Más allá de los apagones: un pacto por la zona norte (III)
Las movilizaciones contra los cortes de luz en la zona Norte se remontan a 2014. Cinco inviernos después, los vecinos siguen reclamando a las administraciones una solución integral: «Es un problema social muy grave, no sólo es una cuestión de transformadores»
Quizá sin saberlo, el párroco de La Paz sintetizó en pocas palabras cuatro años de 'pelea' contra los apagones: «Es un problema social muy grave, no sólo es una cuestión de que haya buenos transformadores». Mario Picazo entró ayer en la sede de la compañía que gestiona la red eléctrica arropado por una decena de vecinas del distrito Norte y el defensor del ciudadano, Manuel Martín. Junto a una de las vecinas pudo mantener una extensa reunión -casi hora y media- con el personal de Endesa. Abajo, en la puerta, dio cuenta de lo hablado en un corrillo en el que las vecinas hacían tiempo con un intercambio de chascarrillos del día a día en este barrio 'desenchufado'.
No se rinden ante circunstancias que ya son costumbre. De hecho, llegaron a la plaza del Carmen con la intención de 'encerrarse' en la sede de la empresa si nadie les atendía. El simple hecho de que abrieran las puertas ya fue motivo para alguna sonrisa. Luego, con las explicaciones sobre lo acordado, llegaron las dudas: «Eso ya lo habían dicho», «¿cómo nos fiamos?», «nunca han hecho nada», «todo lo que han dicho es mentira», «¿qué van a hacer y qué plazo han dado?». La conclusión del encuentro, como explicó el propio Mario, es que «todo va a cambiar»; pero lo cierto es que nadie pone sobre la mesa una solución definitiva. Quizá no la haya, o ésta sea una suma de pequeños pasos al frente que atañen a los vecinos, a las fuerzas de seguridad, las tres administraciones y la propia empresa. Un pacto por la zona Norte.
Las alusiones en la hemeroteca de IDEAL a esta situación comienzan en 2014. Por entonces, los vecinos de la carretera de Jaén ya denunciaban que «dos cortes de luz en mes y medio» habían roto sus electrodomésticos. A finales de año ya había manifestaciones y encuentros institucionales con los apagones como punto principal en el orden del día; en paralelo, las redadas contra los invernaderos de maría y sus enganches.
2015 comenzó con un suministro con el doble de potencia, que no resolvió los apagones. El transformador eléctrico instalado en La Paz se incendió sólo 24 horas después de su reparación. Aquellos 100 días de 'operación maría' concluyeron con 219 detenidos, 3.500 plantas incautadas y 5.636 identificados. En 2016, IDEAL tradujo a euros el fraude por cultivo de marihuana: 4 millones en un año. «Los cortes no son el único problema, no hay trabajo», añadían los vecinos. El defensor del ciudadano, Manuel Martín, dio a conocer en 2018 que había recibido una media de cuatro quejas diarias por los apagones.
Así, hasta este febrero en el que el distrito ha dicho basta. No hay soluciones, pero sí un problema a atajar: la zona Norte sigue sufriendo cortes de luz a diario en pleno invierno. La empresa los achaca a la sobrecarga de la red provocada por los enganches para el cultivo de marihuana y los vecinos insisten en que no deben pagar justos por pecadores: quien abona su factura debe tener luz. Así, como comentaba una de las vecinas, «no se puede vivir». En Molino Nuevo, el suministro todavía va por bloques, y al suyo aún no ha llegado.
Critican el sistema elegido para regularizar los contadores de esta calle, que se quedó a oscuras a finales de enero tras una redada contra los enganches ilegales. Un electricista que en los últimos días ha ejercido como intermediario entre algunos vecinos, la empresa y la Policía que acompaña a los técnicos, 'legaliza' las acometidas de las viviendas antes de que se firmen los nuevos contratos y Endesa reponga los contadores. Recuerdan que la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de la Junta es la propietaria de las viviendas, y que debería ser ella la encargada de 'recolocar' los cables y contadores.
La vecina -no da su nombre- tiene un hijo de 13, otra con 11 y otra con 3 años. En la improvisada asamblea de vecinas relataba que la niña mediana llegó a recibir una reprimenda en el 'cole' por ir con el uniforme sucio; no la creyeron cuando contó que no tenía luz en casa. En cualquier otro barrio de Granada, el contratiempo resultaría inverosímil. Pero en Norte ya no sorprende. En las últimas semanas, los periodistas de IDEAL lo han comprobado in-situ, paseando a oscuras por La Paz, recorriendo las casas de los mayores y enfermos que más sufren los apagones, con los vecinos que acudieron a la piscina de Almanjáyar a por un menú caliente, con aquellos que salieron a la calle el pasado jueves, con los que han optado por regularizar su situación en Molino Nuevo, con los agentes que han escoltado a los técnicos…
Sin luz no hay salud
El día a día en Norte
Profesores, trabajadores sociales o voluntarios ejercen durante estos días como notarios y confesores. Son los testigos directos de la situación que sufre el distrito, esa que, defienden, va más allá de un problema de suministro eléctrico, de la necesidad de regularizar las viviendas de titularidad pública, acabar con la 'maría', crear programas de empleo… Los médicos se enfrentan cada mañana a los problemas que acumulan sus pacientes a causa de los cortes de luz; especialmente, los más vulnerables.
La directora del centro de salud de Almanjáyar, Isabel Rodríguez, relata historias de gente que necesita oxígeno «y se queda sin él durante horas», de mujeres embarazadas que pasan frío, de bebés a los que no les pueden triturar la comida o calentar el biberón, de pacientes con enfermedades crónicas que se agudizan con el frío. «Esto incide en la calidad de vida de los más vulnerables, en la higiene, en salir a la calle con miedo a caerte», señala.
A las puertas de los centros Almanjáyar y Cartuja, una pancarta recuerda que «sin luz no hay salud». «Entendemos que es un tema muy complejo, hay muchas patas que deben tocarse para que esto se solucione, pero nosotros estamos al lado de las personas más vulnerables. Sin luz no hay salud, no es un lujo, es una necesidad». En un comunicado, los sanitarios han pedido «una actuación conjunta de ciudadanos, empresa suministradora e instituciones públicas» para dar salida a la situación «cronificada». Es por los niños, los enfermos, los ancianos.
Por los cientos de vecinos que no tienen nada que ver con el negocio de la maría y en la última semana han sacado a Norte a la luz; precisamente, para exigir el fin de los apagones.
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