Ángel Ibarra posa ante un plano del acelerador de partículas. Ramón L. Pérez

Ángel Ibarra, director del Consorcio Ifmif Dones España

Relevo en la dirección de Ifmif Dones
Ángel Ibarra se retira: «Hemos conseguido que Granada acoja el acelerador con interés y con cariño»

El máximo responsable de la instalación experimental para la energía de fusión en Escúzar se jubila, tras veinte años al frente del proyecto

Inés Gallastegui

Granada

Lunes, 20 de octubre 2025, 12:10

Ángel Ibarra (Madrid, 1956) es doctor en Física por la Universidad Complutense y lleva 35 años dedicado a la investigación de la fusión como fuente ... de energía, en particular sobre los materiales y su respuesta frente a la radiación. Como responsable de Tecnologías en el Laboratorio Nacional de Fusión del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) del Ministerio de Ciencia, fue uno de los 'padres' del acelerador de partículas de Escúzar, en Granada, y en 2021 fue nombrado director del Consorcio Ifmif Dones España, encargado de su construcción, que está previsto finalice en 2034. Este lunes, en el marco del Foro Local Ifmif Dones, ha anunciado su próxima retirada del puesto.

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–Deja la dirección del consorcio. ¿Por qué?

–Sí, a primeros de diciembre, por razones personales. La causa es simplemente la jubilación: que me estoy haciendo mayor.

–¿Qué le gustaría dejar cerrado antes de marcharse?

–Ahora mismo tenemos dos cosas pendientes. En el próximo 'steering committee' del 21 de noviembre se va a confirmar desde el punto de vista formal que entra Fusion for Energy, e Italia está ahí, dándole vueltas. Esa consolidación internacional del proyecto es importante. A nivel nacional, el consorcio elaboró un plan estratégico y se lo dio al Ministerio hace ya casi un año y medio. Está medio aprobado, medio no aprobado. Me gustaría que eso quedara cerrado, porque es lo que permitiría planificar la contratación de toda la gente que vamos a necesitar en el equipo a medio plazo. Hasta ahora hemos aguantado y hemos estado contratando gente de forma significativa, pero habría que consolidarlo.

«Me habría gustado estrenar el nuevo edificio del acelerador de partículas, pero la mudanza no se hará hasta dentro de unos meses»

–¿Y qué asuntos no se van a poder cerrar antes de esa fecha?

–Me da pena no poder estrenar el edificio nuevo. Me habría gustado.

–En la visita de las autoridades del pasado mayo parecía que los nuevos edificios estaban terminados. ¿Cuándo será la mudanza desde el edificio UGR Dones?

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–La obra se entregó en julio, pero hay ciertos pasos que hay que dar todavía y llevarán algo de tiempo, al menos hasta primeros del año que viene: el edificio lo construyó el Ciemat y nos lo tiene que ceder, la dirección facultativa tiene que firmar el certificado final de obra, falta la licencia de primera ocupación, hay que montar internet y lanzar un contrato para comprar los muebles....

–Antes me hablaba del plan estratégico interno de Ifmif Dones, que sigue sin hacer, pero tampoco se ha desarrollado el plan director que encargó la Junta en 2023, que quizás no afecta tanto al funcionamiento del consorcio, pero sí a la planificación de recursos en el entorno del acelerador y a su impacto futuro en la economía de la provincia.

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–El plan director nos interesa,y hemos participado en él, pero no depende de nosotros. Me preocupa menos porque creo que las ideas que había detrás de ese plan director están bastante asumidas en Granada y, con plan director o sin él, poco a poco se van poniendo en marcha.

«En 2005 éramos un poco inocentes. No imaginábamos la complejidad de poner en marcha una instalación como esta. Hemos aprendido sobre la marcha»

–¿Podía imaginarse hace veinte años cómo iba a estar el proyecto en 2025?

–No, no me lo imaginaba. Para empezar, no pensé que fuera a ser así de largo. En 2005 se estaba poniendo en marcha ITER [reactor experimental de fusión nuclear en Francia, fruto de un acuerdo internacional] y ya en aquel momento pensábamos que había que construir esta instalación y que iba a ser más rápido, pero ha costado muchísimo más. Entonces ya teníamos la esperanza de que [el acelerador de partículas] se quedara en España, pero no habíamos empezado a pensar ni en Granada ni en ningún otro sitio. Y éramos un poco inocentes: no podíamos imaginar el grado de complicación que tiene poner en marcha y construir una instalación como esta. Hemos ido aprendiendo con el tiempo. Sobre la marcha.

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–¿Quién va a ser el nuevo director?

–Eso lo tienen que decidir la Junta y el Ministerio y todavía no se ha producido esa reunión. Supongo que no tardará mucho, porque yo tengo que pasar los trastos. Será antes de diciembre. Es posible que se nombre a alguien provisionalmente y luego haya un proceso para elegir a alguien de forma definitiva.

–En su opinión, ¿qué requisitos debería cumplir la persona que le sustituya? ¿Debe ser alguien que ya está vinculado al proyecto o podría ser alguien de fuera?

–Si conoce el proyecto, mejor, pero no es necesario. Hace falta alguien que tenga, primero, capacidad de gestión, porque en los próximos años habrá que gestionar todos los contratos que hemos estado lanzando y alguno más, y ciertos conocimientos técnicos, aunque no sea el mayor experto en el tema, para poder decidir cuando se le planteen dos alternativas. También tiene que tener unos ciertos contactos internacionales y manejarse en inglés. Y cierta mano izquierda.

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–A propósito de la mano izquierda, una de las características del acelerador es que participan en su financiación al 50% el Gobierno central y la Junta de Andalucía, cuyas relaciones no siempre son fáciles, con gobiernos de signo diferente. ¿Eso le ha obligado a hacer equilibrios incómodos?

–A ver, incómodos no, pero equilibrios, sí. Hemos sido conscientes de que este es un proyecto a largo plazo y de que los gobiernos, tanto en un sitio como en el otro, pueden cambiar, y de hecho han cambiado a lo largo de ese tiempo, y teníamos que intentar que la relación con todos los gobiernos fuera buena. Hemos hecho un esfuerzo deliberado por hablar y dar todas las explicaciones en los dos lados, independientemente de quién estuviera, y creo que ha funcionado razonablemente. No ha sido incómodo en ningún momento, al menos al nivel que me toca a mí.

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«La participación de dos gobiernos de signo distinto nos ha obligado a hacer equilibrios, pero no incómodos. Hemos dado explicaciones y todo ha funcionado razonablemente bien»

–La Fundación Rodríguez Acosta entrega el día 23 su medalla de honor al Consorcio Ifmif Dones. ¿Será una especie de despedida? ¿Simboliza de alguna manera el respaldo, el cariño de la ciudad al acelerador?

–Sí que simboliza que la ciudad conoce el proyecto y lo acoge con interés y con cariño. Que una fundación cultural y artística, no estrictamente científica, piense en nosotros, sí tiene un significado relevante. Pero no creo que sea una despedida, creo que es casualidad que se celebre ahora que yo me voy a jubilar. De todos modos espero seguir viniendo por Granada de vez en cuando. Aunque solo sea para ponerme al lado de la valla y ver que las zanjas no son rectas (risas).

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–¿Cree que la sociedad granadina es consciente de lo que es el acelerador y de lo que puede representar en el futuro? ¿Está satisfecho de cómo lo han contado?

–Es muy difícil explicar las cosas a todo el mundo, y naturalmente hay gente que no sabe de qué va, pero creo que mucha más gente de lo que parece ha oído hablar del acelerador; el nivel medio sí lo sabe, y eso es algo poco habitual. Si te vas a Madrid y preguntas por instalaciones científicas que hay cerca, la gente no tiene ni idea. Estoy satisfecho del esfuerzo que hemos hecho en comunicación y de los eventos para contarlo en todas partes que hemos podido. Estoy contento. Es verdad que siempre se puede hacer más, sin ninguna duda, y que hay que seguir haciéndolo; tiene que ser continuo.

«Espero seguir viniendo a Granada y mantener el contacto con la gente de aquí. Aunque sea para mirar las obras desde la valla»

–En los últimos años, aparte de los quebraderos de cabeza propios del trabajo y los continuos viajes, trasladarse a Granada desde Madrid también habrá tenido un impacto en su vida personal y familiar. ¿Qué va a hacer ahora?

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–Vuelvo a Madrid, vuelvo a casa. Mi mujer está allí desde el principio, es una de las razones. Llega un momento en que estar yendo y viniendo todos los fines de semana carga mucho y no es tan fácil gestionarlo. Entonces, sí, mi idea es volver a Madrid y a lo mejor hacer alguna cosita, mantener el contacto con la gente de aquí, pero intentar relajar un poco el estrés diario.

–Después de tantos años de trabajo intenso, ¿a qué se va a dedicar?

–Yo tengo varias aficiones, pero sobre todo una que he cultivado muchos años y ahora llevo una larga temporada casi sin hacer: me gusta hacer vidrieras. Espero recuperarlo. Y la familia, claro: tengo once nietos, relativamente pequeños, así que si dedico media tarde a cada uno ya tengo toda la semana ocupada.

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–¿Seguirá viniendo a Granada?

–Sí, me gustaría mantener el contacto con la gente de Granada y quizá de vez en cuando tenga que hacer alguna cosa por aquí. A lo mejor me llaman cuando haya alguna reunión importante, o alguna revisión, o haya que dar el consejo de abuelo.

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