Trabajadora social y voluntaria del EAPS adscrito al Hospital San Rafael. Ariel C. Rojas
Nuestros solidarios

Acompañar el dolor de los pacientes y familiares hasta el final

Solidaridad ·

Desde 2008, el programa de la Fundación ''laCaixa'' para la atención integral de personas con enfermedades avanzadas, ha atendido a más de 300.000 pacientes y 385.000 familiares

María Dolores Martínez

Sábado, 11 de octubre 2025, 11:47

Hoy se celebra el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, un acompañamiento del dolor hasta el final de la vida del paciente que requiere de ... asistencia sanitaria, pero también de un apoyo emocional, social, psicológico y espiritual. El tratamiento integral de las personas con enfermedades avanzadas dio un giro radical en 2008 con el programa de la Fundación ''laCaixa'' para mejorar la calidad de vida de estos pacientes y sus familiares. Esta iniciativa pionera cuenta en España con 65 equipos de atención psicosocial (EAPS) formados por psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, médicos, agentes pastorales y voluntarios, con presencia en las 17 comunidades autónomas y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Todos ellos desarrollan su labor en el ámbito hospitalario, en el domiciliario y, desde 2020, en residencias de personas mayores. En 17 años el programa ha atendido a más de 300.000 pacientes y 385.000 familiares.

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Por lo que respecta a Granada, el EAPS adscrito al Hospital San Rafael sigue manteniendo a los cuatro profesionales que formaron equipo en 2008, tres psicólogos y un trabajador social. Desde entonces, 7.932 pacientes y 10.381 familiares han sido los destinatarios de esta atención integral, que desarrollan a lo largo de la semana en el citado centro de la Orden San Juan de Dios, el Hospital Universitario Virgen de las Nieves y en el Hospital Universitario San Cecilio, dentro de la Unidad Multidisciplinar de ELA (UMELA). En 2021 el programa amplió su actividad a las residencias de San Juan de Dios, La Milagrosa (Armilla), Cáxar de la Vega (Cájar) y Perpetuo Socorro (Santa Fe) e incorporó un nuevo profesional psicólogo clínico.

Parte fundamental

La trabajadora social del EAPS en Granada, María Ángeles Martín Sánchez, explica que esta atención integral la reciben los «pacientes ingresados, en consulta y en su domicilio junto con sus familias». Con respecto a estas últimas son también una parte fundamental durante todo el proceso y también en el duelo porque precisan de apoyo y seguimiento. A este equipo multidisciplinar se le deriva el paciente desde su ingreso. En ese momento se lleva a cabo «una primera valoración tanto psicológica como social y, a partir de ahí, se empieza a trabajar con la familia, dependiendo de las necesidades que tengan. En ocasiones estos cuidados «están orientados a que el paciente pueda recibir un alta y volver a casa y en otras, el ingreso se hace en una situación más de final de vida, siempre coordinados con los otros profesionales».

El concepto de paliativos ha sufrido un cambio notable. Antes «hacía referencia a los últimos seis meses de vida y ahora, en muchas ocasiones, hablamos de dos años y se solapa el tratamiento activo y no curativo con una intervención precoz de cuidados paliativos. Esto va a propiciar que el trabajo con el paciente y con la familia sea mucho más completo». Es el caso de enfermedades como la ELA o el Alzhéimer avanzado.

Voluntarios imprescindibles

Para esta trabajadora social esta atención integral no podría entenderse sin los doce voluntarios que coordina en su equipo. «Son una pata fundamental porque se dan mucho» y un puente necesario entre el paciente, sus familiares y los profesionales. Mirar cara a cara al sufrimiento, coger una mano, ser confidente y atender las necesidades que pueden surgir en el día a día requiere de «una formación específica porque el acompañamiento tiene que ser de mucha calidad, debe haber mucha sinergía y una gran comunicación entre todos».

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También se llevan las preocupaciones a casa y en situaciones de pérdida pueden precisar también de apoyo específico. Uno de estos voluntarios es Irene Bonal García, quien asegura que cada martes recibe «más de lo que doy a los pacientes». Explica que hay estancias hospitalarias largas, familias que precisan de un pequeño respiro y muchos pacientes en situación de soledad y fragilidad para los que esta compañía supone un gran alivio.

Igualmente, «familiares que se desahogan con nosotros para no preocupar al paciente y viceversa». Irene sabe que debe «mantener siempre la confidencialidad debida» y ese vínculo tan especial que le une al paciente, pero es consciente de que «un pequeño detalle trasladado a los especialistas puede resolver una preocupación que no han comentado al médico porque no saben cómo decírsela».

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