El joven granadino, con sombrero, junto al director del colegio, su familia y otros españoles en Armenia.

El periplo de un brillante alumno granadino por el mundo

Alberto García hizo el bachillerato con 200 adolescentes de 85 países en un colegio internacional de Armenia y ahora estudia en la Universidad de Duke, en Estados Unidos

Martes, 8 de junio 2021, 00:24

Alberto ya es del mundo, dice su padre. Y lo ha hecho a pasos agigantados. Alberto García Pérez (Granada, 2000) creció en el Zaidín ... y terminando la etapa de la ESO decidió dar el gran paso y seguir sus estudios en Dublín (Irlanda), donde comenzó su periplo, siempre con un expediente brillante, que le está permitiendo formarse en centros de referencia internacional y lograr becas muy competitivas.

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Este joven granadino fue al colegio Alcazaba en Infantil (2003-2006), pasó después al Sierra Nevada (2006-2012) y luego al IES Soto de Rojas (2012-2016). «En estas instituciones tuve la inmensa suerte de contar con unos profesores excepcionales, y sin duda alguna, sin su pasión, esfuerzo y motivación continua no habría sido capaz de llegar hasta donde me encuentro hoy en día: mi historia es también la de todas aquellas personas que me auparon en sus hombros para ver horizontes más lejanos que ni yo mismo imaginaba. Mi más profundo agradecimiento a la escuela pública y todos sus educadores», agradece Alberto García.

Cuando decidió dejar su zona de confort, se hospedó en la capital irlandesa con una familia de acogida –con la que todavía tiene relación– e hizo amigos de todo el mundo. Aquel año le abrió los ojos a las posibilidades que existían fuera de España y a lo interesantes que son otras culturas y la vida en otros países, según confiesa. Fue en ese momento cuando solicitó las becas de los Colegios del Mundo Unido (United World Colleges, UWC, en inglés), una institución que se ha hecho conocida en España porque el curso que viene uno de sus centros, en Gales, acogerá a la princesa Leonor.

«Los antecedentes personales y vitales de cada estudiante que llega a UWC son completamente distintos, pero una vez allí, todo el mundo es igual. No se afilia a ninguna orientación política más allá de sus valores fundamentales que se resumen en hacer de la educación una fuerza para unir a las personas, las naciones y las culturas por la paz y un futuro sostenible», explica Alberto, que tras un riguroso proceso de selección obtuvo una beca completa para acudir a UWC Dilijan, en Armenia. «En la selección las notas o tu nivel de inglés no son lo más importantes por el contrario tus ideas, tus ganas de aprender y salir de tu zona de confort, tu compromiso social y tu liderazgo priman mucho más», explica.

Alberto no duda al decir que en Armenia, un pequeño país del que apenas sabía nada, vivió los dos mejores años de su vida. «Los armenios, marcados por la tragedia en su historia contemporánea, son una gente humilde, alegre y acogedora, y su país es una joya cultural y natural que merece la pena visitar», subraya. Junto a sus amigos solía viajar por el país haciendo autoestop, algo típico en Armenia, disfrutando de la hospitalidad de la gente y aprendiendo ruso.

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Compartió el bachillerato internacional con otros 200 adolescentes de 85 países distintos. «Es difícil describir la variedad de los temas de conversación, la cantidad de palabras, ideas y experiencias nuevas, y los puntos de vista distintos que aprendí gracias a mis compañeros. Se puede decir que UWC es la ONU en miniatura», describe.

En su segundo año de bachillerato, tras pasar otro proceso de selección, lo aceptaron en Duke University en Carolina del Norte (Estados Unidos), donde estudia actualmente, de nuevo gracias a una beca, esta vez de la Karsh International Scholarship, que cubre el coste completo de los cuatro años de la universidad para estudiantes internacionales, tras un arduo proceso de selección que incluye entrevistas y redacciones escritas. Un año allí cuesta más de 80.000 dólares.

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Retos e idiomas

Alberto acaba de terminar su segundo año de la universidad, donde estudia Química, Ciencias Ambientales y Traducción e Interpretación de ruso, con una nota media de 9,6. El año que viene va a dedicarse también a realizar un proyecto de investigación sobre la calidad toxicológica del agua en un arroyo de la ciudad de Durham, donde está su universidad. Es también director de proyectos del Duke Energy Club, donde los miembros del club realizan proyectos de asesoramiento a startups y compañías reales de EE UU; y de la asociación internacional, que defiende los derechos de los estudiantes extranjeros. «Al acabar, me gustaría trabajar en el sector privado durante un tiempo (idealmente en una startup, me gusta mucho el ambiente de ideas novedosas y trabajo rápido), y más tarde, quizás continuar mis estudios con un máster o un doctorado», avanza.

Para este verano tiene previsto viajar a Armenia, Georgia y Ucrania para practicar su ruso y ver a antiguos amigos. Está vacunado desde abril y está más tranquilo a la hora de viajar. Es un apasionado de los viajes y los idiomas, le encanta la lingüística y siempre intenta aprender palabras en idiomas nuevos y establecer conexiones entre ellos. Los nuevos retos son el árabe y esloveno. Antes del periplo de estudios en el extranjero, cuando estaba en Granada estudió chino en el Instituto Confucio y fue a China con una beca del Ministerio de Educación de aquel país.

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Los estudiantes del bachillerato internacional en el UWC Dilijan, en Armenia.

«Si te lo propones, puedes llegar hasta donde quieras»

Alberto García.

Alberto García quiere que su historia sirva para que más jóvenes sean conscientes de la cantidad de becas y las posibilidades (muchas gratuitas) que existen fuera de España. «Espero que mi historia sirva como ejemplo de que si te lo propones, puedes llegar hasta donde quieras. Si hace algunos años, cuando todavía estudiaba en el Soto cuarto de la ESO, alguien me hubiera dicho que acabaría estudiando en Estados Unidos, no me lo hubiese creído, pero poco a poco, he ido construyendo ese sueño que ahora es mi realidad», concluye.

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