El alga asiática regresa a las playas de Granada

Según los expertos, la 'Rugulopterix okamurae' coloniza los fondos marinos de prácticamente todo el litoral granadino y, con los últimos temporales del invierno, los fragmentos han empezado a invadir la orilla. Sin embargo, lo peor está por llegar: a medida que la temperatura del agua aumenta, los ejemplares de este alga van muriendo y son arrastrados a la orilla. En verano se contarán por toneladas.

Esta alga invasora procedente del Pacífico noroccidental apareció por primera vez en la zona del Estrecho de Gibraltar en 2015, al parecer traída por barcos mercantes, y en la costa atlántica andaluza se ha convertido en un problema gravísimo. En Granada, aunque menos abundante, fue detectada en las redes por los pescadores en 2019 y desde entonces no ha dejado de ganar terreno bajo el agua. El biólogo marino Luis Sánchez asegura que el impacto sobre los fondos marinos es «bestial». «Es un desastre sin solución», lamenta.

La llamada alga asiática crece en aguas poco profundas –a entre 0,5 y 15 metros– y en fondos rocosos, presenta un talo de entre 10 y 20 centímetros con ramificaciones en forma de abanico y fuera de su hábitat original crece sin control porque carece de depredadores, recuerda Sánchez.

Además de desplazar a las algas autóctonas, al descomponerse reduce el oxígeno y la luz en el medio, lo que empeora la supervivencia de otras especies, desde invertebrados que viven en simbiosis con las algas autóctonas hasta los corales naranjas y las gorgonias, pasando por las praderas de posidonia, una planta endémica del Mediterráneo muy vulnerable y valiosa por su capacidad de filtrar las aguas y la gran biodiversidad que atrae a su alrededor.

Junto a los perjuicios ambientales que causa, esta especie invasora es un problema para la pesca, ya que estropea los aparejos y reduce las capturas, y el turismo, porque se acumula por toneladas en las playas y, al descomponerse, atrae insectos y produce malos olores.

En la costa granadina las áreas más afectadas el verano pasado eran el paraje de Maro-Cerro Gordo, La Herradura, el Tesorillo de Salobreña, Castell de Ferro y La Mamola.

El Ayuntamiento de Polopos-La Mamola ya puso en marcha la pasada primavera un servicio de mantenimiento de los arenales, con dos operarios dedicados a la tarea de retirar las algas a mano.