Adela Álvarez: «Los trabajadores se están dejando la piel cada día»
En la residencia La Milagrosa de Armilla ya se habían extremado las medidas para evitar posibles contagios, según la diputada de Centros Sociales
Una de las primeras residencias de ancianos de Granada donde se vacunó a los residentes fue La Milagrosa, en Armilla. En este centro, que depende ... la Diputación Provincial de Granada, las nuevas medidas anunciadas por la Junta de Andalucía no han sorprendido, pues ya se estaban aplicando, según afirma la diputada de Centros Sociales, Adela Álvarez.
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En este lugar, como en el resto de recintos de mayores, la «preocupación existe», porque las vacunas no han exterminado al virus y las infecciones se siguen produciendo aunque lleven aparejados síntomas más leves. En los últimos tiempos, entre los usuarios de este centro de Armilla no han registrado contagios. Sí, en los trabajadores «por contactos externos», indica Álvarez, a la vez que subraya que de inmediato, «en cuanto se detecta lo más minimo, el empleado deja de asistir al centro de trabajo y se hace la prueba». Luego, lo consabido: baja y cuarentena de diez días.
Sobre las medidas que se han venido adoptando en La Milagrosa, la diputada da fe de que se han cumplido estrictamente los protocolos que se han ido estableciendo en las órdenes que ha ido publicando la Junta.
«También es verdad que vamos un poco por delante, porque las nuevas normas que se han establecido nosotros ya las estábamos llevando a cabo», insiste Álvarez, que detalla que se hacen pruebas «semanales», así como que cuando hay algún empleado que pasa 72 horas fuera del centro se le hace igualmente. Además, la gente nueva que llega a trabajar a este recinto no entra sin tener la prueba hecha previamente.
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Contacto con las familias
Los usuarios de estas instalaciones de Armilla solo pueden salir a dar un paseo con sus familias; no está permitida la pernocta fuera del centro. «Los residentes necesitan ese acercamiento con sus familiares y lo que se está haciendo es que las visitas sean más frecuentes para mantener ese contacto que tanto tiempo ha estado tan limitado», señala Álvarez.
«En La Milagrosa apenas se ha estado sin mascarilla», asegura la diputada. De hecho, según subraya, son los propios usuarios los que quieren y suelen llevar el cubreboca. Admite, en cualquier caso, que por la ausencia de contagios en la última época sí se ha permitido a los internos no llevarla.
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Declaración firmada
En este recinto, como en otros, el que entra tiene que hacer una «declaración responsable», para evitar que acceda nadie con covid o que haya tenido contacto estrecho con un infectado. Además, dentro no se permiten las visitas; hay solo una sala donde pueden pasar los familiares, que, además de mascarilla, deben vestir bata, patucos y gorro.
Si la visita es en los exteriores del recinto, ya se está permitiendo que el visitante solo lleve la mascarilla. Sin embargo, hasta hace poco tenía que llevar el EPI completo. Álvarez destaca la seriedad de las familias a la hora de tomar precauciones y el esfuerzo de los trabajadores al extremar los cuidados. «Se están dejando la piel cada día», garantiza.
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