Asaja, Coag y UPA confían en recuperar la unión para la tractorada del 14-F en Guarromán

Excluidas de las tractoradas del whatsapp, las organizaciones agrarias y la federación de cooperativas han visto cómo sus propios afiliados y socios cortaban autovías en protestas fuera de control y hasta gritaban que no les representan. Se les han adelantado, pero las organizaciones agrarias, que en Granada van a una desde que organizaron la primera gran tractorada de 2020, mantienen su calendario y hoja de ruta y preparan un calendario de protestas locales en las que confían lograr la unidad del sector. Lo primero será la participación del sector granadino en la gran protesta organizada para el próximo 14 de febrero en Guarromán, en Jaén, en la que se pretende cortar la autovía A-4.

Las organizaciones defienden el fondo de las reivindicaciones de agricultores pero no las formas en las que se están manifestando esta semana y confían en recuperar la unidad de acción y que el sector, que aglutina a 55.000 trabajadores en la provincia, proteste unido y organizado en las protestas que comenzarán el 14 de febrero en Jaén.

Las reivindicaciones serán las mismas: mejoras en la política agraria común, el freno a las importaciones de terceros países, a la excesiva burocracia y la normativa ambiental

El secretario general de UPA Granada, Nicolás Chica UPA, asegura que las organizaciones toman nota de estas protestas espontáneas organizadas por redes y desde el primer momento sabía que se iban a desbordar porque se percibía un nivel de exaltación alto. Los agricultores están muy quemados, tras crisis agravadas por la sequía y las organizaciones son agrarias de este divorcio con un sector de los productores. «Hoy no hay fidelización a partidos o sindicatos, y por supuesto ocurre con las organizaciones agrarias, están afiliados porque les prestamos servicios profesionalizados», admite Chica.

El representante de UPA confía en que lograrán el reto de recuperar la unidad y asegura que los «calentones de un día» no sirven. «Esto es una carrera de fondo». «Llevamos saliendo a la calle desde antes de la pandemia, no hemos parado porque así hay que hacerlo, la última vez en septiembre estuvimos en Córdoba para pedir mejoras en la PAC. Es un momento muy delicado y estamos siguiendo una hoja de ruta, nosotros no podemos protestar de cualquier manera», apunta Chica.

«Si dentro de tres meses los agricultores reciben notificaciones con sanciones se preguntarán ¿sirvió de algo?», reflexiona Chica, que defiende, el trabajo serio de organizaciones que siguen teniendo «fuerza, estructura e interlocución» con el Gobierno.

«La sociedad conecta con las reivindicaciones del campo, pero cuando un ciudadano llega ocho horas atrapado en un atasco, ya no entiende nada. No podemos convertir a nuestros aliados en enemigos», señala. La lectura que hace de las protestas el secretario general de ASAJA, Manuel del Pino, la misma: El fondo, sí, las formas no. «Mucha gente se vio afectada profundamente porque no sabía lo que se iba a encontrar, no se había anunciado para poder buscar rutas alternativas... No nos gustan estas formas, ni que nadie diera la cara, creo que en esas plataformas hay intereses ocultos más allá de los del campo», valora Del Pino.

También entiende que es una locura lanzarse a cortar una autovía a pecho descubierto, como se ha visto estos días, sin la Guardia civil por delante, como ocurrió en las protestas regladas. «Por suerte no hay que lamentar desgracias, pero si ocurre una tragedia se hubiera vuelto en contra del sector», reflexiona.

Del Pino insiste en la necesidad de que se escuche la voz del sector primario con protestas «pero hay que hacerlo bien, con la comunicación que marca la ley». «Cuando convocas una protesta tienes que saber que no llevas a tu gente al matadero. Las cosas hay que hacerlas formalmente y decentemente», sostiene.

«La política agraria común no ha venido de ayer para hoy, llevamos cuatro años denunciando las políticas medioambientalistas y la dirección de la PAC. Los socios de Asaja saben perfectamente lo que acuerda Bruselas», esgrime Del Pino, que entiende que hay que poner el foco en las elecciones al Parlamento europeo el próximo mes de junio.

Está de acuerdo el responsable de la COAG en Granada, Miguel Monferrer, que cree que hay que centrarse en cambiar las políticas agrarias europeas y se muestra dolido por la ruptura de parte de los productores con las organizaciones. «Yo soy agricultor, como ellos, no un funcionario. Los ánimos están caldeados pero no podemos hacernos daño nosotros mismos. No somos enemigos», señala Monferrer, que apela a la unión de cara al 14-F. «Tenemos la soga al cuello y el sector tiene que estar unido».