Las 5 claves para actuar ante alguien que está sufriendo un ataque de pánico

En los ataques de pánico el pensamiento está enfocado a los síntomas que siente en ese momento, tal y como explica Ángela Jiménez, directora de Ágora Psicología. «La persona piensa que se va a morir, así que puede experimentar taquicardia, sensación de ahogo, mareo… Tiene miedo a la propia ansiedad, miedo al miedo, se ve ante un peligro inminente. Si por ejemplo siente mareo, piensa que se va a desmayar», explica.

La duración media de estos ataques es de media hora o una hora, pero en algunos casos puede alargarse más. Se pueden repetir también en un mismo día. «Si el miedo de la persona es a salir a la calle, siempre que vaya a hacerlo se le activarán los síntomas, es un ciclo», apostilla Ángela. Así, la profresional ofrece varias las claves a tener en cuenta si presenciamos un ataque de pánico:

Lo más importante es no agobiarle, ya que probablemente tenga sensación de ahogo. Dejarle espacio y que sienta que puede respirar es esencial, debemos guardar una distancia de seguridad para no agobiarle.

Sí es buena idea sugerirle que se siente para que así experimente mayor seguridad. «Si está mareado y cree que se va a desmayar estará mejor sentado, aunque en realidad es muy raro que llegue a desmayarse, puede ocurrir si hay algún componente genético, pero no es lo normal», comenta la psicóloga.

Es esencial que la persona se sienta comprendida. Decirle que vas a pedir ayuda, que no está solo, que te vas a quedar con él hasta que esté bien.

No debemos quitarle importancia con frases como «no te preocupes», «está en tu mente» o «no te pasa nada», sino validarle. Mejor decirle «te entiendo», «sé que lo estás pasando mal» o «cuenta conmigo si lo necesitas».

Si la persona se tranquiliza un poco y es capaz de oírnos, podemos darle alguna orden como ir juntos al bar a por agua, para que se focalice en otra tarea.

Como detallan desde Ágora, las personas que sufren un ataque de este tipo no son peligrosos para los que están alrededor, ya que simplemente están muy asustados. Por lo general, a no ser que la persona lo pida, no hay que llamar a una ambulancia, puesto que la vida no está en peligro.

Tener tacto es esencial. En caso contrario, el afectado podría pensar en el futuro «que está loco» y le costará más pedir ayuda. En cuanto al tratamiento, lo ideal es combinar psicología con medicación -generalmente ansioliticos- y, gradualmente, ir quitando los fármacos. «Nosotras llevamos a cabo una terapia cognitivo conductual, a través de la exposición interoceptiva. Exponemos al paciente a esos síntomas hasta que se van habituando y perdiendo el miedo al ver que no hay peligro», aclara Ángela Jiménez.