Una gran manifestación de autocares atraviesa la capital para exigir soluciones para todo el sector
Lo s dos centenares de empresas afectadas reivindican una serie de medidas que garanticen su futuro tras el cierrede los colegios y la desaparición del turismo
El Ferial de Almanjáyar está lleno de autocares. Hay entre ochenta y noventa. Pero ni es el encendido de la portada del Corpus ni es ... que haya una ruta turística en marcha. Eran las diez de la mañana de ayer miércoles 10 de junio y los autocares y sus conductores se estaban congregando para protestar.
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La última hora de Granada
El colectivo de transporte discrecional, de colegios y turístico reclama atención del Gobierno y le exige medidas concretas para resolver su situación, paralizada por la crisis de la Covid-19. Por eso se manifestó ayer por las calles de Granada y por las de otras veinte ciudades de toda España.
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La crisis causada por la Covid-19 ha dejado, en el caso de la provincia de Granada, a un centenar de familias sin ingresos económicos, según informaron los convocantes de esta protesta. Otro centenar de empresas auxiliares, desde talleres mecánicos a repuestos, también se encuentra al borde de la quiebra. En total, «supone que unas dos mil personas estamos sin saber cuál es nuestro futuro inmediato», explicaban ayer los organizadores de la protesta.
El servicio de autocares discrecional se nutre fundamentalmente de los turistas y de los escolares. El turista ha desaparecido por la crisis del coronavirus y las escuelas, colegios e institutos permanecen cerrados. La conclusión es que desde el 10 de marzo están sin trabajo, sin ingresos y con muchos problemas por delante.
Detrás de cada autobús hay una empresa, una familia y una historia. Es el caso de Antonio, que tiene cuatro coches, como les gusta decir a los profesionales de este sector, y cubre rutas nacionales discrecionales para japoneses. «Este autobús es de lujo, explicaba. Tiene espacio para 55 plazas y solo tengo colocadas 43 butacas. Y eso se paga y lo pagan».
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También contaba que cada coche sale por un cuarto de kilo de euros, desde unos 250.000 euros hasta 300.000. «Y hay que pagarlos al banco en cinco años. Así que si quitas mantenimiento, impuestos, la letra y el combustible, te encuentras en el bolsillo con no mucho más de quinientos euros al mes». Antonio encarna la tragedia de este sector del transporte. «Todo ha desparecido de la noche a la mañana por la crisis del coronavirus. No hay turistas, no sabemos cuándo van a volver, las escuelas están cerradas y el Gobierno no nos da soluciones y tampoco nos escucha. Por eso nos manifestamos, para llamar su atención, que nos haga caso y nos ayude a salvar esta situación». Un compañero de Antonio se acercó al corrillo. Tiene un autocar nuevo, de lujo, recién comprado. «Es un 'Lion'. Sale por unos 300.000 euros y tengo que pagarlo. No tiene ni 10.000 kilómetros. Y si no podemos trabajar, ya me dirás que hago», razonaba. Mientras tanto, Eugenio, que es de Granada y realiza rutas nacionales, abría las tripas de su autocar y de unas grandes cajas de cartón repartía camisetas para uniformar al personal y la protesta. El lema era 'Salvar el Autocar'.
A Juan Martín le ocurre lo mismo. Se encuentra pillado por un círculo maligno que incluye letras para pagar el coche y falta de ingresos por la desaparición del negocio. En su caso, su especialidad es el transporte de turistas de China y Corea, dos de los países más afectados por el coronavirus y de los que no se sabe cuándo volverán a enviar a sus turistas a España y Granada.
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Francisco estaba bastante angustiado. Y preocupado. Y también estaba enfadado. Había venido desde la Alpujarra. «Tengo siete coches parados que cubrían el transporte escolar en la Alpujarra. Ya me dirás ahora de qué comemos todas las familias».
Medidas concretas
El colectivo de transporte discrecional, de colegios y turístico reclama atención del Gobierno y le exige medidas concretas para resolver su situación, paralizada por la crisis de la Covid-19. Se consideran discriminados frente al transporte regular, tras unas medidas adoptadas desde la Administración central que «benefician a las grandes empresas que realizan transporte regular».
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La consecuencia es que durante la crisis sanitaria han alumbrado la Asociación de Empresas Transportistas 'Direbús', con presencia nacional, organizadora de la protesta de ayer. Sus reivindicaciones son muchas y están recogidas en un extenso manifiesto que ya tienen las autoridades. Entre otras medidas, piden al Gobierno todo tipo de prórrogas para afrontar las letras de los leasing y renting de los autocares y, también, la inclusión de los segmentos discrecional y turístico como beneficiarios del fondo de ochocientos millones de euros, que el Ejecutivo pretende aprobar en el Consejo de Ministros del martes que viene.
La caravana de autocares recorrió Granada entre las 11 y las 13.30 para dar a conocer su protesta. No hubo incidentes.
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