La acusada de regentar un piso de prostitutas dice que no las «obligaba» a nada
La fiscalía pide para ella y para otro acusado 16 años de cárcel por trata de seres humanos e inmigración ilegal, entre otros delitos
EUROPA PRESS
GRANADA
Martes, 20 de noviembre 2018, 01:36
La mujer de 35 años para la que la fiscalía pide 16 años de prisión por «lucrarse con la prostitución ajena» regentando una casa alquilada ... en Armilla, donde mujeres prestaban servicios sexuales supuestamente en situación de «semiesclavitud», reconoció ayer en la Audiencia de Granada que les realquilaba habitaciones pero «en ningún momento las obligaba a nada».
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En su declaración ante el tribunal, la acusada, de nacionalidad ecuatoriana, señaló que hacía alquileres verbales a 200 euros la semana, con gastos incluidos, a estas mujeres, dos venezolanas y dos dominicanas, que «imaginaba» que ejercían la prostitución como ella, si bien «no disponía nada» en lo referente a su actividad, ni tampoco las amenazó ni les retuvo el pasaporte.
La cocaína que se halló en la casa, por la que pagaba un alquiler de mil euros al mes desde principios de 2017, era para consumo propio, y no se ofrecía a los clientes, como tampoco copas, agregó esta mujer, que afirmó que es «mentira» que las chicas no pudieran salir de la casa sin su consentimiento. Se sentó en el banquillo de los acusados junto con otros dos hombres, de nacionalidad dominicana, de 37 y 32 años. Tanto a ella como al primero de ellos, la fiscalía pide penas por 16 años de prisión por la presunta comisión de delitos contra la salud pública, trata de seres humanos con fines de explotación sexual, prostitución coactiva, e inmigración ilegal, estando ambos privados de libertad por estos hechos desde el 20 de febrero de 2018.
Este segundo acusado negó también los hechos de los que se le hace responsable, acotando que no controlaba a las chicas y que, como taxista, solo las trasladaba a los hoteles o pisos que le indicaban. Le pagaba por ello la acusada, indicó. «No soy tonto», ha señalado al ser preguntado por la actividad que desarrollaban.
Concretó también que no conocía a una de las chicas, a la que fue a recoger junto con la acusada y otra de ellas al aeropuerto de Madrid, cuando llegó a España. No notó que estuviera «asustada» ni tuvo contacto con ningún cliente que le dijera que ejercía su actividad con miedo.
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El tercer acusado se enfrenta a una pena de cuatro años y nueve meses de prisión por supuesto delito contra la salud pública. Ni esa joven a la que recogieron en Madrid ni ninguna de las otras tres mujeres que supuestamente ejercían la prostitución en la casa comparecieron en la primera sesión de la vista oral de este juicio, al que estaban citadas como testigos protegidas. Tras la declaración de los acusados, han testificado el grupo de agentes de Policía Nacional que desarrolló la investigación.
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