«En vez de cartas, en la bolsa de basura de ropa usada había 9.000 euros»

Esta historia de azar comenzó el sábado cuando este basurero de Inagra y su compañero realizaron la recogida de los contenedores de ropa usada en Granada capital. Fueron siete y por zonas diferentes de la ciudad. Y no sabría precisar dónde recogieron la bolsa que contenía el 'pastizal'.

Como en fin de semana no se llevan esos residuos a Atarfe, se quedó el camión en la planta cargado, lleno de ropa usada que acaba en los contenedores verdes. Nadie imaginaba que durante dos noches, los (casi) 9.000 euros dormían en el camión de basura.

El hallazgo se produjo el lunes, cuenta Juan Miguel Clavero, que se resiste a decir su nombre y a salir en la foto porque no quiere protagonismo ninguno. Entiende que su historia es normal, una anécdota del trabajo pero que no tiene ningún mérito. No se considera ni héroe ni extraordinario porque haber entregado un dinero que el dueño había tirado, seguramente, por error.

Cuando iban a descargar el camión, una bolsa cayó al azar y al estrellarse contra el suelo se abrió. Y allí estaba ella. Una caja fuerte «de las pequeñillas». Por pura casualidad, Juan Miguel le pegó un martillazo y la abrió. «Fue por saber lo que tenía», cuenta ahora con una sonrisa. No se esperaba esa sorpresa. «Normalmente, las cajas suelen tener cartas, fotos u otros recuerdos pero esta vez había 9.000 euros», comenta Juan Miguel Clavero.

Ahí, con el dinero en la mano, este basurero granadino sí que se inquietó. «Al ver tantos billetes sí me entraron nervios», reconoce ahora este trabajador de Inagra. No tuvo que meditar, ni reflexionar, ni consultar la decisión. Es más, primero se plantó en comisaría y más tarde, contó a sus jefes el hallazgo de billetes en la bolsa de ropa.

Allí en la Policía, Juan Miguel entregó el dinero aunque no pudo dar más señas. Ni en qué contenedor había encontrado los 9.000 euros, ni qué ropa contenía la bolsa ni si la caja fuerte tenía contraseña, así que no sabe cómo un vecino podría reclamar la cantidad si fuese suya. Juan Miguel cuenta que los policías le dijeron que si en el plazo de dos años no aparece el dueño del dinero, será para él. «Yo no pienso en eso... lo entregué sin más, no pienso en que dentro de un par de años me puedan caer 9.000 euros», expresa este basurero con humildad.

No ha ganado ni un euro más que el de su sueldo este mes recogiendo la basura pero Juan Miguel sí ha logrado algo de paz. «Puedo decir que duermo tranquilamente», dice satisfecho este operario que no dudó en devolver ese dinero aún sabiendo que es complicado localizar a su dueño. 'Tu ropa usada tiene la tela de vida', reza el eslogan de los contenedores que recoge Juan Miguel. En esta ocasión, además podría haberle cambiado la vida a alguien, pero él decidió ser honrado y devolver lo que no era suyo. Ese es su lema.