Los pisos turísticos copan en dos años los barrios tradicionales de estudiantes en Granada
Los propietarios buscan más rentabilidad con este tipo de viviendas, que aumentan un 69% en los últimos dos años en zonas de estudiantes como San Ildefonso, Plaza de Toros, Pajaritos y Pedro Antonio
El repunte de los pisos turísticos en los barrios tradicionalmente universitarios pone en jaque el alquiler para los estudiantes. En zonas como San Ildefonso, Pajaritos, ... Plaza de Toros, o Pedro Antonio los alojamientos turísticos han aumentado hasta un 69, 30% de media en los dos últimos años, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística). Esto ha provocado que una de cuatro viviendas ya no se oferten a estudiantes, según alerta el sector. El presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Granada, Ángel Muñoz, explica que este hecho genera cada año más dificultad para encontrar alojamiento a los cerca de 30.000 universitarios de fuera que eligen esta modalidad.
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Según cuenta Muñoz, esta situación se ha visto agravada además por el establecimiento de la nueva Ley de arrendamiento de 2021, por la que «se beneficia más a los inquilinos que a los propietarios» y que ha generado incertidumbre y temor a los arrendadores ante el alquiler por largas temporadas. Tal y como afirman desde las asociaciones de vecinos, este aumento de viviendas turísticas en barrios como Plaza de Toros o San Ildefonso se empezó a notar ya tras la pandemia. En el primero, estos alojamientos aumentaron un 60%, mientras que en el segundo, un 18%, según datos del Instituto Nacional de Estadística. En Pajaritos y Pedro Antonio, el incremento fue de un 85% y un 60%, respectivamente.
Aunque son todavía zonas principalmente universitarias, cada vez es más habitual ver viajeros en busca de sus alojamientos. «Tenemos conocimiento de casas antiguas que se han comprado para reformarlas y establecer en ellas Airbnb», señala el vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Plaza de Toros, José Martínez Carretero.
En el resto de la ciudad, la cantidad de viviendas de alquiler turístico se incrementó en un 14,60% entre agosto de 2021 y el mismo mes de 2023 a nivel general. Ante esta situación, desde la Asociación de Inmobiliarias de la capital afirman que no hay suficientes viviendas para satisfacer la demanda a la que se enfrentan. Este hecho, según indica, ha provocado que también haya aumentado la elección de las residencias y la edificación de este tipo de alojamientos en la ciudad por ser la única alternativa que le queda a los jóvenes.
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«Muchos propietarios han optado por la venta o la conversión en pisos turísticos», exponen desde la Asociación de Inmobiliarias de Granada.
Los motivos por los que muchos dueños han decidido pasarse al turismo son «básicamente económicas». Así lo explica Pablo Hernández, dueño junto a otro socio de diversas viviendas que aparecen en el portal Airbnb, que experimentó un gran crecimiento tras el año 2020 «Aunque el alquiler para turistas tiene unos costes de mantenimiento superiores al tradicional, el beneficio también es bastante mayor», expresa e insiste en el hecho de que esta opción les permite generar una oferta esporádica y puntual. Así pueden disponer de su vivienda para uso familiar y no están sujetos a largos contratos.
Al mayor beneficio económico, los propietarios suman que tienen menos problemas con los turistas que con los estudiantes. «El deterioro de la vivienda para larga temporada es superior que el alquiler de forma puntual», indica. Además, el alquiler a estudiantes suele presentar quejas de los vecinos por el ruido, así como « otras molestias» que asegura tener que hacer frente a las comunidades de cada bloque.
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Pese a ello, reconoce que el 90% de las razones por las que se han decidido por esta vía son prácticamente «económicas» por la gran rentabilidad que obtienen. «Un piso de estudiantes también es rentable, pero el inmueble y estancias quedan más perjudicadas», señala.
Periodo de 'vacío'
Otro fenómeno que agrava más el panorama es la búsqueda de pisos de los estudiantes establecidos en Granada, es decir, aquellos que se encuentran en segundo o tercer curso o en algún máster y que quieren cambiar de residencia. «Empiezan a buscar sin haber dejado los suyos libres. Esto hace que se generen unos meses de vacío absoluto.
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Entre abril y julio, la oferta es prácticamente inexistente, aunque se recupera de cara a finales de verano», destaca Muñoz, motivo por el que insiste en la necesidad de establecer alternativas para los miles de estudiantes nuevos que llegan cada año, muchos de los cuales no saben que estudiarán en la ciudad hasta otoño y que tienen todavía más trabas para encontrar habitaciones libres. Además, las habitaciones para los estudiantes en pisos compartidos se han encarecido entre 100 y 150 euros en los últimos tiempos , una situación que se ha extendido también a los estudios , imposibles de encontrar por debajo de los 600 euros.
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