otra buena pieza porque sabe dónde pican los peces y lo que hay que hacer para que piquen.
-Mientras me queden dientes salgo a pescar. Hay que morder y mascar las sardinas crudas y echarlas de cebo para que acudan los róbalos y los sargos. Eso se llama pesca de 'enguaje'.
Con el 'Zorricas' uno puede pasar horas enteras escuchándolo porque no solo sabe de pesca, también es uno de los pioneros en la zona del cultivo de frutos tropicales. Él fue de los primeros que destinó los bancales a plantar e injertar chirimoyos, aguacates, mangos y guayabas. Saber tanto sobre los cultivos le da derecho a sentenciar:
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-De la agricultura se puede vivir perfectamente siempre que se conozca bien la tierra.
La Punta de la Mona
El origen de La Herradura fue el barrio del Hornillo, llamado así porque las mujeres cocinaban con el hornillo en las puertas de las casas. Luego vinieron algunos bloques de pisos y la urbanización de la Punta de la Mona, donde se hacían chalés para ricos. El artífice de aquel proyecto tiene calle dedicada en el núcleo y se llamó Francisco Prieto Moreno.
Prieto Moreno fue arquitecto conservador de la Alhambra y el que dictó unas normas urbanísticas en La Herradura gracias a las cuales en este sitio nunca se construyeron edificios altos de los que luego habría que arrepentirse. Él compró la Punta de la Mona y vendió solares para que se hicieran chalés, siempre bajo la supervisión de doña Laura, su esposa, que decía dónde y hasta cómo debían de construirse las casas. Allí tuvieron vivienda de verano actores de cine, nazis y personas muy poderosas apegadas al régimen. Y allí, de vez en cuando, iba Lola Flores y Camarón para participar en juergas flamencas que organizaban los dueños de los chalés. El padre de Don Juan Carlos, Don Juan, recaló más de una vez y un famoso que tuvo allí chalé fue el guitarrista Andrés Segovia, que no se mezcló casi nunca con el pueblo.
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En La Herradura, en el ochenta por ciento de las familias hay alguien que lleva uno de los ocho apellidos herradureños por excelencia: Garciolo, Barbero, Pintor, Parras, Novo, Palacios, De Haro y Arenas. También hay muchos que se apellidan Alaminos y Ruiz. Me lo dice Marcos Novo, que es cartero y todos los días clasifica las misivas que llegan al anejo. Al ser muy extensa la playa los lugareños la dividen en cuatro partes: La Caleta, El Lance, El Carbón y Peña Parda. Es la playa granadina, junto con la de Salobreña, que más chiringuitos tiene. La bahía limita al Norte con el chambao de Joaquín y al Sur con el chambao de Vicente. En medio están 'El Rebalaje', 'Bambú', 'La Sardina', 'El Copo', 'Bueno' y 'La Gaviota'. Ocho en total.
El primer chiringuito que se levantó en La Herradura se llamó 'La Bola Marina', que montó Frasquito, ese lugareño especial y tan querido en el pueblo que sin tener estudios algunos de medicina, curaba heridas, ponía inyecciones y asistía a partos. El chiringuito de Frasquito estaba justo enfrente de donde está la estatua del escultor Miguel Moreno dedicada al naufragio y que es conocida popularmente como 'El tumbaíllo'. Y muy cerca de éste se levantó en los años setenta otro conocido en el pueblo como 'La Pelillera', que después lo gestionarían los hermanos Olmedo. Estaba hecho como un chamizo: cuatro palos bien agarrados a la arena y un techo de mazorcas de maíz que evitaba que a los clientes les diera la solanera. Hay dos o tres versiones sobre el origen de su nombre. La versión que ha triunfado es esa en la que pone de protagonista a la esposa del dueño, una mujer muy peluda que cuando se bañaba dejaba que el vello de sus partes más íntimas le saliera por el bañador. Cuando la señora se iba a bañar, el lema ya estaba escrito en la mente de todos aquellos que la miraban: pelillos a la mar. Eran aquellos tiempos en los que los papos no se afeitaban, ni se tatuaban, ni se les ponían piercing. Eran papos como Dios manda. Tiempos en los que se decía aquello de «eres más feo que un chocho pelao».
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La historia de los chiringuitos granadinos siempre pasará por la historia de La Herradura. La lucha por conseguir que estos establecimientos playeros por excelencia sean considerados legales por Costas comenzó con Joaquín Barbero, el primer presidente de la Asociación de Chiringuitos de Granada, y continúa con otro presidente herradureño: Francisco Trujillo.
Uno de los 'sanitex' que más ha hecho por La Herradura se llama Ángel Galdo, que fue presidente de la Asociación Amigos de la Herradura, un colectivo que creó a comienzos de la década de los ochenta con los hermanos Barbero y Paco Alaminos. José Antonio Barbero fue el que redactó los estatutos y tenía como objetivo principal dinamizar la cultura y la historia local de este anejo. El colectivo aún continúa con sus actividades. Ángel y José Antonio fueron los artífices de la competición que consiste en atravesar a nado la bahía.
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En fin, queridos lectores, podría estar hablando de La Herradura para llenar un periódico entero, pero me temo que se me ha terminado el espacio.
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