Los concursantes de MasterChef Junior pasan asco y miedo

Así pues, todos sintieron una sensación muy desagradable cuando, durante una de las pruebas, en la que tenían que cocinar un besugo, descubrieron que los ojos del pescado también se pueden comer.

"Me dan miedo, no los puedo ni ver; me muero de asco" -decía uno de los menores, a lo que otro añadía: "parece que revivieron". "Yo no voy a probar el ojo del besugo" -sentenciaba otra niña.

Y no fue el único momento que no gustó ni un pelo a los pequeños concursantes, que, durante su visita al Teatro Romano de Mérida, encontraron allí a otros niños disfrazados con caretas propias de las antiguas representaciones que en aquel lugar se solían llevar a cabo, y que asustaron enormemente a alguno de los concursantes: "Parece salido de una película de miedo".