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Antonio Bolívar, el 'MacGyver' de los belenes
Antonio Bolívar | Belenista ·
«Unos suizos repiten todos los años y nos traen chocolates; nosotros, como a todos, les ofrecemos un mantecado y una copa»Domingo, 15 de diciembre 2019, 20:34
El nacimiento que construye cada año Antonio Bolívar (Ogíjares, 1958) nace, valga la redundancia, en el reverso de la Navidad: en pleno verano en la ... playa de Salobreña. Sentado frente al mar, el artista imagina los infinitos detalles de un belén que ha adquirido fama internacional. «Han venido a verlo personas de Suiza o de Argentina», indica su creador. Nunca tuvo la intención de que se convirtiera en un atractivo turístico de Gójar, la localidad donde reside, pero el boca a boca le forzó a abrirlo al público hace unos quince años. Desde entonces, Antonio y su familia comparten su belén familiar con el resto del mundo. El horario de apertura es de cuatro y media a ocho y media de la tarde y la entrada es gratuita. Es más, ofrecen mantecados a los visitantes.
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¿Y qué tiene de especial el portal de Bolívar? Muchas cosas. Sus encantos son múltiples. El principal es que nunca es igual. Cada Navidad es distinto. El año pasado, Antonio se inspiró en Egipto y levantó pirámides y la Gran Esfinge sobre un mar de arena. En otra ocasión, la musa fue la Alpujarra... Y antes, Grecia. Es un belén temático e irrepetible.
Todas las piezas, y este es otro de sus méritos, son 'made in Bolívar'. Exconstructor y exflorista, el adjetivo 'manitas' se queda corto para describir las habilidades de Antonio. De hecho, su alias es 'MacGyver', el protagonista de una serie televisiva del siglo pasado que era capaz de edificar un centro comercial con una caja de palillos y un pañuelo. Pues Antonio no se queda atrás.
–¿Por qué le entró el veneno, con perdón, de los belenes?
–Cuando era un crío mis padres no hacían belén en nuestra casa de Ogíjares, pero tenía un vecino, un amigo, al que sus padres sí le hacían un belén y me invitaba a verlo. ¡Me quedaba...! Y siempre me decía a mi mismo: 'En cuanto me case y tenga mi casa, haré un belén'. Y así fue.
«Compré algunas pero eran carísimas. No encontraba para lo que quería hacer y empecé a hacerlas yo»
Figuras
–¿Cómo fue aquel primer belén?
–El primero lo hice en el cuarto de estar de la casa. Luego vi que aquello se quedaba chiquitillo y lo pasé al salón... Sería de unos tres metros. Llevaba lo clásico: el portal, los Reyes Magos... Las piezas eran pequeñas y habría unas quince o 20.
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–¿Fabricaba todos los componentes desde que empezó?
–Al principio compré algunas, pero eran carísimas. Y, además, no encontraba figuras para lo que quería hacer y empecé a hacerlas yo. Me gustan las manualidades.
–Total, que cumplió su sueño de niño...
–Sí... Bueno y a mi mujer también le gustaba. Menos mal, porque llegué a romper el suelo del salón para hacer el belén. Y por eso me mudé aquí a la cochera, que ya no es una cochera: es el sitio del belén.
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–¿Yla versión 2019 del belén de Bolívar cuántas piezas tiene?
–Unas 180 o por ahí. Y tiene ocho motores: el molino de aceite, la trilla, el herrero, el molino de harina...
–¿Qué dimensiones tiene?
–Unos diez metros.
–¿Crecerá más o se arriesga a que le echen de casa?
–Bueno, en realidad ya estoy fuera de la casa, ya me echaron, ja, ja, ja. Pero no pienso hacerlo más grande. Tendría que quitar la chimenea y la chimenea no la quito.
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«Me inspiro en los oficios de los pueblos de Granada. Los retengo desde niño porque ya no existen»
Modelos
–¿Cuánto tiempo emplea en montarlo?
–Unos dos meses, pero trabajando unas ocho horas todos los días. Antes, cuando trabajaba, lo hacía por las noches. Me tiraba hasta las cuatro de la mañana con mi mujer. Y las niñas se sentaban junto a la lumbre y miraban. No querían irse a acostar ni aunque estuvieran con catarro.
–¿En qué se ha inspirado?
–En los oficios de los pueblos de Granada. Los retengo en la mente desde niño porque ya no existen. Es que yo monté en la trilla con mi padre y me acuerdo de aquello. Era mejor que las atracciones de la feria de hoy. Este belén es lo que era un pueblo de Granada hace 50 ó 60 años. Me gusta recuperar las cosas que guardo en la mente desde que era pequeño.
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–¿Siempre reproduce paisajes de su infancia?
–No, todos los años lo hago diferente.
–No me diga.
–Sí, lo de los oficios es nuevo este año y el año que viene no estarán. Cada año quito todo y empiezo de cero. El año pasado tocó Egipto con sus pirámides, con su Gran Esfinge...
–Osea, que cada belén es una experiencia única...
–Eso es. El que lo vea este año no volverá a verlo nunca más. Otro año hice la Alhambra, con su Patio de los Leones, el Generalife y el Albaicín. Otro, estuvo totalmente nevado. También hice la Alpujarra y es el que más me ha gustado. Las calles estaban empedradas como en los pueblos de la Alpujarra y llovía.
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–Siga, siga...
–Otra vez me basé en Grecia. Es que mi hija mayor había estado allí de viaje de novios. Hice el mar de Miconos con los barcos... También la Vega de Granada, con la Sierra al fondo. Otro año hice el desierto. Otro, Jerusalén...
–Y cuando termina la Navidad, todo eso se pierde, ¿no le da pena?
–Lo guardamos en fotos y vídeos. Pero cuando acaba la Navidad, se tira y a por uno nuevo.
–¿Qué ocurrió para que su belén se convirtiera en un atractivo turístico de Gójar?
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–Pues empezaron a venir por el boca a boca, pero no estaba abierto al público. De eso hará ya unos quince años más o menos. La gente venía y nos decía 'nos da fatigas, pero ¿podríamos verlo?' Y ese boca a boca nos animó a abrirlo al público. Yasí seguimos: pueden pasar de cuatro y media a ocho y media de la tarde.
–¿Cuánta gente pasa cada año a verlo?
–Unas mil.
–¿Y siempre es gente de Gójar?
–No, viene más gente de fuera. De Granada, de otros provincias de España y hasta extranjeros. Han venido a verlo personas de Suiza o de Argentina. Se enteraron en Granada viendo otros belenes y vinieron. Lo suizos ya repiten todos los años y nos traen chocolates. Nosotros, como a todos los visitantes, les ofrecemos un mantecado y una copa.
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–¿Nunca ha pensado en cobrar una entrada?
–Nunca, nunca. Esto lo hago porque me gusta a mí.
–¿Qué es lo más bonito que le han dicho los visitantes?
–Que les gusta la unión familiar que tenemos para hacer el belén y enseñarlo.
–¿Envidia algún belén?
–Este año he estado en el museo de belenes de Mollina, en Málaga, y allí tienen maravillas.
–¿Qué novedades planea para el futuro?
–Quiero hacer muchos cambios. Los cielos se han quedado antiguos. Ahora son de tela y quiero hacerlos de obra. Y cambiar la iluminación.
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–¿Y ya tiene pensado a qué estará dedicado el belén de 2020?
–Sí, lo tengo pensado, pero es sorpresa. Lo que puedo decir es que me va a dar mucho trabajo.
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