La Guardia Civil de Granada intercepta a un kamikaze en la A-92. Torcuato Fandila

El conductor kamikaze de Granada que obligó a la Guardia Civil a pararle a tiros

El acusado, que iba borracho, reconoce los hechos y el juez lo condena a un año de cárcel y le quita el permiso de conducir

Carlos Morán

Granada

Lunes, 10 de junio 2024, 00:03

Fue una noche de infarto. Ocurrió el día 20 del pasado mes de abril cerca de la localidad de Santa Fe. Un turismo irrumpió en ... la Autovía A-92 en dirección contraria. El kamikaze circulaba dando ráfagas con las luces largas a los vehículos con los que se cruzaba. Quizá pensaba que eran los demás los que estaban equivocados.

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Ya en el término municipal de Fuente Vaqueros, un vehículo oficial de la Guardia Civil en el que iban dos agentes del instituto armado, se topó de frente con el infractor y tuvieron que dar un volantazo para no chocar contra él. «El acusado continuó su marcha desobedeciendo las órdenes dealto que le realizaban los agentes mediante las señales acústicas y luminosas del vehículo policial», según el relato de los hechos que recoge la sentencia que condena al procesado por un delito de conducción temeraria y otro de resistencia a la autoridad.

También estuvo a punto de colisionar contra un camión que transitaba correctamente.

Uno de los dos miembros de la Benemérita saltó la mediana A-92 mientras hacía señales con una linterna para que el kamikaze se detuviese. Pero en lugar de frenar, intentó atropellar al guardia civil. Además, obligó a varios automóviles «a realizar maniobras evasivas para evitar» no estrellarse.

Los patrulleros comenzaron a perseguir al conductor suicida y consiguieron adelantarlo. De nuevo, le instaron a que parase, pero volvió a desobedecer la orden e intentó otra vez arrollar al agente.

Fue entonces cuando el guardia civil se vio forzado a hacer uso de su arma reglamentaria. El kamikaze avanzó todavía unos pocos metros más y ya sí se detuvo.

Borracho

En total, había circulado nueve kilómetros en dirección contraria. Para colmo, el fugitivo estaba borracho. «Había ingerido alcohol en cantidad que le inhabilitaba para una correcta conducción con el consiguiente peligro para la seguridad del tráfico.Sometido a la prueba de alcoholemia arrojó un resultado de0,78 mg/l y 0,75 mg/l». Es delito ponerse al volante con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos.

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En este sentido, el infractor, que tenía problemas mentales, mostró un «comportamiento agresivo», gritaba, tenía la cara enrojecida y no era capaz de caminar en línea recta, según la descripción de la Benemérita.

Antes del inicio de la vista oral del juicio, el encausado reconoció su culpabilidad y el juez dictó una sentencia de conformidad entre las partes. Así las cosas, ha sido condenado por «un delito de conducción temeraria» a las penas de un año de prisión, privación del derecho a conducir «vehículos a motor y ciclomotores por tiempo de cuatro años y pérdida definitiva de la vigencia del permiso o licencia de conducción», dice el fallo.

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El juez, asimismo, impone al procesado una pena de seis meses de multa, a razón de seis euros diarios, por un segundo delito de resistencia a agentes de la autoridad.

La resolución deja en suspenso el cumplimiento del año de cárcel con dos condiciones: que «el condenado no vuelva a delinquir» en un periodo de cuatro años «y que cumpla la medida consistente en someterse a continuar el tratamiento médico para la enfermedad mental que padece durante el periodo de suspensión», concluye la sentencia.

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