Cárcel por saltarse el alejamiento de su exmujer con el pretexto de dejar golosinas a sus hijos
El procesado, que quebró cuatro veces la orden judicial, llegó a involucrar a un pizzero para hacer llegar a su expareja un mensaje manuscrito
El primer día, dejó «unas chocolatinas y dos bolsas con muñecos de plástico» en la entrada de la casa en la que vivían su exmujer ... y sus tres hijos. Al siguiente, y tras manipular los fusibles de la vivienda de su expareja, colgó dos caramelos con «forma de chupete en la reja de la puerta del porche». El tercero, involucró a un pizzero para hacer llegar a la víctima un mensaje manuscrito. La nota iba en el interior del encargo y el repartidor era ajeno a los manejos del procesado. En su cuarta y última visita, el hombre colocó en el acceso al inmueble «una caja con unas zapatillas nuevas», otro escrito «y unas estampas de santos».
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Ocurrió entre el 2 y el 17 de marzo de 2024 en un municipio de Granada y sobre el sospechosa pesaba una orden de alejamiento judicial que le prohibía acercarse a su excónyuge o el domicilio de esta a una «distancia inferior a mil metros». De hecho, el investigado estaba en libertad provisional por haberse saltado una medida del mismo tipo que le había impuesto un juzgado anteriormente y había sido obligado a llevar una pulsera localizadora.
Delito continuado
Pese a ello, desobedeció en cuatro ocasiones el mandato judicial. «(...) Teniendo perfecto conocimiento de las anteriores resoluciones de prohibición de aproximación y comunicación con la denunciante, incumplió voluntaria y conscientemente dicha prohibición, y con absoluto desprecio hacía las mismas, el día 2 de marzo de 2024, sobre las 13:24 horas se dirigió al domicilio de» la víctima, «vistiendo sudadera y gorra negra, dejando en la entrada del porche unas chocolatinas y dos bolsas con muñecos de plástico», recuerda la sentencia de la Audiencia de Granada la primera visita del encausado. El fallo del tribunal provincial, que confirma uno anterior de un juzgado de lo Penal de la capital, condena al investigado a doce meses de prisión por la comisión de un delito «delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar».
Durante la instrucción del caso, el acusado manifestó que no se había acercado a su expareja y que dejó los regalos a sus niños porque se los habían pedido por teléfono. De acuerdo con esa versión de lo sucedido, se declaró «inocente» y recalcó que no había pruebas contra él.
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Sin embargo, la Audiencia ha desestimado los argumentos del imputado y ha confirmado en todos sus extremos la resolución dictada por el juzgado que celebró la vista oral. En este sentido, los magistrados del tribunal conceden especial relevancia al testimonio de la denunciante. «Es cierto que existen enemistades entre la pareja, por motivo de la separación sentimental, habitual en estos casos, sin que ello afecte a la credibilidad de la denunciante, puesto que esta no exagera los hechos en perjuicio del denunciado, pues se limita a declarar que el acusado se dirigió a su domicilio dejando diversos objetos y en algunos días notas manuscritas diciéndole que quería verlos y que le quitaran la pulsera. Si realmente hubiera querido perjudicar con malicia al acusado, podía haber introducido algún tipo de vejación o amenaza, cosa que no hace», recuerda la sentencia la declaración de la mujer.
Un sospechoso de violencia machista con un «riesgo alto»
Los quebrantamientos de las medidas de alejamiento del sospechoso tienen su origen en una investigación por violencia machista que inició un juzgado de la localidad almeriense de El Ejido. A partir de esas diligencias, se acordó una orden de protección de la denunciante, que, presuntamente, el procesado no respetó. Entonces, se le impuso una nueva limitación, que también se saltó, lo que se ha traducido una condena de doce meses de cárcel, un castigo que la Audiencia considera ajustado debido a la continuidad, «cuatro episodios seguidos», así como a «la valoración del riesgo, que se consigna como alto», enfatiza la resolución judicial del tribunal provincial.
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