Adiós a la eterna sonrisa de Pedro Antonio: el homenaje a Iván Guzmán 'el fiera'

Nunca revelaba su edad, pero por todas las vivencias que relataba cualquiera podía pensar que era mucho más mayor. Así lo recalca Miguel Ángel, uno de los socios del pub Wall Street, en el que trabajó durante seis años. «Nos decía que había trabajado en el sector de la seguridad, en una fábrica, de agente inmobiliario… Mil cosas», señala.

La zona por excelencia de Iván era Pedro Antonio, donde vivía y trabajaba. Pasó por varios locales, como el pub La Cuneta, el Sonora o Khimera, y en todos dejó huella. «Él siempre le decía a la gente 'eres un fiera, más que fiera', y por eso se quedó con el mote. También lo llamaban 'el brother' porque lo usaba mucho», recuerda.

Miguel Ángel nunca olvidará cómo conoció al Iván. Acababa de quedarse con el pub Wall Street junto a dos compañeros y solo abrían los fines de semana. Un día paseando por la zona se lo encontraron y su simpatía les cautivó. «Nos dijo que era capaz de hacer muy buena caja entre semana y de llenar el pub. Le contestamos que si era verdad estaba contratado, y así fue. Se convirtió en un referente y se hizo famoso en Granada», admite.

Cuando lo conocieron llevaba una boina gris, pero luego se pasó al sombrero, que se convirtió en su marca personal. Y es que 'el fiera' era «muy presumido, se cuidaba mucho y adoraba practicar skate e ir al gimnasio». Su repentino fallecimiento, debido a un fallo multiorgánico, ha dejado a su amigos, su hija Carmen y al resto de la familia «destrozados».

En la misma línea se pronuncia Laura González, amiga de Iván, al que conoció mientras trabajaba como relaciones públicas. Ella empezó con 18 años «sin saber nada», pero rápidamente él la aconsejó y la metió a todos los grupos de WhatsApp de compañeros de la noche granadina. «Me acabó haciendo administradora porque necesitaba que le echara una mano, entre todos los chats puede haber fácilmente 2.000 personas. En ellos se ayuda a buscar trabajo, e Iván siempre defendía la dignidad de este empleo, que hay que pagarnos un mínimo y darnos de alta. Luchaba por mejorar las condiciones. Muchísima gente ha encontrado trabajo gracias a él», asegura la joven.

Laura lo define como alguien «alegre, peculiar, muy personaje y magnífica persona», y admite que siempre que pase por Pedro Antonio mirará «su esquinita» y notará esa importante ausencia. «Se sentía de maravilla ayudando a las personas con su optimismo contagioso. Como decía él, hay que ir siempre hacia delante», señala.

Los que le querían seguirán con sus vidas, pero con él muy presente. Este martes le realizaron entre lágrimas un homenaje en plena calle en el que le dedicaron unas palabras y depositaron velas, flores y carteles. Porque cualquier reconocimiento se les queda corto para recordar a la eterna sonrisa de la calle.