Molino Nuevo, una de las zonas afectadas.

72 cortes de luz en un año

Más de 1.400 usuarios, el 57%, tienen contratos en regla en el distrito Norte

M. V. Cobo

Lunes, 11 de julio 2016, 02:37

Ascensión vive con su madre en un piso del distrito Norte. Tienen los papeles de su casa en regla y pagan religiosamente sus facturas. Todas. ... Su hogar es uno de los 1.400 de la zona que tienen contador de electricidad, frente a los 1.133 que están enganchados de forma ilegal a la red de suministro. De ese total de defraudadores, una buena parte se dedican al cultivo de marihuana, lo que provoca un consumo disparatado las 24 horas del día. La consecuencia inmediata son los cortes de luz constantes que sufren los que pagan las facturas y los que no. Ascensión viene padeciendo estos apagones pero ella no se conforma con esta situación. Por eso ha reclamado ante la propia Endesa, ante Consumo de la Junta, ante el Defensor del Pueblo Andaluz y ante el Defensor del Ciudadano. También ha acudido a la Junta de Andalucía, donde ha reclamado por la mala calidad del servicio, y le han dado la razón.

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El departamento de Energía de la delegación de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta recibió la queja de esta vecina en marzo de 2015. «Los cortes de suministro empezaron en el año 2013», explica Ascensión que, como muchos otros vecinos de la zona tiene un listado de incidencias en su casa en el que apunta el tiempo que pasan sin suministro todos los meses. «Este pasado mes de junio hemos llegado a tener cuatro cortes de suministro el mismo día», explica.

La mujer atiende a este periódico entre visita y visita para gestionar estas reclamaciones. Ascensión no es su nombre real, no quiere que aparezca tampoco la calle en la que vive «porque el nuestro es el único contador en tres bloques».

Mudanza 'forzosa'

Ella afirma que lo que están sufriendo «es fruto de cuarenta años de marginalidad, de tener olvidado al barrio». Pero ya no pueden más y en septiembre abandonarán su casa. Para poder irse de la vivienda, que es propiedad de su madre, tendrá que sacar los ahorros que tenía en el banco y pedir un préstamo hipotecario avalado por un familiar. Es un esfuerzo, pero ya no pueden más con la situación.

Aún así, Ascensión no se ha quedado quieta y ha reclamado ante todas las instancias por lo que están sufriendo. En el expediente abierto por la Junta, al que ha tenido acceso este periódico, se le dio audiencia a Endesa tras la queja de la mujer. La empresa alegó que su casa estaba alimentada por «uno de los centros de transformación de la zona norte de Granada conflictivos» por la cantidad enganches directos y alto consumo de energía. También explicaron que se habían hecho actuaciones «como la ampliación del transformador, nuevas salidas de circuitos de baja tensión y refuerzo de las existentes». Incluso aportaron un registro de incidencias que dejaba poco lugar a dudas.

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En el piso de Ascensión y su madre -es de suponer que en el resto de los de la zona- sufrieron 72 interrupciones que sumaban cinco días, 19 horas y 13 minutos sin suministro. En 2014 fueron 34 interrupciones que sumaron tres días, doce horas y cuatro minutos sin suministro. En 2013 hubo 31 interrupciones que acumularon el equivalente a 4 días, cinco horas y 16 minutos sin electricidad.

La reclamación de esta mujer y su madre fueron estimadas por la delegación de la Junta y se les aplicó un descuento en las siguientes facturas, a modo de compensación por el tiempo que habían estado sin suministro eléctrico. La normativa en vigor establece que la empresa, en cumplimiento de la calidad del suministro, no puede superar las diez interrupciones en un año natural, sin superar las cinco horas acumuladas.

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Situación «excepcional»

Ascensión explica que con la llegada del calor se están intensificando los problemas de cortes de suministro. «Si el corte se produce a partir de las diez de la noche o en fin de semana, es fácil que no vengan los técnicos», apunta la mujer, que lamenta que Endesa no lo remedia.

Fuentes de la compañía señalaron a este periódico que se están encontrando con muchos problemas para solucionar la situación del distrito Norte, que es «excepcional». «Los técnicos tienen que acudir escoltados por la Policía, y han sufrido amenazas y agresiones», relata una portavoz. Explica que para poder solucionar los cortes, habría que acabar con los enganches ilegales, para lo que trabajan ya en inspecciones que se hacen en coordinación con la subdelegación del Gobierno.

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Dentro del perfil de los defraudadores, la mayoría son usuarios domésticos, pero también hay pequeñas empresas. Endesa tiene abiertos en la provincia granadina 3.251 expedientes de fraude. De ellos, 2.490 son de usuarios domésticos, 130 corresponden a pymes, 53 son pequeñas industrias, cuatro son industrias con más de 450 kilovatios de potencia contratada. Y cuentan también con 574 expedientes de fraude sin punto de medida.

Advierten desde Endesa que para dar hacer el contrato de alta del suministro no hay que pagar la deuda atrasada, aunque estas cantidades hay que abonarlas, «aunque estamos abiertos a negociar caso a caso».

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Indemnizaciones

Sin duda, el problema de los cortes de suministro eléctrico en el distrito Norte es complejo y tiene muchas vertientes que hay que abordar. Se puede entender como síntoma de otros problemas más arraigados y el nuevo equipo de gobierno local ha anunciado que van a retomar el plan especial de Zona Norte.

Sin embargo, hay un colectivo que está sufriendo directamente las consecuencias pese a que ellos hacen viguerías por pagar sus facturas.

El caso de Ascensión es un ejemplo de que se puede reclamar y hacer valer los derechos. Asociaciones como Facua Granada recuerdan que todos los afectados tendrán derecho a exigir a Endesa las indemnizaciones correspondientes tanto por el corte de suministro como por aquellos alimentos que se hayan deteriorado por el corte de servicio y cuya compra puedan demostrar documentalmente. La asociación recomienda que se reclamen a la empresa eléctrica los daños que los apagones le estén ocasionando, tales como alimentos estropeados, comida almacenada en congeladores o averías en electrodomésticos.

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