Adiós a Armando, alma del San Remo y leyenda de la hostelería granadina
Su nombre siempre estuvo ligado al bar de Puente de Castañeda
A los 73 años y víctima de una larga enfermedad, ha fallecido Armando García, toda una institución de la hostelería granadina y figura inseparable del ... restaurante San Remo.
Publicidad
Diez años llevaba abierto el San Remo cuando un joven granadino, nacido apenas unos metros más abajo, en la calle Nueva de San Antón, pidió una oportunidad detrás de la barra. Armando ya conocía bien el oficio: con solo 11 años había trabajado en la Cafetería Lisboa y, más tarde, en el Biarritz.
El San Remo había abierto en 1960 de la mano de Fernando Peral Abril, un francés de origen español. Con el tiempo, Armando se ganó el respeto de clientes y compañeros, hasta que en los años noventa tomó definitivamente las riendas del negocio. Lo rebautizó como Casa Armando, aunque en la memoria colectiva siguió siendo el San Remo, el mismo nombre con que lo fundó aquel francés enamorado de la ciudad italiana.
Su inseparable jefe de cocina, Pepe, lo acompañó durante toda su vida profesional. Al jubilarse, tomó el relevo su sobrino, Aitor Pozuelo, que lo recuerda con una mezcla de admiración y cariño: «Siempre vestía impecable: camisa blanca, pantalón de pinzas negro y la pajarita inconfundible». Esa era su seña de identidad, tan clásica que Juan Vida lo retrató así en una ilustración que hoy es símbolo de la casa. «Era la imagen del camarero de los 60, 70 y 80, una figura que hoy ha desaparecido, pero que él mantuvo siempre, con gracia, con arte y con esa malafollá granadina que le salía tan natural».
Aitor aprendió de su tío algo más que técnicas de hostelería: «Me enseñó a manejar a los clientes, a dar a cada uno lo que realmente se merece. Era disciplinado, recto y firme en su trabajo».
El club de los poetas
El San Remo fue siempre un lugar familiar, pero también un refugio para artistas, escritores y políticos. Llegó a conocerse como El club de los poetas. No era raro coincidir en el salón del fondo con Miguel Ríos, Juan Vida, Almudena Grandes o Luis García Montero. En los años de la Transición, aquel comedor fue mentideros político y dieron de comer a figuras como Gregorio Peces-Barba, Rafael Fernández Piñar, Felipe González o, incluso, tiempo después, Mariano Rajoy, antes de llegar a La Moncloa
Publicidad
Discreto hasta el final, Armando se permitió en su jubilación contar la anécdota de por qué Joaquín Sabina dejó de frecuentar el restaurante. Al cantante le gustaba prolongar las veladas, pero Armando era inflexible con el cierre a medianoche. «Una vez, serían las doce y veinte, ya les habían dado veinte minutos de cortesía», recuerda Aitor, «Sabina pidió otra ronda y mi tío le dijo que estaban cerrando. El cantante insistió: «Hombre, no me niegues la ronda, que yo aquí soy una institución». Y Armando le contestó, con su malafollá habitual: «No, mire, la institución aquí soy yo».
La primera hamburguesa
San Remo se convirtió en un emblema granadino. Un restaurante con solera, sin modernidades innecesarias. Sus patatas bravas y sus hamburguesas caseras son ya historia local. Muchos las consideran las mejores de Granada. También fue célebre su solomillo Van der Kerkhof. «Lo que mi tío hizo muy bien fue mantener el legado de aquel francés que abrió el San Remo», cuenta Aitor. La del San Remo fue la primera hamburguesa que se vendió en Granada, allá por 1965. Era especiada, diferente, y él supo conservar esa esencia.
Publicidad
En ese camino lo acompañaron su mujer, Mercedes Moreno, sus tres hijos y sus dos nietas, con quienes ejerció de abuelo cariñoso. Armando se jubiló en octubre de 2021. Poco después enfermó, aunque continuó visitando el San Remo siempre que la salud le daba una tregua. «Le encantaba el crêpe Grand Marnier», recuerda Aitor. Incluso ya jubilado, cuando venía los jueves con sus amigos, insistía en flambearlo él mismo y lo preparó para sus amigos hasta el último día.
Hoy, el relevo lo mantiene Aitor Pozuelo, que continúa al frente de este mítico negocio apostando por la cocina de siempre y el trato cercano. En 2023 abrió La Barra de San Remo, en la Fuente de las Batallas y más tarde en la calle Navas. Actualmente gestionan tres locales en la ciudad, además de una franquicia que en pocos meses, abrirá sus puertas en Motril.
Publicidad
«A mi tío hay que recordarlo como era, genio y figura», resume Aitor. Han sido muchísimos los clientes, amigos y vecinos que han llamado a la familia para transmitir su pesar por la pérdida de un referente de la hostelería de Granada.
Armando siempre será recordado detrás de la barra, con la pajarita negra bien ajustada y esa malafollá tan granaína, tan suya, mitad genio gruñón y mitad ternura cómplice.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión