La bailaora granadina Conchi Maya se lanza a diseñar pendientes
La motrileña, que desde los once años ha demostrado su arte sobre escenarios de toda España y de Europa, descubrió durante la pandemia su otra gran pasión
sara bárcena
Sábado, 28 de enero 2023, 15:59
Dicen que el arte flamenco se lleva en las venas y en el caso de la reconocida bailaora granadina Conchi Maya ese duende se ha ... elevado a todos los niveles. La que con tan solo once años empezó a recorrer los escenarios de toda España y a triunfar sobre las tablas en países como Reino Unido, Bélgica y Francia, lleva décadas entregándose en cuerpo y alma a este género, que la ha llevado a ser también profesora de baile y a descubrir otra de sus grandes pasiones: diseñar pendientes de flamenca.
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Concepción Gómez Maldonado (Motril, 1975), conocida en el mundo del baile con el nombre artístico de Conchi Maya, se crió en el seno de una humilde familia gitana donde el flamenco formaba parte de la vida cotidiana. Así lo mamó y así se ha convertido en uno de los grandes referentes de este arte. Durante años, ha colaborado con artistas de la talla de Lola Flores, Joaquín Cortés y Mario Maya y no ha dudado en transmitir todo lo aprendido a las futuras generaciones de bailaoras desde su propia escuela de flamenco, Carmen de las Cuevas, en la capital granadina.
Hace ya tiempo que la motrileña compagina sus actuaciones en tablaos y festivales con las clases a niñas y jóvenes que sueñan con ser como ella. Sin embargo, a raíz de la pandemia, Maya saca tiempo para disfrutar también de su vena flamenca más desconocida. «Con el covid los artistas lo hemos pasado muy mal y yo necesitaba hacer algo para intentar salir adelante. Me gustan mucho las manualidades, el diseño y la moda, pero no sé coser, así que empecé a hacer peinetas», explica la bailaora
Entonces, una amiga la animó a diseñar pendientes. «Yo no tenía ni idea, pero empecé haciendo algunos como pude. La verdad es que todo lo que sé ahora lo he aprendido por mi cuenta, yo sola», admite orgullosa. Maya siempre tuvo claro que quería hacer pendientes de flamenca, aunque de primeras no sabía ni dónde comprar los abalorios. En Granada solo encontraba complementos en plateado, no en dorado, y, ya un poco «agobiada», optó por un spray de pintura para «hacer el apaño» ella misma. Incluso se fue a Sevilla para buscar lo que estaba en su cabeza. Así fue aprendiendo.
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«Trabajo en un pequeño taller que he montado en mi casa. Ahora ya controlo a mis proveedores y encargo los abalorios a medida que voy creando pendientes nuevos. Si veo que un modelo se vende mucho lo repito, pero intento que todos sean diferentes. ¡Las niñas de la escuela hasta me piden lo que quieren, a conjunto de sus vestidos!», comenta divertida. Así, sienten que llevan «algo distinto», que tienen personalidad. La realidad es que primero diseñaba solo para sus amigas, pero con el tiempo el éxito de sus creaciones ha derivado en una tienda online que ya registra encargos de dentro y fuera de España.
Un pasatiempo que se convirtió en terapia
«Soy flamenca, me encanta el flamenco y me inspiro en lo que yo soy», dice convencida la granadina. Según ella, tienen que ser pendientes ligeros, que no pesen, porque las bailaoras «mueven mucho la cabeza». «A las cantaoras sí les gustan más exagerados, pero las que bailamos no podemos llevarlos tan grandes, así que primero me los pongo yo y hago la prueba. Si son cómodos para bailar, los pongo a la venta», apunta.
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«Me encantaría abrir un taller de complementos y pendientes de flamenca junto a la escuela, poder compartir todo mi arte en un mismo espacio. Sería maravilloso»
Para ella, diseñar pendientes de flamenca ha pasado de ser un pasatiempo, una pasión que descubrió cuando intentaba salir adelante, a ser, en resumidas cuentas, terapia. «Hacer cosas con las manos me ayuda mucho a despejarme. Cuando estoy agobiada o triste subo a crear nuevos modelos o a arreglar los que se les hayan roto a las niñas. Me sirve de terapia», comparte Maya, que ahora sueña con hacer más grande el negocio.
Por el momento, sus creaciones se pueden encontrar tanto en su página web como en su escuela de baile, pero la ambición de Conchi Maya va un poco más allá. «Me encantaría abrir un taller de complementos y pendientes de flamenca junto a la escuela, poder compartir todo mi arte en un mismo espacio. Sería maravilloso», confiesa la de Motril, aunque para ella lo realmente importante es «que vayamos sobreviviendo y llegando». «Solo espero que me queden mucho años por bailar, que es a lo que me dedico -insiste-. Adoro los pendientes, pero lo primero, siempre mi baile».
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