La 'abuela' María, de 110 años, deja huella en La Zubia

Ya entonces, don Antonio, su médico de cabecera, solía decirlo: «Creo que tengo a la persona más mayor del pueblo». Pero María no necesitaba dejarse caer a menudo por la consulta. Alardeaba de que no le dolía nada. Ni siquiera sufría los inevitables achaques relacionados con los huesos, el azúcar o el colesterol.

Siendo centenaria, no necesitaba usar gafas y lucía un cutis envidiable. Tampoco era esclava de dietas estrictas. Los desayunos eran sagrados para ella. Y le chiflaba comer pan. «El pan, ¡hasta con las migas!», solía apostillar. Sufría, eso sí, cuando ya no la dejaban cocinar. «Bastante ha hecho ya», le respondía su familia, conocida por regentar durante más de tres décadas una céntrica tienda de electrodomésticos en la localidad. Una parte de los suyos están repartidos en Palma de Mallorca. En las islas residió María hasta hace unos ocho años, cuando se quedó definitivamente en La Zubia.

Enviudó demasiado pronto, a los 33 años. Su marido trabajaba en la Vega. Y no le quedó otra que tomar las riendas del núcleo familiar. Comenzó así su periplo por diferentes territorios, buscando un futuro con el telón de fondo de la posguerra en España. Trabajó como empleada del hogar en Sevilla, en Tánger, en Francia…

Cuando cumplió 100 años, la familia al completo se reunió para celebrarlo en Palma de Mallorca. Una longevidad que no resulta tan sorprendente si se atiende al historial de las tres hermanas de María: todas superaron los 90 años o han logrado vivir el centenario.

De su infancia, recordaba que vivía en una casa de dos alturas y que salía con su padre a pastorear las ovejas. Cuando irrumpió la covid, con sus confinamientos, ella rememoraba para IDEAL otra pandemia terrible que le tocó vivir, la de la gripe española. Comer, dormir y escuchar a Manolo Escobar era lo que más le reconfortaba en estos años. Y la tele. Y que la pusieran guapa en la peluquería de vez en cuando.

«Nos sentimos muy apenados, a la vez que agradecidos, de haberla conocido, de haber compartido con ella momentos tan felices y de haber sido testigos de excepción de una vida tan plena, entrañable, vitalista y llena de experiencias y sabiduría», señaló el concejal de Mayores del Ayuntamiento zubiense, Jacob Yáñez.

Por su parte, la alcaldesa de La Zubia, Puri López, puso en valor que María Sánchez «ha sido un ejemplo de vitalidad, alegría y fortaleza hasta sus últimos días, y una vecina muy querida en nuestro municipio».