Una técnica de Gametia Biobank hace el recuento de espeLrmatozoides al microscopio en una muestra de semen de un candidato a donante. Blanca Rodríguez
Banco de semen en Granada

En busca del espermatozoide 'perfecto'

Más del 80% de los candidatos son descartados por baja calidad del esperma, enfermedades hereditarias o trastornos psicológicos. En la ciudad hay tradición de donación y muchos estudiantes entre los que funciona el boca a boca

Inés Gallastegui

Granada

Viernes, 28 de febrero 2025

Hace un mes se hizo viral un dato chocante: cerca de la mitad de las donaciones de semen realizadas en España entre 2018 y 2023 ... proceden de Granada, nada menos que 23.096 de 56.700. Hubo algún chiste sobre el asunto, que se atribuyó a la presencia de 70.000 estudiantes en la ciudad, más que a la extraordinaria virilidad de los granadinos, y el dato quedó ahí. Este miércoles, Gametia Biobank, la institución responsable de esa apabullante cifra de donaciones –6.000 anuales, con 300 candidatos nuevos al año–, realizó una jornada de puertas abiertas para un grupo de periodistas. ¿Su objetivo? Visibilizar un proceso desconocido, cuando no tabú, para la sociedad española y, de paso, captar nuevos candidatos a donar sus gametos de forma altruista para hacer posible el 'milagro' de que mujeres solas y parejas infértiles o con enfermedades hereditarias tengan hijos.

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La mitad de las 56.000 donaciones de semen realizadas en España entre 2018 y 2023 se hicieron en Granada

Granada, aparte de una población juvenil desproporcionada para su tamaño a causa de la universidad, fue una de las ciudades pioneras del país en contar con un banco de esperma, bajo el liderazgo del médico José Antonio Castilla, en 1993. El banco Ceifer se incorporó en 2019 al grupo internacional Next Clinics, que cuenta con ocho centros en España entre bancos de gametos –semen y/o óvulos– y clínicas de reproducción asistida, y tiene entre sus clientes a 400 hospitales públicos y privados en Europa, incluidos todos los de la provincia. En 2022 el grupo lanzó su marca de distribución, Gametia Biobank, que es el que luce en la sede de la calle Maestro Bretón de Granada, donde trabajan una treintena de científicos, técnicos y personal administrativo.

«Esa tradición ha favorecido una cultura de la donación en Granada. Además, hacemos campañas de captación en redes sociales. Y también está el boca a boca», explica Carlos Zafrilla, director de operaciones de Next Clinics. Pero también admite que la potencia granadina en el ranking se debe, en parte, a que Gametia fue uno de los primeros biobancos del país en volcar sus datos en el Sistema de Información de Reproducción Humana Asistida (Sirha) del Ministerio de Sanidad: los datos podrían estar sobredimensionados.

La bióloga Sara Rodríguez, coordinadora del laboratorio, es la encargada de explicar todo el proceso desde que un donante contacta con el banco hasta que un contenedor transporta los espermatozoides que han pasado todos los controles sumergidos en nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero.

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De 3 a 5 días de abstinencia

Rodríguez puntualiza que todos sus protocolos vienen marcados por la legislación española sobre reproducción asistida y las recomendaciones de las sociedades científicas y de la Organización Mundial de la Salud. En algunos aspectos aumentan los criterios de exigencia para alcanzar los máximos estándares de calidad, ya que la seguridad del proceso y la confianza de la destinataria final son su principal guía.

Para que los espermatozoides estén «frescos» y en su mejor momento, el donante debe guardar abstinencia de 3 a 5 días

A priori, cualquier hombre sano de entre 18 y 45 años es válido. El potencial donante es informado antes de su primera cita de que debe estar entre tres y cinco días sin mantener relaciones sexuales ni masturbarse –para garantizar espermatozoides «frescos», en su mejor momento– y firma un consentimiento informado sobre la cesión de su material biológico.

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Una vez allí, es conducido a una salita con un cuarto de baño anexo en el que debe orinar y lavarse. Se trata de una estancia limpia e impersonal, con una silla cubierta por una sábana de papel, un bote de plástico para eyacular y una pantalla donde el donante puede ver imágenes para acelerar la estimulación sexual si lo desea.

La salita donde se deposita la muestra de semen, Bidones donde se conserva el esperma. La última fase es la asignación de cada muestra a una receptora y su envío. Blanca Rodríguez

Listos en 2 minutos

«Al principio algunos se sienten raros, pero cuando repiten se suelen acostumbrar –explica la bióloga–. Hay quien tarda dos minutos de reloj y quien se toma 40». No hay presión. Cuando el donante termina, pulsa un botón y en las instalaciones suena una breve melodía por megafonía para que una de las técnicas vaya a recoger la muestra en mano; así se garantiza su trazabilidad.

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Los donantes reciben una compensación de 50 euros por muestra y pueden donar un máximo de 40 veces

Una vez que el aspirante se marcha a su casa, se realiza el primer test seminal: aprueban quienes superan un volumen de 1,5 mililitros, entre 50 y 60 millones de espermatozoides vivos por mililitro y una movilidad progresiva mínima del 45% de ellos.

Aquí se queda cerca de la mitad de los candidatos. «Que no puedan ser donantes no significa que no puedan tener hijos», matiza Zafrilla. «Un efecto indirecto de nuestra actividad es que podemos ofrecer información a los donantes sobre aspectos de su propia salud. Si observamos criptospermia o azoospermia  (pocos o ningún espermatozoide), les aconsejamos consultar a su médico», apostilla Rodríguez,

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El cribado continúa con una batería de pruebas: historia clínica personal y familiar; análisis de sangre y orina; cultivos microbiológicos; estudios serológicos para detectar enfermedades infecciosas y de transmisión sexual; entrevista psicológica para descartar trastornos mentales; y un estudio genético de posibles enfermedades hereditarias. No se hacen test específicos de drogas o alcohol, pero «el semen lo cuenta todo», revela Rodríguez.

Todas esas pruebas se realizan en sucesivas visitas del donante, en las que puede seguir dejando muestras que quedan pendientes de validación a la espera de los resultados, una cuarentena de 6 meses.

Cerca del 50% de los aspirantes son descartados por la calidad del semen; el 30% por antecedentes de enfermedad; y el 8% por trastornos piscológicos

Las muestras aptas –entre el 10% y el 20% del total– son introducidas de forma automática en cánulas de plástico con una capacidad de 0,5 ml, llamadas pajuelas, que se identifican con el código del donante, se congelan y se almacenan en grandes bidones de nitrógeno líquido.

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Cada pajuela –se llenan una media de doce por donación– tiene un precio de mercado entre 250 y 350 euros con destino a los tratamientos de inseminación artificial o fecundación in vitro, siempre a pedido de centros médicos autorizados. «No os imagináis las peticiones que llegamos a recibir», apunta Zafrilla, en alusión a mujeres que demandan semen para inseminaciones caseras.

El biobanco almacena esperma con más de 6.700 perfiles fenotípicos distintos para adecuarse de forma lo más precisa posible a la destinataria, en rasgos como la raza, la altura y constitución, el tipo de pelo, el tono de piel o el color de ojos. La idea de que una mujer puede pedir un donante a la carta –inteligente, moreno, de ojos azules, políglota y con dotes musicales, por ejemplo– «es un bulo», subraya Sara Rodríguez. La ley española obliga a asignar a cada receptora un donante con rasgos lo más parecidos posible a los suyos, no a los de su pareja ni a los del hombre de sus sueños.

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Seis hijos máximo

La ley 14/2006 también establece un límite máximo de 6 hijos por donante, incluidos sus propios vástagos. Las clínicas deben notificar las gestaciones exitosas y, en el momento en que las muestras de un donante consiguen ese tope, el resto de su material biológico es bloqueado. El objetivo es evitar casos como el del donante holandés que se convirtió en 'padre' de un millar de bebés haciendo trampas en varios países.

El anonimato es otro de los pilares de la ley española, que solo contempla supuestos de riesgo extremo para la vida para desvelar la identidad de quien cedió generosamente material biológico para ayudar a nacer a un ser humano. La posibilidad de que los nacidos por donación quieran conocer sus orígenes solo sería posible con una nueva regulación –ya ha ocurrido en varios países europeos–, pero, en todo caso, nunca podría tener carácter retroactivo.

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La bióloga destaca que la reproducción asistida ha experimentado una revolución en poco tiempo –la primera 'bebé probeta' tiene 46 años– y actualmente el 12% de todos los nacimientos en España proceden de estas técnicas. «Hacen falta más donantes porque cada vez más gente necesita gametos donados. Es un servicio a la sociedad», recuerda.

Anuncio de donación de semen en redes sociales. IDEAL

«No es la peor forma de sacar un dinero»

Mario (nombre ficticio) tiene 26 años, procede de otra ciudad española y estudia Bellas Artes en Granada. Un día vio en Instagram un anuncio y concertó una cita en Gametia Biobank. Se sometió a varias pruebas físicas y psicológicas antes de ser aceptado como donante regular. En el último año ha hecho unas 40 donaciones –el máximo permitido– y le han compensado con 2.000 euros. «No es la peor forma de sacarse un dinerillo», admite, pero preferiría que los jóvenes tuvieran más oportunidades de trabajo. Cada visita duraba entre 30 y 45 minutos. «No te meten prisa. Estás en una salita con un baño, todo muy limpio», señala. «Se lo recomendé a tres amigos, pero ninguno completó el proceso, unos por la calidad del semen y otro porque tenía trastorno de déficit de atención», recuerda. Mario no le dedica mucho tiempo a pensar en su posible descendencia. «En el contrato se explica que es todo anónimo y que hay un máximo de seis hijos por cada donante», subraya.

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