El PSOE asume en Granada una derrota que fue de 'foto finish'

Allí dentro estaban la consejera de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, María José Sánchez, y también el consejero de Salud, Aquilino Alonso, que vivieron la noche electoral con entusiasmo junto a sus compañeros de partido en Granada. Elvira Ramón, candidata al Congreso por el PSOE granadino, sólo se separaba de Teresa Jiménez para tomar un poco de aire en la puerta. José Martínez Olmos, número uno en la lista al Senado, se dejaba ver por alguno de los despachos. Ana Gámez, siguiente en la lista para la Cámara alta, seguía también con atención el recuento.

En la sala, alrededor de treinta personas, no más. Entre ellas, históricos como Manuel Pezzi, que deja el Congreso y, en principio, también la política. El presidente de la Diputación, José Entrena, o la delegada de Fomento y Vivienda, Mariela Fernández.-Bermejo, también permanecieron allí toda la noche. Atentos, como todos, a la emocionante carrera por el tercer escaño. Pero el protagonismo, sin quererlo, se lo llevó Ana Belén Palomares, que llegó a ser diputada a lo largo de la noche en varias ocasiones, pero que se quedó a las puertas.

Baile de cifras

«El PP gana ahora por 260». «El PSOE ha vuelto a recuperarlo y gana por 300 votos». «Ahora la diferencia se ha ampliado a 600». «Ya va por 800 y queda un 2,5% por escrutar. Creo que ya va a cambiar poco». «El voto por correo nos puede favorecer». «También el voto rogado (el de los emigrantes)». «Ahora vamos ganando». «El PP vuelve a ponerse por delante». Y así durante una interminable hora y media final de recuento. «Todo depende ya de las mesas que faltan en la capital, si son de Ronda (feudo tradicional del PP), del Zaidín (territorio socialista) o Norte...», se escuchaba.

Estaba claro que la victoria granadina se iba a decidir en la 'foto finish'. O incluso en el descuento del partido, porque en cierto momento, con apenas 3.000 votos por contar todavía, todo apuntaba a que el voto por correo y el voto 'extranjero' iba a decantar la balanza definitivamente. A cinco minutos de la medianoche, después de escuchar el discurso de la presidenta andaluza, Susana Díaz, el optimismo se apoderó de los socialistas granadinos. En ese momento, el escrutinio les daba ese tercer escaño, del que dependía también el resultado final de las elecciones generales. El triunfo nacional era ya del PP, pero Pedro Sánchez podía recibir de Granada el escaño número 91, mientras que el PP se quedaría en 122. El toma y daca se fue alargando. Los minutos se hicieron horas en Torre de la Pólvora.

El escaño 91

Las palabras de Susana Díaz insuflaron ilusión ante una pérdida de votos que llegaba a 30.000 en toda la provincia. Mantener el tercer escaño significaba una victoria por la mínima, suficiente para que la cúpula granadina aguantase el tipo y la mecha. Perderlo suponía subrayar esa leve sangría que las encuestas a nivel nacional había pintado con peor rostro. El PSOE granadino parecía aferrarse a la esperanza de darle a la candidatura de Pedro Sánchez el escaño número 91.

Mesa arriba, mesa abajo. Esos eran los cálculos. Cada cinco minutos los resultados variaban. A las 00.02 el PP cogió de nuevo la delantera. 281 votos separaban a los socialistas de la tímida victoria. Por delante, apenas un 2% por escrutar. Con Mariano Rajoy ya dirigiéndose a la militancia en la calle Génova de Madrid, con una bandera española ondeando en primera fila que decía 'Lecrín, Granada, con Rajoy', el escaño 123 subió a la casilla del PP en la pantalla de la televisión. El PSOE tiró la toalla. La diferencia con los populares granadinos volvía a estirarse y se iba ya por encima de 500 votos. Con apenas mil por contar, la derrota en la línea de meta estaba cantada. Aún así, Teresa Jiménez y sus compañeros esperaron unos veinte minutos más para dar por terminado el recuento y salir a la sala de prensa a afrontar la derrota más mínima de la historia granadina.

Con 157.585 votos, 28.282 menos que en los comicios de 2011, el PSOE encajó el golpe. Habían estado cerca de recuperar la hegemonía en unas generales al ver cómo el PP granadino se dejaba casi 80.000 sufragios en el camino de estos cuatro años. Ni siquiera eso consuela a un PSOE que felicitó a su único rival en las urnas hasta ayer. Teresa Jiménez agradeció, no obstante, «a todas las personas que nos han dado su voto», y también a «los apoderados, apoderadas y a los interventores» por su colaboración a lo largo de una jornada «que se ha desarrollado con absoluta normalidad». Agradeció también «el trabajo de los candidatos y candidatas, del comité electoral, de los voluntarios y las voluntarias, y de todos los militantes de la provincia».

«Ha sido un trabajo intenso, una campaña intensa. Una campaña en positivo para nosotros y muy cercana para tratar de trasladar el mensaje a todos los pueblos y ciudades de la provincia», arrancó la secretaria provincial del PSOE de Granada, quien anunció que iba a ser breve. Y lo fue. Tres minutos duró su intervención con el reloj pasando ya las 00.30 horas.

«Más de 157.000 granadinos nos han dado su confianza en un resultado muy ajustado. Hemos obtenido dos diputados. El PP nos supera en algo más de 700 votos. Aunque falta el voto de los ausentes -en referencia a los emigrantes-, creemos que no va a cambiar», dijo. Por eso, no le quedó otra que «felicitar al PP, que ha ganado las elecciones». «Se abre un tiempo nuevo», continuó, para recalcar que «se precisan consenso y diálogo, y personas dispuestas a luchar por los intereses de todos». Los diputados y senadores socialistas «van a defender nuestros intereses, que son los intereses de Granada; es el compromiso en el que nos reafirmamos en esta noche electoral», concluyó Jiménez, quien por delante tiene mucho análisis qué hacer. Ella y sus colaboradores.