Lo más de la arquitectura
La casa con las mejores vistas de GranadaLa Casa del Aire, que 'cuelga' de la ladera del Serrallo, permite a sus dueños disfrutar de una panorámica espectacular desde Sierra Nevada a Sierra Elvira, y de otras instalaciones como una sala de cine o una piscina interior de entrenamiento
Imagínese que un domingo por la mañana –o un lunes o un martes, da igual– usted se levanta suspendido en el aire. Imagínese que ahí, ' ... levitando', usted mira a la izquierda y observa, imponente, Sierra Nevada. Y que va girando poco a poco su cabeza hacia la derecha, describiendo un ángulo de ciento ochenta grados, y ve primero la Vega de Granada perdiéndose en el infinito y después Sierra Elvira. Pues bien, deje de imaginar. Esta es la experiencia que viven a diario los propietarios de La Casa del Aire, una vivienda colgada, literalmente, de la ladera del Serrallo. Este prodigio de la arquitectura, que recibió en 2019 el Premio Internacional del Diseño de Milán, entre otros reconocimientos, es una invención del granadino Gonzalo Arias, del estudio Arias Recalde, Taller de Arquitectura (calle Nueva San Antón, 18).
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Todo un reto profesional por varios motivos. El primero, porque la parcela tiene un desnivel del setenta y cinco por ciento, lo que obligó a la ejecución del escalonamiento del terreno –conglomerado Alhambra– para crear paratas. Y la segunda porque el margen de actuación en estas plataformas es muy limitado por la propia normativa urbanística. «El objetivo –explica Gonzalo Arias– era lograr la mejor optimización del paisaje». La fachada trasera, por la que se accede desde la calle, está cerrada herméticamente. Pasa completamente desapercibida. Y la principal, orientada hacia el oeste, está compuesta por enormes cristaleras que permiten disfrutar de una visión hipnótica de la montaña, la Vega y de la propia ciudad de Granada.Las puestas de sol son, sencillamente, alucinantes.
Los volúmenes edificados se organizan de modo que incentivan la relación interior exterior.Tanto es así que hay momentos en que se confunde estar dentro con estar fuera. El principal material empleado es el hormigón en diversas formas. Frente a los forjados convencionales, La Casa del Aire se sostiene sobre losas posteadas. Es decir, cables que se tensan.Es la misma tecnología que se utiliza, por ejemplo, en los puentes. También hay una destacadísima presencia de vidrio de cuádruple cámara que garantiza el aislamiento térmico y acústico. Este cristal dispone de láminas de control solar que neutraliza la radiación ultravioleta en un noventa y ocho por ciento, pero sí deja traspasar la luz. El último elemento es la madera, que se usa como suelo en todas las estancias. Se extiende como si se tratara de una alfombra continua.
«Ha sido una gozada trabajar con un cliente exigente a la par que daba vía libre a la creatividad», comenta Gonzalo Arias. «Su programa de necesidades era cualitativo más que cuantitativo». «Pidieron espacios con vistas y que corriera el aire», recuerda el arquitecto. También que preservaran totalmente la intimidad. En la planta menos uno se hallan los dormitorios de los hijos, el despacho, la lavandería y dos 'caprichos': un cine con seis cómodas butacas para disfrutar del séptimo arte, y un gimnasio y una piscina interior para nadar contracorriente. El dueño de La Casa del Aire es un gran aficionado al deporte.Tanto es así que ha cruzado a nado el Estrecho de Gibraltar, desde Tarifa hasta las playas de Tánger.
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Piscina infinity
En la altura intermedia se encuentra el salón, la cocina y el garaje. En la terraza, una piscina que desborda hacia el infinito. Hacia la Vega. Y en la planta superior, la habitación de matrimonio con unas panorámicas alucinantes y dos vestidores, uno para él y otro para ella. En total se contabilizan cinco cuartos de baño distribuidos por los trescientos metros cuadrados de superficie construida –el solar era de doscientos cuarenta metros cuadrados–. En el techo de la escalera hay un lucernario que reparte claridad por las estancias interiores.
Todas las instalaciones con las que se ha dotado el inmueble están domotizadas y se pueden controlar mediante un sistema de consolas o, más sencillo, mediante una aplicación móvil realizada a medida. Desde ahí, desde el teléfono, se puede manipular la iluminación, la calefacción, el aire acondicionado, la ventilación, las cortinas, las persianas y la seguridad.
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Todo el sistema de alumbrado artificial está integrado en La Casa del Aire. Los residentes pueden elegir entre distintos grados de calidez e intensidad. La calefacción se realiza mediante aerotermia con suelo radiante y por conductos.La recuperación del calor se efectúa por doble flujo con el apoyo de placas fotovoltaicas que posibilitan una mayor suficiencia energética.
La Casa del Aire es una magnífica atalaya desde la que se avista la capital y su entorno en todo su esplendor. Una casa distinta para una ciudad distinta. Granada. La de la Alhambra. La de la arquitectura contemporánea que es un referente en todo el mundo.
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