Barrios de Granada

Abre el primer 'saloon' del lejano Oeste de Granada

Ahora, hay brotes verdes por todas partes. Una docena de bloques novísimos han animado la escena aquí, donde Granada encuentra cardinalmente su Oeste. La propia alcaldesa de la ciudad, Marifrán Carazo, describía este nuevo ecosistema granadino. «Las Alquerías es un barrio joven, que está creciendo junto a un entorno natural maravilloso y donde las familias están haciéndolo crecer dotado de equipamientos y de servicios que va a estar arropado con un gran parque periurbano que va a conectar el norte de la ciudad con el sur y va a ejercer también de pantalla vegetal».

Es un ritmo creciente el que se percibe en Las Alquerías. El gimnasio ha reabierto sus puertas con bríos renovados y se nota en la presencia de gente joven con ganas de seguir estando en forma. Unas señales indican la dirección hacia la nueva farmacia del barrio, que se llama, precisamente, Las Alquerías, y es blanca inmaculada, amplia y tan nueva como todo lo que aquí se abre paso.

Al otro lado de las vías del tren –en pleno barrio de La Chana–, ya abrió sus puertas un Mercadona de los grandes. En menos de dos años, la velocidad de crecimiento de esta esquina de la ciudad ha acelerado exponencialmente. Desde el año 2023, para sumarse en fila india al mítico edificio Apache, hay seis grandes edificios que ya terminaron de ser construidos y otros tantos proyectados, hasta alcanzar 1.700 nuevas, que se suman a los edificios ya habitados junto a este recinto.

Con la promesa de los nuevos vecinos, los servicios aparecieron de la mano. Al citado Mercadona y con la reapertura del centro deportivo Ágora We, la cadena Aldi también ha levantado su supermercado en la esquina entre la Avenida de las Alpujarras y Paseo Rector Gallego Morell.

Una vez sembrado el nuevo barrio de supermercados, farmacias y todo lo que pueda venir en un corto periodo de tiempo, faltaba el lugar de encuentro más allá de los aparatos de gimnasia o los paseos por el magnífico Parque de las Alquerías. Y es precisamente en este lugar, en la zona verde del Oeste granadino, donde acaba de abrir sus puertas el primer 'saloon' del lejano Oeste de Granada.

Entre la circunvalación y los bloques del barrio, el Parque de las Alquerías es un cinturón verde con pintas de oasis. Aquí, el bar y restaurante que toma el nombre del lugar, Alquerías, se ha convertido en el primer establecimiento hostelero del último barrio que crece en los límites de la ciudad de la Alhambra.

El lugar lo tiene todo. Con sabor a kiosco de toda la vida, es una apuesta interesante que suma servicio, calidad y el buen hacer de la plantilla a los mandos del lugar, formada por Óscar como encargado, Mariana como camarera y Alejan'dro como jefe de cocina.

Para empezar, el local es todo terraza, con una buena parte de ella cubierta sobre una tarima de madera donde corre el aire y rodeado de todos los árboles, arbustos y vegetación de las Alquerías. Lo de oasis más que un metáfora va cobrando forma.

Es un día entre semana y a las dos de la tarde se encuentra ya ocupado en tres cuartas partes, prueba irrenunciable de que la acogida de los vecinos es francamente aplaudible. De hecho, además de la novedad, no se trata de un chiringito sin más, sino que hay una apuesta gastronómica que sobrevuela el lugar, humilde pero verdadera.

La especialidad de la casa está basada en una piedra volcánica donde hacen al punto deseado carnes de todo tipo –ternera, cerdo ibérico, pollo–, chorizos y morcillas. Hay ensaladas, pizzas y postres, todo enfocado asimismo hacia la familia, ya que esta terraza está pegada al parque infantil que existe dentro a su vez de Las Alquerías. Es decir, ese sueño cumplido de poder tomarse una cerveza mientras los peques juegan y no se les pierde de vista. Las tapas, porque aquí en la Chana la tapa es un símbolo, también están a la altura. Por las mesas se ven hamburguesitas, triángulos de queso y raciones de arroz. Hay papas a lo pobre. Así que ya está todo dicho.

La clientela es de lo más variada, al menos en la jornada de este jueves. Hay matrimonios jóvenes con hijos que todavía sestean en sus carritos y mayores con pintas de recién jubilados que trasiegan tercios de cerveza fresquita. Por supuesto, tras sudar lo suyo en el gimnasio Ágora We, muchos reponen fuerzas en la terraza.

Al frente de esta aventura se encuentran Óscar del Rosal Pérez y el socio Diego Perazzo, que tiene la licitación del kiosco del parque García Lorca. «Hemos tardado cuatro años en abrir, pero la acogida es buenísima, los vecinos son un cielo».