Apadrine una nevera para un chaval con cáncer

Maruzzella conoce bien el interior del torbellino de sentimientos que supone enterrar a un hijo, pero salió de él empuñando una luz. José Enrique había fallecido de un cáncer cerebral inoperable y su madre se prometió que haría todo lo posible para alumbrar los días de quimioterapia de los adolescentes oncológicos, acababa de nacer Relevos Por la Vida Contra el Cáncer Juvenil, una organización no gubernamental granadina que sorprende por la originalidad de sus iniciativas y la calidad humana de sus colaboradores.

En este sentido, uno de sus primeros retos consistió en recaudar fondos para comprar consolas, videojuegos y gafas de realidad virtual para los niños que son tratados en el área de oncología del Hospital Virgen de las Nieves de la capital. Entre las personas que aportaron dinero para financiar la idea, había un chaval que donó los 1.030 euros que reunió el día de su primera comunión.

Y ni siquiera la pandemia ha paralizado a Relevos Por La Vida. No se lo ha puesto fácil, pero no la ha noqueado. El pasado verano, cuando el coronavirus dio un ligera tregua, Maruzzella y su hija, que son las que llevan las riendas de la asociación, se propusieron dotar de neveras todas las habitaciones de la planta en la que ingresan los enfermos de cáncer. Tenían que conseguir financiación para comprar 37 frigoríficos y lo lograron con una campaña con el siguiente gancho: «Apadrine una nevera». La respuesta fue fulgurante. «En una semana ya teníamos el dinero», recuerda Maruzzella.

Lo siguiente fue poner en marcha un canal de Youtube para que quien quiera deje en él vitaminas para el ánimo de los enfermos de cáncer.... La que ha liado José Enrique.