Una década de esplendor, enturbiada
La gestión de 11 años de Mar Villafranca ha estado, como suele ocurrir en Granada, dividida entre defensores artísticos y detractores políticos
Daniel Olivares
Miércoles, 8 de julio 2015, 01:33
Gestionar un monumento de la relevancia de la Alhambra y en una ciudad como Granada, amiga del vicio eterno de la división de opiniones, es ... una tarea ardua, compleja, a veces maravillosa y muchas otras ingrata. Mar Villafranca (Granada, 1961) lo sabe muy bien después de una década y un año más al frente del emblema artístico y turístico de Andalucía y, se puede decir, de España. Ser el más monumento nacional más visitado, con más de 2,4 millones de personas admirando sus palacios y jardines en el último año, le otorga ese sello de relevancia. Y en ello, aunque sus detractores no lo reconocen, algo de responsabilidad tiene la exdirectora general del Patronato de la Alhambra y el Generalife. No en vano, en julio de 2004, cuando tomó posesión del cargo, la ciudad palatina se encontraba en pleno receso. Había perdido cerca de 300.000 visitantes al año para quedarse en 1,9 millones. Mucha responsabilidad tuvo la detección y denuncia del fraude de las entradas en 2006, año y medio después de ser nombrada directora.
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Villafranca se sentó en el sillón de reina de la colina granadina un 15 de julio. Le ha faltado una semana justo para celebrar sus once años, dos lustros en los que los vientos de las críticas han soplado a favor o en contra en función del color político del que partían. Sin menoscabo de su preparación como Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Granada (1984) y doctora con honores de premio extraordinario (1995), sus detractores han mirado más su carnet socialista que su currículum como especialista en la materia a la hora de valorar el trabajo de la persona que recogió el testigo de Mateo Revilla, su profesor y casi eterno responsable de la Alhambra durante los 19 años anteriores a su nombramiento como gestora.
En toda trayectoria larga hay siempre luces y sombras. En la de Villafranca, también. El asunto oscuro de las audioguías le va a someter al examen de la Justicia y le ha obligado a la dimisión que tantas veces pidió el PP desde la plaza del Carmen, Aben Humeya o Andrés Segovia. El agua de las acequias de su mandato se ha vuelto turbia en la recta final y ha manchado su década alhambreña, pero nadie puede negar que los jardines de la gestión de Villafranca albergan flores, muchas y variadas.
Como en el siglo XIV
El principal legado de la dimitida directora general es la restauración completa del Patio de los Leones. Aunque iniciada años antes de su nombramiento, fue durante la primera parte de su gestión cuando uno de los principales símbolos de los palacios nazaríes y una de los escenarios más retratados adquirió velocidad de crucero para presentar el aspecto que hoy día admiran especialistas en lenguaje histórico-artístico alhambreño y vilipendian quienes ignoran que la reforma respeta al máximo la líneas originales del recinto de la fuente con doce felinos marmóreos a su alrededor que ordenó construir Mohamed V a finales del siglo XIV. El lugar más emblemático para la mayor parte de la fanaticada alhambreña, luce en todo su esplendor desde la mañana de un viernes de finales de julio.
Conservación del patrimonio
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INTERVENCIONES
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Patio de los Leones En 2012 terminó la remodelación integral del emblemático patio, que recuperó su imagen original tal y como fue concebida.
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Sala de los Reyes Intervención en varios proyectos independientes para su conservación integral.
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Palacio de Dar Al-Horra Tras una intervención urgente, se retoman las visitas a este palacio nazarí del XV, situado en el Albaicín, y levantado sobre un palacio zirí anterior.
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Torres Bermejas Concluida la primera fase de la intervención arqueológica en esta conjunto fortificado, la segunda fase, ya en marcha, permitirá abrir al público esta parte del monumento.
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Baños de Comares Intervenciones en las cubiertas tanto en el exterior, para revisar y mejorar el sistema de cubrición y evacuación de aguas, como en el interior.
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Torre de la Justicia Adecuación para su uso institucional.
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El Bañuelo Los baños árabes del siglo XI, en la Carrera del Darro, gestionados ya por la Alhambra, abrieron tras una leve restauración. Estaban bien preservados.
El entonces presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, hoy también envuelto en líos judiciales por su gestión política, presidió la reapertura del espacio. La intervención comenzó en 2002 con la retirada del león número cuatro, la primera de las doces esculturas en ser restaurada, aún en tiempos de Mateo Revilla. En 2007, ya con Villafranca al frente, se retiraron del patio el resto de los leones para someterlos a un largo proceso de restauración, desarrollado en los talleres del Patronato de la Alhambra y el Generalife.
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Se eliminaron las gruesas costras calcáreas, se detuvo la invasión de elementos biológicos, se consolidaron roturas de diverso origen y se retiraron elementos metálicos y adherencias muy perjudiciales como el cemento. La taza de la fuente, labrada en una sola pieza, fue restaurada 'in situ' en un taller temporal instalado en el propio patio. Por sus grandes dimensiones era imposible sacarla del patio porque no cabía por ninguna de sus puertas. El circuito hidráulico fue remozado también y la última fase del proyecto consistió en la colocación de 250 piezas de mármol para cubrir una superficie de 400 metros cuadrados. El patio recobró su imagen histórica, tal y como la habían descrito los cronistas de la época. Orgullosa del resultado, aquel 27 de julio, Villafranca poetizó que el patio ofrece «una imagen más áurica, que se aproxima más a las características que perdió hace un tiempo». Con 2,2 millones de euros gastados en la rehabilitación, el emblemático patio se desprendió de todos los accesorios incorporados según las modas de cada época y los gustos de los distintos 'inquilinos'.
Atrás parecía quedar en aquel momento la crisis más grave que había vivido el monumento granadino hasta esta última de las audioguías. El fraude de las entradas que destapó y denunció el propio Patronato desveló que algunos había estado años saqueando el 'cortijo'. Mar Villafranca no había cumplido un año y medio en el cargo cuando la Navidad de 2005 descubrió el 'pastel'. Una tras otra, hasta casi medio de centenar de personas se vieron imputadas -varias de ellas detenidas- por su presunta implicación en irregularidades en la venta de entradas, control de acceso y limitación de aforo del monumento nazarí. Casi diez años después, la estafa todavía está pendiente de juicio.
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Mar Villafranca tuvo que escuchar voces en contra de su gestión y hasta peticiones de dimisión desde partidos opositores al gobierno socialista de la Junta de Andalucía. Desde el PP granadino apuntaron hacia ella, hasta el punto de que, en una segunda petición, se querellaron para involucrarla a ella y la secretaria general, Victoria Chamorro, en la trama. El juez Miguel Ángel del Arco, según reveló este periódico en septiembre de 2006, rechazó la imputación que solicitaron los populares por «ausencia de seriedad procesal y jurídica» y por las «contradicciones» en los escritos presentados, rezaba el auto. El PP erró el tiro pero no cejó en su empeño de derrocar a la «sultana de la Alhambra», sobrenombre con el que la nombraban en círculos privados los dirigentes populares.
Diana 'popular'
Villafranca salió indemne en aquella ocasión. Se puede decir que incluso reforzada. Sin embargo, desde entonces pasó a convertirse en diana de los dardos del PP granadino, que ha estado una década disparando a su figura en eso proceso obsesivo de identificación de todo lo que suena a Alhambra con el centralismo sevillano de la Junta de Andalucía, a la sazón, cuartel de los 'jefes' de la exdirectora general del Patronato. El alcalde de Granada, José Torres Hurtado, y el concejal de Cultura, Juan García Montero, convirtieron a la dirigente socialista en uno de sus principales enemigos políticos, en un estrategia de confrontación a la que Villafranca respondió en no pocas ocasiones.
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Casi siempre lo hizo con mesura y razonamientos argumentados, apoyada en unas cifras que hablaban de que la Alhambra era el monumento más importante de España y uno de los más destacados de Europa, aval que Villafranca utilizó para reprender los intentos de los gestores del Ayuntamiento de Granada de dibujar el monumento como un 'feudo' socialista que vive a espaldas de la ciudad que le mira desde abajo, un supuesto aislamiento que en nada beneficia a Granada y una teoría que el equipo de Villafranca ha tratado de desmontar una y otra vez, hasta el punto de apoyarse en un estudio, elaborado en colaboración con La Caixa, sobre el impacto socioeconómico que supone para la capital el negocio del conjunto monumental. La Alhambra genera casi 500 millones de euros de forma directa o indirecta para Granada y fomenta el mantenimiento de 6.800 empleos, 10.000 en toda la comunidad andaluza.
El Atrio que no verán sus ojos y que le costó una disculpa
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Su antecesor en el cargo, Mateo Revilla, ya recibió numerosas críticas por la solución que se aplicó a la puerta de la Alhambra y, por ello, Mar Villafranca estaba decidida a otorgar al monumento granadino de una entrada digna de su importancia histórico-artística. Hace nueve años se empezaron a dibujar los cimientos de un proyecto que parecía marchar a toda vela en los últimos años y que se ha visto frenado por numerosas voces que consideran excesivo el gasto de más de 40 millones de euros que deberá afrontar el Patronato de la Alhambra para su construcción. El proyecto, del arquitecto portugués Álvaro Siza en colaboración con el granadino Juan Domingo Santos, fue utilizado como arma electoral desde que fue presentado oficialmente. El PP lo atacó una y otra vez, hasta el punto de hacer perder la compostura a Villafranca en una red social. Tuvo que pedir disculpas por insultar a los votantes del PP.
Es otro de los avales que sostienen el legado de la Alhambra de Villafranca, quien se fijó como uno de sus primeros objetivos diseñar un plan director para monumento que fijase la hoja de ruta del futuro del conjunto en el período de 2007-2015. El proyecto giraba sobre cuatro ejes estratégicos: preservación, protección y conservación; paisaje cultural; desarrollo y uso sostenible; y la Alhambra en la sociedad de la información. Y se desarrollan a lo largo de 154 medidas. El plan recibió en 2010 el Premio Unión Europea de Patrimonio Cultural/Premios Europa Nostra por «su contribución a la conservación y gestión de uno de los conjuntos más emblemáticos del patrimonio europeo, inscrito en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco». La entrega de los premios estuvo presidida por su la Reina Doña Sofía en el Palacio de El Pardo.
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La accesibilidad universal de la Alhambra es otra de las herencias que deja la década de Mar Villafranca en la colina. Convertir el monumento es un lugar al que pueda acceder todo el mundo le ha valido también el reconocimiento de asociaciones e instituciones dedicadas a hacer la vida más factible y sencilla a las personas con discapacidad. De la mano de La Ciudad Accesible, la Alhambra continúa trabajando en ese proceso de adaptación que se completa con el proyecto de la Alhambra para ciegos o con el servicio de signoguías para personas sordas. Todo ello forma parte de un legado ante el que la justicia deberá hacer oídos sordos para juzgar su gestión con la audioguías.
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