25 años de cárcel para la madre de Granada que asesinó a su bebé y la arrojó a un vertedero

La sentencia de la Sección Primera de la Audiencia, considera a la acusada Fátima A. O., de 25 años, responsable de un delito de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco.

La Audiencia ha condenado a la acusada a 25 años de cárcel frente a la petición de prisión permanente revisable de la Fiscalía al incluir como circunstancias modificativas la atenuante muy cualificada de confesión al considerar que su comportamiento y su discurso ayudaron a clarificar los hechos.

A la pena de cárcel se suma la privación de la patria potestad durante el tiempo de la condena de otra hija de la condenada y el pago de la mitad de las costas procesales.

Se remontan al 16 de enero de 2018 cuando trabajadores de la planta de basuras de Alhendín hallaron el cuerpo de la bebé, cuya autopsia apuntó que había nacido viva, sana y a su tiempo, y que presentaba un traumatismo craneal, entre otras fracturas.

En el arranque del juicio, que se ha celebrado este mes de julio con un jurado popular, la acusada explicó que dio a luz sola, que se sintió abandonada y que carecía de los medios para mantener a la niña, su segunda hija.

Reconoció también que tras el parto, golpeó a la bebé contra la pared y contó después con la ayuda de su padre para limpiar la habitación y deshacerse del cuerpo de su hija.

La sentencia también ha condenado a Miguel A.F., el abuelo materno de la víctima, a una pena de tres años de prisión como autor de un delito de abandono de menores y lo ha inhabilitado para ejercer la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento durante el tiempo de la condena.

El jurado popular declaró a los dos acusados culpables tras analizar un objeto del veredicto con 23 puntos, un pronunciamiento cuya línea se ha mantenido con la sentencia de la Audiencia que ha fijado la pena.

El abuelo materno, también condenado, declaró que dejó sola a su hija durante el parto porque ella se lo pidió así y que al volver al domicilio familiar, ubicado en el Valle de Lecrín, se encontró a su nieta muerta.

Ayudó entonces en las tareas de limpieza, metió el cuerpo en una bolsa caminó durante dos horas para tirarla en un contenedor de otro municipio con el objetivo de deshacerse de las pruebas.

Durante el juicio, los peritos encargados de analizar el cadáver de la bebé explicaron que nació viva y sana y que sufrió un golpe en la cabeza con fractura y presión en el cuello y los riñones.