El acelerador de partículas, a la espera de un 'sí, quiero' en Europa

Hay fuentes internas que conjugan el acelerador en futuro –se hará– y otras prefieren hablar en condicional –se hará, si finalmente prospera la candidatura–. Sí coinciden en que el acelerador va lento, no por falta de voluntad política ni científica, sino porque un proyecto internacional de esta naturaleza no tiene manual de instrucciones, ni mucho menos tiempos exactos, más allá de los que marcan los plazos para justificar subvenciones.

Por ejemplo, los 32 millones en fondos Feder que gestionan el Estado –a través del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat)– y la Junta –vía Universidad de Granada–. En 2023 hay que justificar el uso del dinero aportado por Europa que, en parte, irá destinado a levantar los primeros laboratorios auxiliares en Escúzar. Por tanto, hay dos hitos sobre la mesa: la oficialización del consorcio, que echará a rodar en este 2021, y la colocación de las primeras piedras, que también está prevista en los próximos meses.

El 'sí, quiero' de Europa al acelerador, sin embargo, puede llegar más tarde; lo que no quiere decir que esos laboratorios no vayan a tener utilidad. Hay quien habla de 2022 o 2023. Es, en cualquier caso, una estimación: nadie tiene la certeza de que se levantará y ni de cuándo. Sí de que, si las instituciones europeas se deciden por construirlo, se hará en Granada.

Para ello hay consenso a nivel institucional en España y entre la comunidad científica europea. Falta una decisión comunitaria que se puede considerar política: la apuesta por invertir en esta investigación sobre los materiales idóneos para soportar las reacciones de fusión nuclear, de las que saldrá la 'energía del futuro'. Esta máquina, el Ifmif-Dones planteado en terrenos de Escúzar, es parte de un macroproyecto internacional para construir las primeras plantas, que experimentarán las posibilidades comerciales de este tipo de energía. Granada se pondría en el mapa internacional de la ciencia en este campo.

Quienes tratan de impulsar el proyecto hablan de la importancia de hacer 'ruido': que se empiece a asociar a Granada con la investigación sobre fusión nuclear y que fuera de nuestras fronteras se perciba que es una iniciativa sólida. Es uno de los objetivos de la fase preparatoria: la negociación interna para la organización y gobernanza del proyecto. Cómo ponerlo en marcha de forma oficial, en definitiva. El 'sí, quiero' europeo no ya para las primeras piedras de los laboratorios auxiliares, sino para el edificio principal que contendrá la conducción de unos cien metros, en la que las partículas chocarán contra una lámina de litio.

A favor de Granada juega la selección del Ifmif-Dones como una de las infraestructuras incluidas en la hoja de ruta de Esfri (siglas que se pueden traducir en 'Foro europeo sobre infraestructuras de investigación , un ente consultivo de la Comisión Europea que marca, en un informe que se elabora cada dos años, las líneas estratégicas sobre infraestructuras científicas. El acelerador quedó incluido en el dossier de 2018, con una asignación de cuatro millones de euros.

«Se están haciendo muchas cosas. Lo primero es poner en marcha el dinero de Gobierno y Junta», explica Ángel Ibarra, director técnico del proyecto. Carlos Alejaldre, director general del Ciemat, compara la candidatura granadina con una maratón. En este tipo de carreras, los corredores –como él– se enfrentan al temido 'muro', un bajón de energía pasada la mitad del recorrido. Granada, ejemplifica, ya ha superado el escollo. «Dentro de poco habrá trabajos de construcción», añade Alejaldre.

Estos laboratorios auxiliares serán la primera semilla tangible del acelerador. Al margen de los ya anunciados en los terrenos destinados al acelerador en el Parque Metropolitano de Escúzar, la Universidad de Granada trabaja para adquirir un solar contiguo para levantar el UGR-Dones, un edificio sufragado con la aportación llegada desde la Junta de Andalucía –y, a su vez, de fondos europeos–. SegúnEnrique Herrera, vicerrector de Investigación y Transferencia, ya se ha solicitado el permiso correspondiente a la administración autonómica, que debe confirmarse en las próximas semanas.

En ese edificio –que se une a los promovidos por el Gobierno a través del Ciemat– trabajarán investigadores en estudios relacionados con las nuevas energías o aplicaciones informáticas relacionadas con la infraestructura.

Esta tarea, la del 'lobby' científico a través de investigaciones promovidas desde Granada, no cesa desde hace meses. Estudiantes de doctorado, coordinados por miembros de la UGR y el Ciemat, se adentrarán en estos trabajos. Además, habrá 3,5 millones de euros destinados a contratos posdoctorales: científicos que se formarán en Japón o Alemania para trabajar luego en el Ifmif-Dones.

Por otro lado, desde hace un año hay ofertas de empleo relacionadas con el acelerador. El pasado 15 de marzo se publicó una oferta de trabajo para un contrato de investigación para licenciado en Informática oTelecomunicaciones, que se encargará del desarrollo de la sala de control remoto delIfmif-Dones, entre otras tareas. Hay otra oferta para un ingeniero encargado del diseño de ingenieria para los sistemas de litio. Por último, se abre una plaza de ingeniero para la arquitectura del sistema de control, que incluye la participación en la gestión del proyecto. En enero hubo otras tres ofertas.