Albayda se queda sin terreno para construir tres décadas después de su nacimiento

El barrio que comenzó a levantarse a finales de los 90 ya no tiene ningún solar de uso residencial disponible. En treinta años la zona ha experimentado una transformación total

Sábado, 6 de septiembre 2025, 09:56

A finales de 1989 las promociones de viviendas del «ensanche» de Granada estaban a punto de comenzar a levantarse en una nueva zona, que entonces ... se calificaba de extrarradio, entre la Virgencica y el Cerrillo de Maracena. El final de la ciudad. Habían pasado siete años desde que se derribaron las casas que se construyeron para albergar provisionalmente a los damnificados de las inundaciones de 1962.

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Aquellas casi mil chabolas de hormigón desaparecieron y poco a poco fue surgiendo un barrio que ha vivido una expansión tan grande en la última década que ya no tiene suelo residencial disponible.

Albayda está lleno. Quién iba a decir que aquella barriada de aspecto tercermundista, convertida en sus últimos días en un lugar insalubre, daría lugar años después a urbanizaciones con piscina y una de las avenidas de ocio de moda en la ciudad. O que del estigma que suponía decir que vivías en la Virgencica, se pasaría a el casi lujo de poder residir en un barrio que cotiza cada vez más al alza.

Uso deportivo y docente

En la zona, según confirman desde el Ayuntamiento a IDEAL, sólo quedan dos solares disponibles, pero no para construir más viviendas. Se trata de una parcela para uso deportivo y otra para instalaciones educativas. Las demás «están en carga». Es decir, o ya se han levantado edificios sobre ellas, o está proyectado hacerlo. Basta darse un paseo por el barrio para observar que apenas quedan huecos para más viviendas.

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Pero si se echa la vista atrás, tres décadas atrás, la cosa cambia bastante. Los vecinos de los Cármenes de Albayda, en la avenida Luis Miranda Dávalos, llegaron cuando aún no había nada. Ni calles, ni servicios. Y lo primero que vieron levantarse fue la entonces nueva estación de autobuses de Granada, que en 1996 se trasladó de Camino de Ronda a la avenida Juan Pablo II, que por aquellas aún se conocía como carretera de Jaén. En aquel ya lejano 96, los empresarios del transporte no estaban muy convencidos de la nueva ubicación de la terminal. Y es que a su espalda, usando esa frase hecha que demuestra que el que la dice ya tiene una edad, todo era campo.

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El barrio empezaba a tomar forma, pero muy lentamente. Y solo cuatro años después de aquello, se creaba la asociación de vecinos Albayda, que desde sus inicios trabajó para construir lo que hoy es un barrio en todos los aspectos, aunque tenga más bares de los que algunos de sus residentes querrían.

En 2001, esta asociación ya reclamaba más servicios ante «la masiva edificación», y eso que nada tenía que ver aquella barriada con la que ahora se levanta ahora con la avenida Federico García Lorca como arteria principal.

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Carmen Lozano fue vicepresidenta de esa asociación y ahora es vocal. Ella llegó al barrio cuando casi no existía todavía. Recuerda cómo desde la entidad se luchó para conseguir servicios como el colegio de Infantil y Primaria, que tardó doce años en llegar, o el centro de salud que se demoró una década. «Conocimos a muchos delegados de Educación y de Salud. Nosotros veíamos que iban llegando cada vez más vecinos y que teníamos nuevas necesidades», recuerda.

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Otra de las grandes reivindicaciones de aquel momento fue el transporte público. Ahora por el barrio atraviesa la primera línea de metro de la ciudad, que ha transformado también parte de sus calles. Pero a inicios de los 2000 ningún autobús llegaba a la zona y el metro ni se intuía que llegaría a la ciudad. Fue en 2007 cuando Ayuntamiento y Rober crearon tres nuevas líneas en las que se incluyó el 24 que fue el primer número en llegar hasta el final de la avenida Federico García Lorca. Ahora es el 21. Después dejaba a los viajeros en el Triunfo. Había poca frecuencia, pero fue un paso importante para unir aquel ensanche de Granada con el centro de la ciudad.

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Poco antes, ya se había proyectado también el complejo deportivo que se encuentra en la avenida con nombre de poeta. Unas instalaciones que cambiaron de manos, pero que se anunciaron en su momento como «las más completas de la ciudad», similares a las que ya existían en el Zaidín.

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Lo siguiente que llegó a Albayda, ya encaminándose al inicio de la segunda década de los 2000, fue la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental. Las instalaciones se marchaban de la céntrica Plaza de los Lobos para llegar a un barrio ya en expansión, que muchos granadinos conocieron porque tuvieron que ir hasta allí para hacer trámites como la renovación del DNI.

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Casi al mismo tiempo, empezaba a construirse una de las urbanizaciones más icónicas de la avenida, las casi mil viviendas del Gran Parque, que llevaron a cientos de nuevos vecinos. Con locales en sus bajos que estuvieron, eso sí, vacíos durante años. En aquellos tiempos, tomar una tapa en la zona no era tan sencillo, aunque ahora parezca mentira.

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En 2015 se aprobó el inicio de las obras de un parque al que se dio el nombre de la antigua Virgencica, cerca del IES La Madraza venía a dar respuesta a otra necesidad sin cubrir. Dos años después, se inauguraba el metro que terminaba de conectar al barrio con la ciudad. Y en 2019 se iniciaron las obras de la parroquia de la Virgen del Pilar, también en la avenida principal.

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Crecimiento exponencial

A partir de ahí, y hasta ahora, no han parado de levantarse edificios con cientos de viviendas, al tiempo que en los locales antes vacíos iban abriendo cada vez más bares y algún que otro negocio de otro tipo. Las terrazas inundan ahora las aceras y el barrio ya cuenta incluso con un local de ocio nocturno, que no ha gustado mucho a los vecinos, que protestaron por su apertura, pero sí a todos los que acudían a cenar y no querían terminar la salida tan temprano.

En tres décadas, uno de los barrios más jóvenes de la ciudad, que nació de forma paralela al desarrollo de las urbanizaciones con las que colinda en la zona de Parque Almunia (barrio de los Periodistas), está repleto. Hace un año su población ya se calculaba en unas 15.000 personas. Los vecinos aún echan de menos algunas cosas. Pero poco tiene que ver lo que se puede observar cuando se pasea por sus calles, con la casi nada de hace unos años.

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El barrio se ha formado a la vista de sus primeros habitantes, aún jóvenes, que pronto podrán decirle a sus hijos aquello de «cuando llegamos aquí todo esto era campo». Y es que en 1997, que es casi antesdeayer, ninguno de los bloques que ahora se alzan existía aún. ¿Dónde está ahora el extrarradio de Granada?

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