Granada desde sus cuatro esquinas
Los contrastes y diferencias que presenta la ciudad de Este a Oeste y de Norte a Sur devuelven un original retrato humano y paisajístico
Javier F. Barrera
Sábado, 25 de junio 2016, 01:25
Las cuatro esquinas de Granada: Rey Badis en el Norte, El Fargue en el Este, La Bobadilla en el Oeste y el Parque Tecnológico del ... Campus de la Salud en el Sur. Los contrastes y las diferencias entre los cuatro puntos cardinales del municipio -donde se mezcla la necesidad de transformación social de Rey Badis, con la pujanza tecnológica del PTS, el sabor a pueblo y Vega de La Bobadilla y la montaña agreste en El Fargue-, devuelven un original retrato humano y paisajístico de la ciudad de Granada.
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Un recorrido por estos cuatro extremos permite una visión global de una ciudad sin el corazón de su centro histórico y cultural, urbano y cosmopolita. Es un viaje por la periferia, por los bordes, por los recodos de una ciudad que se despierta y crece, una urbe que, también, a veces se olvida. El recorrido obliga al mismo tiempo a cruzar la ciudad por todas sus costillas, comprobar que hay atascos a cualquier hora del día, que el bullicio impregna de vida las arterias. Que hay vida más allá de la Plaza del Carmen, de la Alhambra y de Puerta Real.
En Rey Badis, en el Norte, justo en el lado que toca el nuevo carril que lo aísla sin muros o vallas, un contenedor está rodeado de basuras por todas partes. Antonio se acerca y selecciona con un palo largo de madera. Es su trabajo. Descubrir cualquier objeto que pueda tener valor. Arriba, mucho más arriba sobre la ciudad, Roberto pastorea su rebaño de ovejas y alguna que otra cabra. No han pasado ni quince minutos desde que Antonio, en Rey Badis, ha compartido su historia. Otro cuarto de hora y nos plantamos en la llanura de la Vega de Granada, dentro del término municipal de la ciudad.
El barrio se llama La Bobadilla y la vista de Sierra Nevada es, simplemente, espectacular. Un deportista pasa corriendo, el deporte de moda. Resopla al tiempo que disfruta. Con la Circunvalación como espina dorsal, se llega sin problemas hasta el punto más al Sur de la ciudad. Allí resplandece el hospital del Campus de la Salud y las torres que albergan la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada.
El recorrido también abre los ojos para distinguir que la ciudad ha creado una especie de gueto en los barrios más necesitados de la Zona Norte, que no termina de resolver el llamado 'abrazo de la Vega', patente en La Bobadilla o que la Ronda Sur también se quedará obsoleta y antigua cualquier día, como ahora lo están los caracolillos de la Carretera de Murcia. Porque la ciudad cambia, muta y crece.
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Es también la lucha del siglo XXI por abrirse paso en el Sur con tecnología, investigación, desarrollo e innovación sanitaria frente al contenedor de problemas de delincuencia y drogas en Norte. De paro y subsistencia de una gran mayoría de población honrada y trabajadora. Puro siglo XX, cambalache y contradicciones. Es también la ganadería y la agricultura de la Vega y El Fargue, vestigios del viejo siglo XIX y todos los siglos que fueron y que permanecen, que subsisten, que tampoco se rinden.
Norte. Diez de la mañana. Antonio va provisto de todos sus aperos: gorra con visera, un palo largo y un carrito de bebé donde carga sus descubrimientos tras rastrear los contenedores de basura desplegados por el barrio de Rey Badis. En la miseria crecen flores. Y también esperanza y riqueza. Antonio se queda mirando. Pero no se ha inmutado. Saluda con un brazo en alto. Cutis curtido y ajado con mil arrugas. Es un veterano. Cigarrito en la comisura de los labios. Si te fijas bien, es una colilla. Metáfora de su oficio.
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El barrio hereda su nombre de Badis ben Habús, que fue el tercer rey de la taifa de Granada al ocupar el trono entre 1038 y 1073. Miembro de la dinastía bereber de los ziríes, sucedió en el trono de la taifa granadina a su padre Habús ben Maksan aunque para ello tuvo que hacer frente a una conjura de una parte de la corte granadina que apoyaba como sucesor a su primo Yaddair ben Hubasa.
Con unos 2.600 vecinos censados, el barrio de Rey Badis solo sale en las noticias por la delincuencia, los cortes de luz, las plantaciones de marihuana, los crímenes. Su propia conjura que tiene que desbaratar y una imagen que algún día tendrá que cambiar. Quizá cuando deje de ser un gueto invisible. El Ayuntamiento de Granada, ahora que es socialista, ha sacado del cajón este mes de mayo el plan de acción, global e integral, para empezar a trabajar y transformar este barrio y los colindantes. La tarea es tan titánica como necesaria.
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Inversión millonaria
Lo que no tiene Norte lo tiene el Sur de la ciudad, donde ha brotado un campus universitario, sanitario y de investigación. Tan solo la primera inversión en el nuevo hospital apabulla: cien millones de euros. Carriles bicis, universitarios, juventud que aflora, porvenir y futuro. Nada que ver con Rey Badis, que, al contrario, sobrevive como puede. Violines al Sur. Truenos al Norte. Y al Oeste, en El Fargue, la melodía suena con un tolón-tolón acompasado que reverbera cuesta arriba en los cencerros del rebaño de Roberto, que cruza El Fargue «hacia esos almendros», señala con su cayado.
Cuenta que su rebaño «tiene setecientas cabezas», pero que ya con él desaparecerá el pastoreo que cruza Granada: «Antes, en Monachil habíamos siete mil cabezas. Ya no queda ninguna». Roberto chifla y silba y el rebaño le obedece y avanza. El perro está atento como el que más. Las ovejas están recién esquiladas.
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-Es que venimos de la pelu, dice con sorna desde una de las cuatro esquinas que convierten Granada en una ciudad poliédrica. Mágica.
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