¿Es Iglesias el nuevo Georgie Dann?

‘Duele el Corazón’ es el tercer pelotazo del verano que va a encadenar el cantante. «Ha encontrado un filón», explica su amigo Poty

francisco apaolaza

Sábado, 25 de junio 2016, 11:37

Cuando, derrotado ya el invierno asoma la primavera de pronto en un leve giro del aire templado, cuando en Murcia la cámara de un informativo ... sorprende a una jubilada dándose el primer baño de la temporada, cuando el verano comienza a dar sus pataditas, ahí está él, preparado a lo que venga. Anda la gente pensando en que convendría pintar el apartamento de la playa y entonces aparece de la nada Enrique Iglesias y zas, ya está todo el mundo bailando la canción del verano. Se llama Duele el Corazón, es una suerte iglesiera de reguetón y la canta con el artista puertorriqueño Wisin. Los que no sean de barra la van a bailar hasta que les sangren las plantas de los pies.

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Seguro que la han escuchado, y si no ha sido así, no tengan prisa, porque la canción les va a encontrar a ustedes. Se comenzó a colar felinamente en los sonidos de nuestras vidas a mitad de abril. Como título, Duele el Corazón deja bastante claro que se trata de una canción que habla del amor, pero no del amor pleno, porque desde que Georgie Dann dejó de cantarle a las barbacoas, las canciones del verano son todo pasión, oscuridad, nena, sube y baja y asalto amatorio. En esta, el menor de los Iglesias Preysler, que ya tiene 41 tacos, conmina a una amante a que se quede con él o se vaya. Iglesias presume en la letra de ser un gran bailarín: «Bailamos hasta las diez, hasta que duelan los pies». Se supone que se refiere a las diez de la mañana, o si no qué poco baile, o quizás la hora fuera un imperativo de la rima. El estribillo dice así: «Si te vas, yo también me voy; si me das, yo también te doy mi amor». Y después alude a otro hombre, porque en estos fregados siempre hay otro señor, y dice así: «Con él te duele el corazón; conmigo te duelen los pies». No se sabe si hay un tercero para el descanso. En el vídeo aparece don Enrique yendo y viniendo con un helicóptero y hay una maciza que no lo tiene claro. Todo es tórrido y tormentoso, pues se supone que desde los quince aprendimos que el verano es para sufrir. Esas baladas melosas de quererse hasta la eternidad son para el invierno, que es la verdadera estación del amor duradero desde que Puccini compuso La Bohème. En verano, no, en verano es el aquí te pillo, aquí te mato: me das, te doy... El lío.

En el videoclip, la estrella viaja aquí y allá a bordo de un helicóptero sobre el desierto y en el desierto hay un aborigen. El aborigen se asusta del helicóptero y profiere conjuros a la aeronave y quizás todo sea una metáfora de cuando Enrique Iglesias se cortó los dedos al echar mano de un dron en un concierto en abril de 2015 en Tijuana. Esa noche aprendió que los drones no se tocan.

Este último ataque de éxito no es algo repentino; Enrique Iglesias lleva tres años firmando el pelotazo del verano.Y no sucede solo en España, donde para gran parte de la grey sigue siendo el niño pijo que cantaba Es una experiencia religiosa en los albores del euro. Ahora pega en todo el mundo, de Estados Unidos a Asia, y sus canciones ya no solo se bailan en la Manga; también en las fiestas de Bali, y las baila su novia desde hace quince años Anna Kournikova, que encendió las redes sociales con su sensual meneíllo a bordo de un yate al ritmo de Duele el Corazón.

«Reguetón fino»

El artista, al que en España siempre se ha mirado como el simpático hijo de Julio Iglesias y novio eterno de la extenista rusa, ya ha colado otros dos exitazos. El del año pasado se llamaba El Perdón y en este caso, la maciza del vídeo estaba en una favela, en lugar de en un desierto. Decía así: «Te estaba buscando, por la calle gritando, como un loco tomando. Yo sin ti, tú sin mí, dime quién puede ser feliz.Esto no me gusta». Algunos interpretaron la letra como una oda a la cerveza y otros imaginaron lo que sucedería si Enrique entrara en una favela gritando y «como un loco tomando». En esta también lo abandonaba una mujer, cosa bastante improbable en la realidad, porque a Enrique solamente le hacen sufrir las mujeres en las canciones. El anterior pelotazo, el de 2014, se llamaba Bailando y en este sí remataba la faena: «Tu cuerpo y el mío llenando el vacío, subiendo y bajando».

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¿Cuál es el secreto? El coreógrafo y productor Poty, que ha trabajado con Iglesias en algunas giras, asegura que «ha encontrado el filón en un género propio» que define como «un estilo mezcla de un reguetón acompasado y tirando a cumbia colombiana, una especie de reguetón fino». Poty admite que hay muchas canciones de ese tipo, pero que Iglesias ha sabido «llevarlas al público gringo». La clave es la de todos los temazos del verano: «Un estribillo pegadizo que la gente pilla al vuelo». Georgie Dann le cantaba a la barbacoa, y ahora los veganos se hubieran puesto locos pero quizás Enrique y él no sean tan distintos.

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